El caballo de troya llamado IA. Marcelo Marchese

23.09.2025

En un ensayo titulado "El pudor de la historia", Borges dice que los grandes acontecimientos vienen sin ser advertidos por sus contemporáneos. Señala que sólo hay un testimonio, y al margen, de la muerte de "Chrestus". De igual modo, la IA ha venido a cambiarlo todo, pero sus contemporáneos, no lo advierten.

La generalidad de los jóvenes no son diestros a la hora de pescar o cocinar, y no saben para qué lado se ajusta un tornillo, pero son expertos en configurar celulares y manejar computadoras. En las tres últimas décadas vivimos ese salto. Ahora bien, ese salto fue necesario para preparar el salto que importa: la irrupción de la IA, que abrirá La Nueva Era.

 

LA IA COMO IMPULSORA DE LA NUEVA NORMALIDAD

La Nueva Normalidad es el distanciamiento social, aunque en esta era de eufemismos, el distanciamiento social encubre su verdadero nombre: Distanciamiento Sexual. Por dos años, nadie, y en especial los jóvenes, pudo bajar a plazas y playas y acudir a bares y conciertos. Los jóvenes ya la tenían complicada antes de eso, pues una plausible denuncia de violencia de género es algo de cuidado, y antes de eso, la mano vino bien jodida con el SIDA. A los jóvenes les ha tocado un tiempo difícil para el amor; sus parejas no son duraderas y no quieren tener hijos.

Esta tendencia a la soledad y en suma, a disminuir la reproducción de la especie, llevará, si no hay un cambio de rumbo, a que la especie ya no se reproduzca por sí misma. Si esta afirmación llama la atención del lector, proyecte a futuro la tasa de natalidad de las últimas décadas y verá la bomba de tiempo sobre la que estamos parados.

La IA acelera el distanciamiento sexual, y de hecho, una de las principales funciones de las medidas pandémicas fue prepararnos para la IA, ya que las medidas pandémicas acentuaron la vida digital: compramos y vendemos más que antes por las plataformas digitales, vemos más arte que antes y nos comunicamos más que antes por vía digital.

Tener una mayor vida digital no sólo significa más información y más control para quienes tienen en sus manos los hilos de la vida digital, sino que el vínculo con las cosas del hombre está mediado por lo digital (no es lo mismo ver un cuadro que verlo en un libro, y no es lo mismo ver un cuadro en un libro que verlo en un celular) por lo que las cosas del hombre pasan a ser menos reales, y si las cosas del hombre pasan a ser menos reales, los atributos del hombre pasan a ser menos reales, por lo que el hombre pasa a ser menos real, y ese ser menos real, se comunica con otro ser menos real por ese medio menos real llamado medio digital.

En breve, ese ser menos real que no sabe hacer un huevo frito ni sabe para qué lado se afloja un tornillo, ya no se comunicará por la vía digital con otro ser menos real, sino que acudirá a la IA para todo, ya que la IA hace perfectos resúmenes de los libros que debe estudiar para obtener un título para una carrera que no podrá ejercer, pues la ejercerá la IA.

La IA se encargará de la agricultura (hay un robot en Brasil que planta 14.000 árboles por día) de la medicina (en China hay un hospital virtual de la IA que atiende a miles de personas al instante) y del gobierno (en Albania hay una ministra de la IA cuyo nombre es Diella) por lo que se encargará de todo, incluyendo, obviamente, el placer, ya que, así como tenemos las sugerentes novias virtuales de la IA con pechos ampulosos, en breve tendremos esas mismas novias virtuales que nos podrán tocar y a las que podremos tocar apenas liberen esa función que ya dominan quienes manejan la IA.

 

EN EL PRINCIPIO FUE LA RED

Las medidas pandémicas incrementaron la vida virtual, pero para ese momento era necesario que todos tengamos un celular. Es bien interesante el nombre de este aparato, ya que refiere a una célula, lo que implica que forma parte de un cuerpo más grande.

-¿Estás hablando del aparato o estás hablando del que usa el aparato?

-La pregunta adecuada sería si vos usás el celular o si el celular te usa a vos.

El celular nos une a ese ser más vasto conformado por todos los celulares. Aquello que nos une es la red, la interred, ya sea que nos una o que nos atrape, pues si hay una red, hay alguien que la teje.

Así que la IA requirió un celular y requirió una red, y el uso de la red y los celulares se incrementaron con las medidas pandémicas, por lo que uno debe colegir que entre las variadas funciones de las medidas pandémicas, una fue crear las condiciones para que venga la IA a hacer su trabajo, que no es otro que acentuar al paroxismo El Distanciamiento Sexual.

Luego, si las medidas pandémicas crearon las condiciones para incrementar la vida digital que incrementarán la función de la IA, primero fue necesario crear a los celulares y a la red, por lo que podemos imaginar que hace unas cuantas décadas alguien imaginó a su vez a la red, a los celulares, y a su hijo pródigo: la IA.

 

LA IA NO ES COMO UN ARADO

El hombre moderno, ese feligrés de la religión del progreso, hecha el cuerpo hacia atrás por causa de este texto que lee en su celular y levanta el dedo para enunciar el anatema: "¡Ludista!".

Los ludistas fracasaron pues todo lo que le permite ahorrar tiempo al hombre, está llamado a triunfar, por lo que el tiempo es una medida del valor.

Aquellas máquinas permitieron producir bienes más baratos, así que la humanidad recibió más bienes, al tiempo que la distancia entre los ricos y los pobres se acentuó, pues lo que define es el reparto de los bienes creadores de riqueza. Así que los pobres fueron más pobres, y para colmo, unos y otros, pobres y ricos, pasaron a ser más pobres en las cosas del espíritu, pues como dijo el poeta: "Las cartas llegan por medio del ferrocarril más rápido que antes para no decir nada".

las máquinas de la revolución industrial cambiaron nuestra vida, pero uno y otras tenían enormes limitaciones con respecto a la IA ,y jamás podrían estar en la misma categoría desde que la IA es consejera sentimental, responde a toda pregunta, elabora un texto, un cuadro o un film, tiene incorporada toda la información que produce cada pulso digital, hace de novio o novia de personas desesperadas por sus fracasos amorosos, y debilita a quien interactúa con ella mientras progresivamente va ocupando las funciones del hombre.

Que el lector no me malinterprete. La IA, creada por los guardianes de la humanidad, es a la postre una creación humana, tal cual la pólvora, los libros y la penicilina. Los guardianes de la humanidad han reunido todo el conocimiento que hemos creado para diseñar la más asombrosa de las máquinas del hombre. El problema es su alma, su rol, hacia dónde quiere inclinarte, el plan del cual forma parte. Si en vez de los guardianes de la humanidad, fuera la democracia la que diseñara la IA en función de los propósitos de la democracia, podríamos dejar a la IA limpiar los retretes y dedicarnos a cultivar el espíritu.

Los griegos sabían que ninguna ventaja le reportaba a quien pudiera avizorar el futuro, pues quien ve lo que los demás no quieren ver será tachado de loco, como le ocurrió a Casandra, que profetizó la caída de Troya y advirtió del peligro del presente del enemigo. El sabio Apolo le había escupido la boca, por lo que nadie creía sus profecías.

Cuando descubrí que dentro de la palabra profeta anida la palabra poeta viví una conmoción. La lucha futura de la humanidad, pero debemos entender que el futuro es ahora, será por establecer si la IA será controlada por los guardianes de la humanidad, o si la IA será controlada por la democracia. El problema es que la deriva histórica de la humanidad ha permitido esta IA y ahora la exige. El problema entonces no se plantea en el plano de las ideas sino en un plano más profundo.

 

Marcelo Marchese
2025-09-23T11:36:00

Marcelo Marchese

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