Empleo informal sigue al alza en América Latina. Juan Trímboli

13.05.2025

En el ámbito laboral, América Latina se caracteriza por una alta informalidad, fenómeno que tiene múltiples causas según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Existen factores económicos como el desempleo, la falta de oportunidades de empleo formal y la búsqueda de ingresos adicionales; factores sociales como la falta de educación y capacitación, la discriminación y la exclusión social; factores institucionales como la falta de aplicación de la legislación laboral, la corrupción y la falta de transparencia; factores macroeconómicos como la inestabilidad económica, la inflación y la desigualdad.

En la medida en que los países no enfrenten y solucionen esas causas, persistirán los problemas para generar una dinámica económica capaz de crear empleo formal, digno y suficiente, que pueda absorber a la población económicamente activa, también denominada "fuerza de trabajo".

Ante la falta de oportunidades laborales formales, estables y con salarios dignos, las personas se ven obligadas a involucrarse en el empleo informal como salida de emergencia para generar ingresos que le permitan satisfacer algunas necesidades básicas. Esto conduce a la coexistencia del empleo formal y del empleo informal.

De acuerdo a la OIT, el empleo informal incluye todo trabajo remunerado que no está registrado, regulado o protegido por marcos legales o normativos, así como también trabajo no remunerado llevado a cabo en una empresa generadora de ingresos. Los trabajadores informales no cuentan con contratos de empleo seguros, prestaciones laborales, protección social o representación de los trabajadores.

¿Cuál es el comportamiento del empleo informal en América Latina en la última década?, buscando responder esta pregunta, hemos revisado la estadística publicada por la OIT sobre empleo informal entre 2014 y 2024, con una cobertura de 15 países América Latina. Estos datos se muestran en la siguiente gráfica.

Aunque la información presentada tiene su origen en fuentes oficiales, su lectura permite identificar que, a pesar de los esfuerzos emprendidos en la región para generar empleo decente, se observa al año 2024 que en 11 de los 15 países existe una tasa de empleo informal que ronda entre el 50% y el 84%, situación que pone en evidencia el gran desafío para avanzar hacia un mercado laboral decente, justo y seguro.

Si se analiza la variación (aumento o disminución) del empleo informal entre 2014 y 2024, se determina que la mitad de los países aquí incluidos reportan incrementos: Ecuador (+10,71%), Uruguay (+8,12%), Panamá (+8,11%), Guatemala (+5,13%), Perú (+3,46%), Argentina (+3%) y República Dominicana (+1,43%). En la otra mitad de países hubo reducción del empleo informal en el mismo período, sobresaliendo los casos de Chile, Brasil y Colombia, con disminuciones del 11,43%, 8,33% y 7,29%, respectivamente.

Merece la pena enfatizar que la reducción de la tasa de empleo informal es un indicativo del aumento del empleo formal, y por el contrario, el aumento de la informalidad laboral refleja una caída porcentual de la fuerza laboral que dispone de empleos formales.

Otro tema relevante a considerar es que la falta de acceso a empleos formales afecta en forma diferenciada a hombres y mujeres; en efecto, según la estadística de la OIT, en el año 2024, dos tercios de los países cubiertos en este monitoreo reportan mayores tasas de empleo informal para mujeres en comparación con los datos aplicables a los hombres. Estos países son los siguientes: Bolivia, Guatemala, Perú, Paraguay, Ecuador, El Salvador, México, Costa Rica y Chile, tal como se muestra en la siguiente Tabla.

La información presentada revela que en la mayor parte de países prevalece una situación caracterizada por una limitada capacidad de la economía para absorber la fuerza de trabajo disponible y crear puestos de trabajo formal, estable y decente, que permitan a las personas obtener ingresos adecuados satisfacer sus necesidades vitales.

Este desafío se complica más con el escenario turbulento que vivimos en la actualidad, influido por nuevos eventos como el aumento de la conflictividad en algunos países y regiones, la desaceleración económica que está viviendo el mundo y los efectos de la guerra comercial iniciada por Estados Unidos, lo que sin duda generará importantes repercusiones en las economías y mercados laborales, afectando el cumplimiento del derecho humano al trabajo digno.

Estas ideas son parte del contenido del informe Economía y Sociedad, elaborado por la Fundación Ciudadana por un Consumo Responsable y que se puede leer y descargar siguiendo este enlace https://bit.ly/EconomiaYsociedad-Abril2025

 

Juan Trimboli. Presidente de la Fundación Ciudadana por un Consumo Responsable.

 

Columnistas
2025-05-13T11:49:00

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias