El pensamiento estratégico del Comando Sur. Jorge Jouroff

16.09.2025

Los últimos días de agosto se celebró en Buenos Aires la Conferencia de Defensa de Sudamérica (SOUTHDEC) correspondiente al año 2025. Con la presencia del ahora Comandante del Comando Sur, Almirante Alvin Holsey, la conferencia analizó las amenazas y cerró con una declaración llamando a reforzar filas contra el crimen transnacional, el trafico de drogas y, sobre todo, la presencia china en el continente.

La Conferencia de Defensa en Buenos Aires

Los últimos días de agosto, el Comandante Alvin Holsey, quien hace poco estuviera de gira por el Cono Sur y particularmente Argentina, junto con una nutrida delegación encabezaron la XVI Conferencia de Seguridad y Defensa, un evento organizado por el Comando Sur  para alinear los países de América Latina, y en particular a sus fuerzas armadas, con las estrategias globales de Estados Unidos. El comandante Holsey sucedió a la comandante Laura Richardson, de quien fuera su segundo y quien también fuera asidua visitante de la región.  Asimismo, en la delegación norteamericana figuraba Roosevelt Ditlevson, Subsecretario de Defensa para la Defensa Nacional y Asuntos Hemisféricos.  Asistieron, entre otros, autoridades militares de Brasil, Colombia, Ecuador, Chile, Paraguay, Perú, Surinam y Uruguay, y países en calidad de observadores  como Canadá, Francia, España, Portugal y Reino Unido, entre otros. La delegación uruguaya estuvo encabezada por el General del Aire Rodolfo D. Pereyra, Jefe del Estado Mayor de la Defensa, acompañado por su ayudante y una suboficial.

El veinte de agosto se iniciaron las jornadas, con el objetivo de "aunar esfuerzos para atender de forma conjunta y coordinada diversas problemáticas y desafíos en términos de Defensa y Seguridad que atraviesan a la región."  Entre los temas centrales de este año se trató  "el fortalecimiento de la vigilancia del dominio marítimo y el respaldo de las Fuerzas Armadas a las fuerzas de seguridad en la lucha contra las organizaciones criminales transnacionales."  Los latinoamericanos tenemos un triste recuerdo del apoyo de las fuerzas armadas a la seguridad, argumento con el cual se las involucró en la lucha antisubersiva y se dió paso a una ola de dictaduras por el continente. Por ello somos muy cuidadosos a la hora de  distinguir orden interno de amenazas externas. Además, hasta ahora el involucramiento de las fuerzas armadas en tareas policiales, como la lucha contra el crimen organizado o el narcotráfico, no ha hecho más que agravar la situación. Sin embargo, haciendo una pirueta con el pensamiento, este involucramiento sirve para advertir " sobre el peligro de la penetración en la región por parte de China, poniendo énfasis en la protección del Estrecho de Magallanes y el Paso Drake, pasos marítimos que controla Chile." El ministro de defensa argentino, Luis Petri, para no ser menos, destacó "la situación de las porosas fronteras que posee Sudamérica", las cuales permiten el desarrollo y permanencia de actividades ilícitas que requieren una respuesta conjunta y regional, no limitándose "únicamente a las fronteras terrestres, sino también a las marítimas, donde la explotación predatoria de los recursos ictícolas constituye una amenaza que atraviesa a los países sin importar si tienen costas en el Atlántico o en el Pacífico". Pero lo más importante a destacar ha sido el "fortalecimiento del vínculo bilateral con los Estados Unidos, la interoperabilidad y la compra de materiales como los F-16." En definitiva, "trabajar juntos para superar amenazas", dado "el compromiso compartido con los valores democráticos".

La pirueta teórica queda de manifiesto con la exposición del almirante, cuando señala que ""la escalada de los criminales transnacionales en la región es una gran preocupación" , haciendo especial referencia a "la incursión que China efectúa en la región con un modelo que apunta a extraer recursos y preparar el ambiente con infraestructura con potencial doble uso, desde los puertos hasta el espacio."  Y directamente, sin más, pasó a lo central:  "la  presencia e influencia de China tiene  consecuencias de largo alcance en todos los ámbitos, particularmente en el Cono Sur, donde líneas de comunicación marítimas vitales, como el Estrecho de Magallanes y el Pasaje de Drake, funcionan como cuellos de botella estratégicos que podrían ser utilizados por el Partido Comunista Chino para proyectar poder, interrumpir el comercio y desafiar la soberanía de nuestras naciones o la neutralidad de la Antártida".

En anteriores ediciones, la comandante Richardson había dejado establecida la preocupación norteamericana: negar a los chinos el acceso a la hidrovía, a las materias primas necesarias para su desarrollo y el acceso a los puertos" . Y fué muy franca: consideraba a América Latina como territorio propio, un  territorio donde defender los intereses de los inversores y los negocios de los Estados Unidos, buscando involucrar a los gobiernos latinoamericanos en una confrontación que no es la suya. La búsqueda de este involucramiento es la clave de la conferencia. Tan así, que el secretario adjunto de Defensa Nacional y Asuntos Hemisféricos del Departamento de Defensa de Estados Unidos, Roosevelt Ditlevson, destacó que "la seguridad hemisférica es una prioridad clave para el presidente Trump, para el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y para el Departamento de Defensa de los Estados Unidos. Las amenazas que enfrentamos son reales. Están aquí y estamos haciendo progresos reales". Y recalcó: " la presencia de China en la región y a su intromisión en espacios estratégicos, como el Canal de Panamá,  es una amenaza a la soberanía y a la seguridad. No buscamos la guerra con China. Sin embargo, trabajaremos para prevenir las amenazas en la región"

 

La intervención ante el Comité del Senado

El 13 de febrero de 2025, en su exposición ante el congreso de Estados Unidos, el almirante Holsey  se explayó en sus conceptos. Considera una gran familia a los militares, al personal civil y a los contratistas y sus familias, "que fortalecen la democracia, la seguridad y la estabilidad en todo el hemisferio occidental".  Junto con los aliados y socios, "se busca generar capacidad, seguridad y normas democráticas que impulsan la paz y la prosperidad". Pero esta idílica visión también tiene amenazas: el Comandante declara que "considero que las más preocupantes son las acciones de naciones como China y Rusia (...) que continúan con su metódica incursión en la región utilizando diversas herramientas para convertirse en potencias geoestratégicas dominantes, sobre todo China".  Considera que las consecuencias de sus acciones no sólo van en contra de los intereses nacionales de Estados Unidos, sino que también amenazan la soberanía al promover los objetivos económicos, políticos y militares de nuestros competidores estratégicos", extendiéndose más allá de la región y "representando un riesgo global".

Haciendo gala de la misma acrobacia intelectual, el comandante afirma que "organizaciones criminales transnacionales, bandas violentas y "organizaciones extremistas violentas" utilizan los enormes recursos del narcotráfico para corromper y cooptar sectores de los gobiernos, degradando las instituciones  democráticas". El secreto para el comandante está en "un enfoque holístico de nuestras operaciones, actividades e inversiones" e integrar las contribuciones y capacidades de nuestros aliados: socios, agencias inter institucionales de Estados Unidos, organizaciones no gubernamentales, academia y sector privado.

Más adelante, llega al núcleo del problema: la intención de China de convertirse en potencia geostratégica global, disputándole la supremacía a Estados Unidos, y la actitud de Rusia, que al mantener lazos con los "regímenes autoritarios de la región", también "afecta los intereses nacionales de Estados Unidos". Señala que China lleva ventaja puesto que "Estados Unidos ha centrado su atención predominantemente en el Indo Pacífico, mientras que China ha adoptado un enfoque global," (...)  "permitiendo que la región quedase bajo la influencia de los competidores autoritarios". Considera que China,a través del comercio y las inversiones y con un horizonte estratégico, la Iniciativa de la Ruta y de la Seda se está "convirtiendo en el mayor socio comercial de América del Sur y el segundo del Caribe" Y ése es el trasfondo de toda la cuestión, que tanto irrita al Almirante: China ha desarrollado una capacidad productiva que amenaza el orden que Estados Unidos rigió hasta ahora para su propio beneficio. Por ello, al almirante no le importan los intereses de los países de nuestro continente, sino los de Estados Unidos en el continente, al que considera como propio. Y deja en claro que se van a emplear todos los medios necesarios para mantenerlos. Es hora que los países consideren el interés nacional, propio, y no tomen como propia una disputa que les es ajena.

Jorge Jouroff
2025-09-16T12:30:00

Jorge Jouroff