¡Qué lindo es mi país!
Ernesto Palomeque
21.10.2014
Me gusta mucho mi país, lo siento muy hondo en mi corazón, me sigue emocionando el uruguayo común, el que mantiene nuestra identidad y aquellos que aman esta tierra y su gente sin fanatismos pero jugándose por nuestro presente y nuestro futuro.
Me sigue emocionando sentir el despertar de nuestras ciudades así como sus momentos del día en los que su movimiento y energía está al tope. Igualmente me emocionan los jóvenes subiendo y bajando de los ómnibus con sus mochilas rumbo al estudio o el trabajo, así como verlos disfrutar la libertad reconquistada que les permite disfrutar las plazas, las esquinas y los parques. Y ni que hablar de la emoción y paz que me llena el sentimiento del campo, las sierras, los montes, los ríos y arroyos y el mar tan nuestro.
Recuerdo un momento detenido en el tiempo de mi memoria; corría el año 2003, nuestras calles estaban desiertas, los ómnibus ni hablar, el transito era mínimo, la gente caminaba o iba en bicicleta cuando lo necesitaba, sin embargo en ese momento que quedó en mi memoria, una tardecita, me llaman la atención un grupo de jóvenes con sus mochilas de estudiante, eran unos cuantos, como que hubieran dicho "si me quedo en mi país lo que me toca es estudiar, formarme ...", en ese instante supe que podíamos salir de la peor crisis jamás vivida en esta tierra, supe que lo haríamos, teníamos reserva en esos jóvenes.
Hoy los vemos metiendo, estudiando, trabajando, y mostrando que es mentira que no se comprometen con la sociedad. Si alguien tenía alguna duda, la marcha del NO A LA BAJA del jueves pasado deja bien claro que tenemos reserva humana para rato.
En aquellos mismos años de terrible crisis muchos se fueron y otros pudiendo irse, se quedaron a pelearla en su patria.
Todos recordaremos los distintos pujos de emigración que sufrió nuestro pueblo. En la segunda mitad del siglo XX, el país comienza a vivir un deterioro económico y social, lo que provoca que familias enteras emigraran buscando trabajo en Estados Unidos, Australia, Venezuela y otros lugares más cercanos como Brasil y Argentina.
Durante la dictadura se agregó el exilio político, que profundizó aún más las heridas en las familias uruguayas.
En la década de los 90, como consecuencia de la aplicación de políticas neoliberales que desmantelaron el aparato productivo, aumentando el desempleo, se volvió a dar otro flujo migratorio de familias trabajadoras, agregándose en este caso como destino la España que se incorporaba al primer mundo europeo.
Por eso hemos sufrido viendo familias desparramadas por el mundo por culpa de quienes gobernaron nuestro país en los últimos cincuenta años, antes del año 2004.
Porque me dolió escuchar una vez el relato de dos padres que tenían a sus dos hijas por parir sus primeros nietos en diferentes países y ellos acá, aferrados a su tierra, a sus historias, a sus amigos, a sus vecinos, a su barrio, a sus orígenes. Y también me dio mucha rabia hace unos diez años, ver a dos vecinos veteranos irse del país tras sus hijos, uno en Canadá y el otro en España.
Sabemos que hoy es al revés, felizmente la situación de nuestro país, por obra del gobierno del Frente Amplio ha determinado que muchos uruguayos estén volviendo a su tierra.
Lejos estamos de compararnos con el bienestar de la Europa central. Igual podemos sentir que la esperanza de un país mejor, con oportunidades para todos, está siendo posible. Ya es realidad el país que soñamos en el que quienes se preparan y se forman encuentran oportunidades de trabajo y de realización. Ya es realidad el país del ejercicio de las libertades y de nuestros derechos. Ya no solo hablamos de los derechos humanos violados en la dictadura, ahora hablamos el ejercicio de todos nuestros derechos.
Serán estas cosas u otras o quien sabe cuáles, pero lo cierto es que muchos uruguayos empezaron a retornar a nuestro país. Solo eso ya es una enorme alegría. Es la confirmación de que muchas cosas están cambiando para bien.
Sigamos cambiando para bien, sigamos construyendo el país de la igualdad, el país de las oportunidades para todos, el de una convivencia sana, el de los niños creciendo con todo nuestro cuidado, el de los jóvenes disfrutando esa hermosa etapa y a la vez asumiendo sus responsabilidades y el de un futuro venturoso que está llegando.
Por ese futuro que soñaron nuestros viejos, con el pensamiento de nuestro conductor histórico el querido General Liber Seregni, sigamos trabajando hasta el último minuto para asegurar el tercer gobierno de nuestro Frente Amplio.
Ernesto Palomeque Suanes
Ernesto Palomeque - Miembro del Consejo Central de Asociación de Empleados Bancarios del Uruguay (AEBU).
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias