Cambios en el FA: ¿Renovación, refundación o más de lo mismo?

Enrique Pintado


La gestión gubernamental no puede dilatar la profunda reflexión que se inició en el Frente Amplio. Trancarla sería quedar colgados del pincel de las vanidades del poder lejos del sueño colectivo.

Los resultados de las elecciones de mayo fueron la última gran señal que los frenteamplistas hicieron a la dirigencia. Frente al tirón de orejas no cabe hacernos los distraídos. Todos somos parte del problema y de la solución. Los principios fundacionales nos obligan a comprometernos y exigirnos más. La izquierda no necesita pretextos ni explicaciones. Exige cambios.

Aún no resolvimos esta nueva condición de ser simultáneamente oficialistas y partido de gobierno. Entre varias aguas perdimos capacidad de análisis, autocrítica y comunicación con la gente. Dejamos de discutir por temor a que la oposición pudiese utilizar el debate de ideas en nuestra contra. Para mejorar tenemos que pensar menos en la derecha y más en la gente, promoviendo un amplio debate en clave reflexiva sin autocomplacencia ni autodestrucción.

Más allá de las peculiaridades de cada departamento, el resultado electoral fue malo. A nivel nacional votamos menos que los partidos tradicionales, no retuvimos cuatro Intendencias, perdimos un porcentaje alto del electorado en Montevideo y Canelones, se produjo un récord histórico de votos blancos y anulados, especialmente en la capital pero también en el resto del país, y aquí las alcaldías tuvieron una baja legitimación popular. Esta sana "desobediencia" cívica al mandato cupular abarcó a todos los partidos. También blancos y colorados desoyeron a los caudillos locales cambiando su voto para darle la mayoría al partido tradicional rival.

Hay un progresivo proceso que insinúa la conformación de un nuevo bipartidismo que en las últimas décadas parece estar mutando del clásico blanco-colorado a uno del tipo izquierda-derecha.

Es probable que en 2015 el bipartidismo ideológico tenga un importante avance a nivel departamental que no debemos descuidar.

Otro aspecto a tomar en cuenta es que los jóvenes no adhieren automáticamente al Frente Amplio. No son ni quieren ser una generación cautiva. Esto desafía la capacidad de generación utópica de la izquierda cuyo surgimiento siempre estuvo alentado por las voces de los jóvenes. Es necesario propiciar el surgimiento de una nueva utopía que ilusione, convoque y nos aleje de esa tentación autodestructiva que es el ejercicio del poder por el poder mismo.

Para realizar un análisis integral debemos considerar todo lo que el proceso que comenzó en el Congreso de diciembre de 2008 y que se prolonga hasta hoy. Se percibe que cada día tenemos menos de coalición y movimiento y más de sectarismo y estancamiento. Los frenteamplistas no quieren estar al margen de las decisiones y rechazan la repetición inútil de despiadadas luchas sectoriales que nos ciegan. Tampoco avalan la pérdida de valores y del compañerismo fraterno, los personalismos de quienes se seducen con el poder, ni al "aparato militante" que fagocita a los miles de independientes que quieren participar. Pensamos que la unidad en la diversidad y el fomento de la participación activa y comprometida de nuestra gente no pueden ser un eslogan. Debemos retomar la senda de pugnar por una democracia auténtica. Ir en busca de la gente no para bajar línea sino para escucharla y facilitar su inserción individual o colectiva al proyecto de cambio que queremos profundizar. Hay que redefinir el rol del Frente Amplio como partido de gobierno, lo que no se arregla con retoques estatutarios, reestructuras orgánicas de papel ni con reformas del sistema electoral traídas de los pelos.

En todos los ámbitos hay múltiples señales que indican que nuestro proyecto nacional de desarrollo productivo con justicia social aún no está consolidado. Por lo que no cabe confundir los triunfos electorales con la ardua tarea de promover un cambio cultural, político y social a largo plazo. Debemos trabajar mucho más para lograrlo. Primero con nosotros mismos y después con la gente, articulando un accionar político que esté alineado con la mirada y el pensamiento estratégico a futuro que sintetice nuestra concepción de izquierda transformadora, libertaria y participativa. Menos táctica, más oído y mucho contenido, abriendo canales de participación a todos los compañeros. Al frenteamplista no le gusta que lo lleven de las narices ni votar por disciplina partidaria. Nació para la libertad.

PROPUESTAS PARA LA  RENOVACIÓN DEL FA

1. Impulsar un debate nacional inclusivo, democrático y participativo sobre la renovación ideológica del Frente Amplio partiendo de un único tema: la izquierda del futuro y el futuro de la izquierda. La unidad en la diversidad, pilar fundacional del Frente Amplio, colide con la existencia de un pensamiento único y hegemónico en la izquierda uruguaya. Aún así, tampoco es cierto que en el Frente coexistan tantas diferencias ideológicas como sectores políticos que lo integran. Respetando la identidad e historia de cada uno, debería promoverse la existencia de agrupamientos representativos de esos matices Ello facilitaría el diálogo y la búsqueda de consensos, fortaleciendo el proyecto nacional de desarrollo de la izquierda y la comunicación con la gente. El desafío es lograr la actualización ideológica, sintetizando señas identitarias con renovación de utopías a partir de los nuevos escenarios: local, regional e internacional. Este debate es necesario para redefinir los nuevos horizontes del Frente Amplio, así como las formas y contenidos que tendrá nuestro relacionamiento con la sociedad, y el rumbo que daremos al cambio cultural. Luego de esto, si revisar la forma de organizarnos y de tomar decisiones. Como me señaló mi amigo Lizardo no olvidemos en esta discusión cuánto nos afecta y desvirtúa el ejercicio del poder. No sólo como colectivo político sino como seres humanos. Dicho en términos más simples; no dejar de preguntarnos para que queremos tener poder.

2. Dinamizar la estrategia de acumulación de fuerzas a nivel nacional coordinando esfuerzos con todos los actores y clases sociales. Hay que discutir si los actuales mecanismos de acumulación son los adecuados y suficientes. Nuestra intención es que se conviertan en un mecanismo eficaz de acumulación inclusiva que potencie la perspectiva renovadora del Frente Amplio. Ampliar la mirada, salir del "chacrismo", escuchar a la ciudadanía y repensar formas y estilos de relacionamiento con la sociedad. Coordinando esfuerzos para llegar especialmente a los jóvenes, trabajadores, capas medias y ciudadanos del interior del país. Y que ello no nos inhiba en la búsqueda de acuerdos inter partidarios a nivel de gobierno nacional, departamental y municipal.

3. Redefinir el rol del FA como partido de gobierno. Acortar la distancia entre fuerza política y gobierno, dinamizando el debate en la Agrupación Nacional de Gobierno. Esto ayudará a acercar a la fuerza política al gobierno delimitando con claridad roles y maximizando sinergias.

4. Disminuir brecha existente entre la estructura del FA y el pueblo frenteamplista. Crear mecanismos de consulta permanentes sin límites ni rigideces. Fomentar nuevas formas de comunicación y participación política incorporando las nuevas tecnologías, los foros de debate, las redes sociales y comunitarias, y las diversas modalidades de trabajo. Fundamentalmente porque el trabajador debe seguir siendo el centro de nuestro trabajo político. Se necesita un Frente Amplio renovado, más democrático, mejor comunicado, abierto a la participación y que sea capaz de construir una sociedad fraterna con valores comunes de convivencia.

5. Impulsar el diseño de una nueva estructura del FA donde los ámbitos de decisión de temas estratégicos (plataforma electoral, programa, candidatos, etc.) surjan de elecciones abiertas entre todos los frenteamplistas. Un frenteamplista un voto. Elección directa, de aquellos cargos estratégicos como los organismos de dirección del Frente Amplio y los candidatos a Presidente, Intendentes Departamentales y Alcaldes Municipales.

6. Aumentar compromiso e invertir en la renovación de los comités de base, de las Coordinadoras y de las Departamentales articulando su accionar con las redes sociales y la comunidad a fin de que sean la puerta de entrada de los nuevos frenteamplistas. Generar acciones que aseguren el contacto con la gente del barrio y sean el nexo para que la opinión de los vecinos llegue a destino aprovechando al máximo las posibilidades que ofrece la utilización de las nuevas tecnologías. Que las fuerzas integrantes de la coalición colaboren con su militancia para que los comités de base vuelvan a ser atractivos y que lo que allí se discute llegue a las instancias directrices sin distorsiones. Con respecto a darle participación a las redes, es vital hacer las consultas para que participen de la forma que estimen más conveniente.

7. Promover una democracia auténtica que de aún más libertad y poder de decisión al elector.

8. En lo departamental y atendiendo las características de cada realidad, proponemos que los gobernados por el Frente Amplio, se busque formas de consulta a los vecinos para que éstos se expresen sobre la gestión, expectativas y proceso descentralizador. Un proyecto nacional descentralizador sin legitimación ni aporte popular esta condenado a fracasar.

9. Que el estatuto del FA refleje los pesos relativos y la equivalencia entre la coalición y el movimiento, para acercar cada vez más el funcionamiento de la estructura a la voluntad del pueblo frenteamplista. Promoviendo que el componente de movimiento represente efectivamente a los adherentes independientes del Frente Amplio.

El General dijo que somos, fuimos y seremos obreros de la construcción del futuro. Que la sordera no devuelva estas palabras al viento.

Enrique Pintado
2010-10-10T23:06:00

Enrique Pintado

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias