El estilo Cardona. Fernando Gil Díaz

08.07.2025

La ministra de Industria, Energía y Minería, Fernanda Cardona, ha demostrado en este corto tiempo que lleva al frente de la cartera, un pragmatismo y una coherencia digna de destacar. Sin mayores aspavientos ha sido firme en sus decisiones y, amparada en el más estricto sentido común, ha deshecho varios entuertos que había dejado abrochado la administración multicolor de Lacalle Pou.

Devolviendo soberanía

Entre sus primeras decisiones estuvo la suspensión del decreto reglamentario de la controvertida Ley de Medios votada por la anterior administración. Una medida que ya puso un diferencial de peso para un tema harto esencial para nuestra democracia, y en la que el gobierno de Lacalle Pou había dispuesto medidas de último momento al final del período que dejaron flancos abiertos con una reglamentación que ampliaba defectos más que propiciar virtudes en un contexto en el que la legalidad de algunos de sus enunciados estaba en duda y merecían revisión.

Asimismo, la oportunidad de aquella reglamentación a días de dejar el gobierno, no tenía justificación aparente ni respetaba la cortesía republicana de la que siempre hizo gala el país en los períodos de transición de un gobierno a otro. Aunque claro está que en tal sentido el gobierno multicolor de Lacalle Pou dejó varios sapos debajo de las piedras comprometiendo el futuro del país más allá de su gestión y de forma inconsulta con quienes comparten el Estado. Al fin de cuentas, el país no nace ni muere en un período de gobierno y es una cuestión de orden pensar en colectivo sobre un futuro que nos compromete a todos.

Así las cosas, un acuerdo como el del negocio más lucrativo del puerto de Montevideo como es la terminal de contenedores, se comprometió en régimen de monopolio exclusivo y por 12 períodos de gobierno, burlando la ley de puertos y sin que lo avalen informe jurídicos de ningún tipo. Ilegalidades manifiestas que fueron omitidas por una justicia miope que no vio esas flagrantes violaciones del ordenamiento jurídico pero persigue a opositores que se atreven a denunciar semejantes groserías jurídicas.

O el Proyecto Arazatí, por el que se firmó un acuerdo -bajo la protesta del gobierno entrante- sobre la instalación de una planta potabilizadora de agua que tomaría del Río de la Plata y que cuenta con serias advertencias por su onerosidad y menguada capacidad para cubrir las necesidades que necesita el cono metropolitano. Algo que, al "estilo Cardona", fue suspendido por el Poder Ejecutivo abriendo un paréntesis de negociación que abarca desde la suspensión definitiva del proyecto a cambios significativos que permitan su viabilidad, hoy controvertida por grupos ambientalistas e informes técnicos de las autoridades de Medio Ambiente y OSE:

Paciente impaciencia

Esas decisiones como tantas otras son las que han llevado a construir un estado de ánimo de creciente descontento en un electorado que votó un cambio y esperaba otro ritmo de gestión para deshacer semejantes entuertos. Claro que hay una razón muy poderosa que pende sobre el Poder Ejecutivo y es la ausencia de mayorías parlamentarias lo que lleva a ser muy cautos -a pesar del malhumor de los frenteamplistas- a la hora de tomar decisiones. En razón de ese acuerdo imprescindible para asegurar la gobernabilidad, el Presidente se maneja con mucha cautela fiel a su estilo acuerdista, ese que lo llevó a ser electo. Si algo tenemos que tener es coherencia a la hora de juzgar los actos del primer mandatario. Una de sus principales virtudes que lo llevaron a ser primero el candidato de la izquierda y luego el más votado en el ballotage, fue su capacidad de diálogo. Ese estilo campechano que lo distingue y que lo ha caracterizado desde su gestión pública como secretario general primero y como intendente de Canelones por dos períodos consecutivos, después.

Mientras tanto, hay "Cardonas" que aprovechan los espacios donde es posible arremeter de forma directa para enfocar la gestión en lo que hay que hacer y disolver los negociados que benefician a los malla oro de la pasada administración. En este caso, los canales privados de televisión que recibían una compensación millonaria por servicios que poco o nada aportan a la población. 

De este modo, la no renovación de los contratos con los canales privados por 3,8 millones de dólares anuales para transmitir sus señales en dispositivos móviles quedó sin efecto. Así como también la revocación del contrato que habilitaba a los cableoperadores a ofrecer servicios de datos a través de la fibra óptica de ANTEL. Un servicio que se prestaba a través de una obra de inversión pública pensada para beneficio de la población y no para que empresas lucren con la misma. Una obra que recupera su esencia y razón de ser original.

Sin dudas que a los frenteamplistas nos gusta "el estilo Cardona", porque ha sido resolutiva y puesto una impronta donde lo público está por encima de lo privado, defendiendo las inversiones que se hicieran con el aporte de todos los uruguayos.

Claro que estas medidas no van a costarnos barato ni mucho menos, los grandes medios de comunicación están en manos privadas, siguen manejando la agenda a su antojo y a la vista queda muchas veces como se generan titulares con un sesgo discrecional evidente que vuelca la balanza para los intereses de la derecha casi siempre. 

Pero...

No nos olvidemos que los dueños de los canales son en puridad permisarios de ondas que nos pertenecen a todos en tanto sus señales son públicas.

En ese espacio donde se puede mover el gobierno, hay lugar para que la confianza siga viva en quienes dirigen hoy los destinos del país. Son otros tiempos, donde el acuerdo es el gran objetivo a perseguir para poder construir el país que soñamos, sin perjuicio de devolver al Estado lo que le pertenece por derecho propio... al estilo Cardona.

 

el hombre se mostraba impaciente, 

el perro mordisqueaba un módem...

Fernando Gil Díaz
2025-07-08T11:37:00

Fernando Gil Díaz