El poder y la arrogancia. Esteban Valenti
06.10.2025
Está relación la escuché hace tiempo e incluso durante gobiernos de izquierda. Es una preocupación que existe también hoy. No es un tema accesorio, tiene directa relación con los que detentan un poder público, electoral o por designación directa y manifiestan una creciente arrogancia. En particular hacia los ciudadanos comunes y hacia los que piensan distinto en algún tema. Creo que todos conocemos ejemplos.
No lo voy a personalizar porque considero que hay que tratarlo como un tema de cultura política, de valoración republicana y democrática del poder y un rasgo fundamental para la izquierda.
La arrogancia del cargo, no de la persona. Un error común es creer que el poder es una cualidad inherente a la persona. Sin embargo, el poder está ligado a un puesto o a una función. Cuando un individuo se apropia de ese poder y lo confunde con su valor personal, nace la arrogancia. Esto explica por qué muchas personas arrogantes se desinflan por completo cuando pierden su posición de poder. Es un tema recurrente a lo largo de la historia.
La arrogancia en sus extremos puede llevar a la soberbia. "La soberbia es el vicio de la ignorancia." Decía Aristóteles, entre otras cosas porque desarrolla una distorsión importante de la realidad.
Hay frases hechas y deformadoras, que afirman que el poder siempre crea arrogancia. El poder no crea arrogancia y no obliga a nadie a ser arrogante o soberbio. Es un "mérito" absolutamente personal, una grave falta de cultura política y por ello amplifica los rasgos de cada persona y su resultado puede ser devastador.
¿Hasta dónde puede llegar la arrogancia?
Proyectando esa deformación, siempre encontraremos que la arrogancia y la soberbia son la base de los que se consideran señalados para subir siempre por la escalera del poder. Sin límites.
Su trayecto transcurre por el aislamiento en el poder, a los niveles que sea y por ello se rodea generalmente de personas que siempre lo elogian y crean una "burbuja" que lo aísla de la realidad, la realidad de los ciudadanos, de las personas.
La arrogancia que se percibe en algunos casos como una muestra de fuerza, en realidad es una gran debilidad. Los arrogantes, los soberbios son personas incapaces de admitir errores, aprender de los demás o escuchar diferentes puntos de vista, lo que limita su capacidad para liderar de manera efectiva y tomar decisiones sabias.
El poder puede, pero no es obligatorio, funcionar como una droga que da una falsa sensación de invulnerabilidad. Algunos episodios ocurridos en el anterior gobierno de Lacalle, son una muestra evidente que hubo gente que se sintió invulnerable y también a nivel de "empresarios" privados que estafaron a miles de personas, subidos en su falta de moral y a su soberbia.
La arrogancia es una máscara, un mecanismo de autodefensa para ocultar inseguridades profundas.
La historia de la política tiene sin duda un capítulo importante en la historia de la arrogancia y la soberbia. La izquierda no puede desentenderse de esa realidad, tenemos ejemplos devastadores de la arrogancia en el poder.
Fueron una de las bases para la caída del dominó del "socialismo real". La pirámide infalible del secretario general, el jefe de gobierno, y de allí para abajo lo que se denominó como el "culto a la personalidad" fue devastador. Cuando una deformación es una norma en el tiempo y en muchos países, ya no es una excepción, es una parte constitutiva de ese "socialismo".
No hace falta volver al pasado, hoy en día hay países que se auto declaran de izquierda, donde la arrogancia, la infalibilidad del poder y la cumbre empinada de la pirámide, son la base de su fracaso, en Venezuela, en Cuba, en Nicaragua, en Corea del Norte. Aunque nos duela.
Todo lo que no resiste un análisis racional y crítico, es una profunda deformación de las ideas de izquierda.
La verdadera grandeza, en el sentido republicano y democrático, es el apego al mandato popular y a las formas de convivencia, el compañerismo y el ejercicio responsable del poder.
Las nuevas generaciones, que no pasaron por el largo camino que tuvo que recorrer la izquierda uruguaya para llegar a ocupar los más importantes puestos de poder nacional y departamental, tienen la gran responsabilidad de examinar su comportamiento, de rodearse de gente capaz, de desarrollar sus capacidades y no ocultar sus debilidades con soberbia.
Los verdaderos cuadros de izquierda, los que forjaron sus diversas expresiones, son aquellos que tuvieron una alta dosis de responsabilidad y de sentido democrático hacia el país y su gente, pero también hacia sus propios compañeros.
Estos son temas aparentemente etéreos, volátiles, hasta que uno los sufre en carne propia, hasta que vemos como un compañero o compañera de toda la vida, se le subió la mostaza a la cabeza y se considera superior y no nos afecta solo personalmente sino a la causa de la izquierda.
No todos tenemos las mismas capacidades, ni condiciones, el igualitarismo plano y chato no es una visión de la izquierda, no ayuda a construir el progreso, en el avance de la sociedad y de la propia izquierda, existen talentos y capacidades diferentes, no las ocultemos bajo un manto de soberbia extendida y contagiosa, o de una supuesta mediocridad virtuosa.
No es un mal muy grave en nuestro país, pero...hay que hablar y discutir antes que lo sea, la arrogancia nunca se estanca, siempre tiende a crecer y corromper nuestro profundo y auténtico de un mundo mejor, de la justicia y la libertad como valores superiores.
No lo escribo desde la humildad, porque no lo soy, sino desde el pensamiento crítico y la vigilancia democrática.
La arrogancia está casi siempre emparentada con la mediocridad, y se combate con el sano funcionamiento de la crítica, del funcionamiento de los procesos institucionales y políticos y con una izquierda que realmente aprenda de sus éxitos y de sus errores.
Esteban Valenti.
Trabajador del vidrio, cooperativista, militante político, periodista, escritor, director de Bitácora (www.suplementobitacora.net) y Uypress (www.uypress.net), columnista en el portal de información Meer (www.meer.com/es) y de Other News (www.other-news.info/noticias).