El mundo feliz. Rúben H. Díaz
30.09.2025
Hace pocas semanas, se anunció que Uruguay podría llegar al año 2070 con una población de trescientos mil personas menos que la actual. Se hizo alguna apreciación en los medios, reportaje a profesionales que analizan los temas demográficos y en la práctica todo concluyo en eso.
Me parece, puedo estar equivocado, que vale la pena que expertos en estos temas lo confirmaran, que estos análisis son muy positivos. Me propongo hacer un análisis sobre lo que puede suceder si esta tendencia fuera también cierta a nivel global. En estos momentos el mundo tiene ocho mil doscientos millones de habitantes aproximadamente. A partir de esa cifra, en 2070 habrá perdido unos mil millones de habitantes. Eso será favorable para el medio ambiente. Mil millones que no polucionaran. Volveríamos a la población del año 2016. Que además polucionarían menos el medio ambiente que los del 2016, porque sin duda la investigación científica seguirá produciendo tecnología limpia en ese lapso. Corresponderá luego predecir cual será la expectativa de vida. No lo hice, entiendo que no puedo llegar a una conclusión porque me faltan elementos, es decir un pronóstico sobre las consecuencias de la evolución de la ciencia médica. Pero es evidente que se va a mejorar de manera significativa. Como viene sucediendo desde hace mucho tiempo.
En general, cuando se analiza este asunto, la gente se angustia. Cree que sería una catástrofe. Pues es absolutamente equivocada esta posición. Me parece un gran error. Sostengo, que el mundo podría ser mucho más feliz si esto ocurre. ¿Acaso todos no pretendemos vivir más tiempo en condiciones de plenitud o lo más cercanas a esa situación si es posible?. Por supuesto que si, o al menos quien suscribe esta nota, con 77 años pretendo vivir muchos años más lo mejor posible. Me parece que no soy el único. Sino más bien es lo que desea prácticamente todo el mundo.
Entonces, de donde viene esa posición negativa porque desde siempre sostuvimos, especialmente después de Malthus, que la población iba a crecer sin límites, y no tuvimos confianza en el sentido de que íbamos a ser capaces, por el desarrollo tecnológico, de poder generar una respuesta afirmativa. En lo fundamental, aumentar alimentos para sostener esa población creciente. Pues ambas cosas han cambiado en los últimos cuarenta años. La población baja su crecimiento, y los alimentos que estamos en condiciones de producir exceden las necesidades que tenemos en estos momentos.
Una cosa a tener claro, es que la población no va a bajar por una violencia generalizada, una crisis sanitaria o alimenticia. Sino por una decisión libre de los hombres y mujeres del planeta de procrear menos. En síntesis, porque nos va mejor.
Que en este mundo existen 113 millones de personas sin seguridad alimentaria según la ONU es una vergüenza. Con el producto bruto mundial que tenemos, eliminar esta situación es una nimiedad desde el punto de vista económico. Pero si todos murieran, eso significaría menos del 1.3 por mil de la población. Es decir, con un poco de efectividad en la acción podemos anular esta ignominia.
Las cifras globales nos dicen según trabajos de Naciones Unidas de lo que me informa inteligencia artificial, 68 millones mueren al año. Y 8.76 millones por hambre. 15.4 % del total. Por debajo de los que mueren de enfermedades cardíacas, que superan los veinte millones y los diez millones de cáncer. Es decir que la muerte por hambre sigue siendo importante. Mucho más importante que los que mueren por violencia.
En el mundo esta bajando la pobreza. En este caso recurro a cifras del Banco Mundial. Establece que en 1981 47 por ciento de la población vivía con menos de tres dólares al día, y ahora eso ocurre solo con el 10 por ciento. Ojo, esa cifra no es absoluta, porque hay que tener en cuenta la desvalorización del dólar. Pero de cualquier forma es igualmente muy significativa.
Deberíamos también, considerar como ha evolucionado la producción de alimentos. Pero es imposible abarcar más temas en una sola nota.
Volvamos a lo demográfico. Va a bajar la población mundial, por una libertad que tienen las personas, la de procrear o no. Particularmente las mujeres. Y cambiar socialmente por esa misma razón. Elegir si la unidad social es la familia o las personas. Decidir si se prefiere vivir en una familia unipersonal o plural. Ninguna de las dos cosas son un acierto o un error, se trata de ir por uno u otro camino.
Si se producen las predicciones que se están haciendo, los humanos vamos a ser menos y vamos a vivir más, y lo lógico es pensar que vamos a ser más felices. Para ello, es imprescindible sobrevivir. Una confrontación atómica puede terminar en un exterminio o en un atraso de la sociedad en miles de años. Por eso me parece que es clave, y uno aporta lo que puede, no se cree importante, aceptar nuestra realidad con responsabilidad. Lo que supone no adoptar actitudes negativas sino positivas. No negar el cambio por temor. Si la política pensando en el pasado de los tres grandes líderes del mundo global actual se impone, será todo muy complicado. Si vemos el porvenir desde las posibilidades que el desarrollo científico, el comercio y el capitalismo dan, sobreviviremos y seremos más felices.
Rúben H. Díaz
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias