Si puede, no vaya al médico (1)

François Graña

31.03.2023

Si puede, no vaya al médico (1)

 

En lo fundamental, el actual sistema de salud es tributario de un modelo muy similar en el mundo entero. ¿O deberíamos llamarlo más bien "sistema de enfermedad"...? En esta nota sostendremos que, aquí como en todas partes, la atención médica se ve desbordada por una epidemia invisible: la dieta y el estilo de vida "modernos". Esta epidemia provee a las instituciones de salud un número creciente de "pacientes/clientes" que gastan mucho tiempo y dinero en chequeos y consultas médicas, tras la pastilla mágica que elimine problemas principalmente provocados por una alimentación deficiente. Un incisivo documental dirigido por Kip Andersen y Keegan Kuhn aporta una descripción descarnada del círculo diabólico en que está atrapada buena parte de la población mundial (2). 

"Bajo tratamiento médico convencional, ya sea para enfermedades autoinmunes o incluso afecciones como alta presión arterial o diabetes, te dicen que tienes que tomar medicamentos. Y no solo durante una semana o un mes o un año, sino para siempre. Garantizado que si sigues el consejo de tu médico estarás enfermo de por vida. Nunca te recuperarás. Porque todos los tratamientos consisten en manipular los síntomas, no en tratar la causa subyacente." (3) Estas son palabras del Dr. Alan Goldhamer, fundador del TrueNorth Health Center de los EE.UU. "Las enfermedades crónicas son la gallina de los huevos de oro de la industria farmacéutica", afirma el Dr. Michael Greger, nutricionista, escritor y divulgador de una dieta vegetariana. Las principales dolencias crónicas hoy en día son: la diabetes, las enfermedades autoinmunes, la artritis, los problemas cardíacos, la demencia, la obesidad y el cáncer. Dichas enfermedades representan un negocio de un billón y medio de dólares anuales (monto apenas inferior al PBI de Brasil y algo superior al de Corea del Sur). El alto valor de este mercado en expansión explica el interés -y los esfuerzos- de sus beneficiarios por mantenernos en la ignorancia respecto del nexo directo entre alimentación y salud.

Tomemos por caso la diabetes. Se dedican anualmente enormes sumas en investigación, pululan las clínicas especializadas que ofrecen tratamientos caros y vitalicios, pero nada ha impedido un incremento incesante del número de diabéticos. En las tres últimas décadas este número creció casi un 60 % (4), y solo entre 2010 y 2019, la cantidad de niños diabéticos en el mundo aumentó un 25 % (5). Veamos -muy esquemáticamente- qué ha podido establecer la investigación científica respecto de las posibles causas de esta verdadera epidemia.

Numerosas investigaciones muestran la correlación entre el consumo infantil de lácteos y la diabetes. Una revisión de 152 estudios determinó que un mayor consumo de leche de vaca y derivados se asocia a un mayor riesgo de contraer diabetes, y que quienes toman dos a tres vasos de leche por día, incrementan en un 78 % el riesgo de desarrollar la enfermedad. Esta metarrevisión fue presentada ante la Reunión Anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes de 2021 (6). Asimismo, nueve estudios realizados por investigadores de Harvard señalan que el consumo de una sola ración diaria de carne procesada aumenta en un 51 % el riesgo de diabetes. Por su parte, la Organización Panamericana de la Salud se hace eco de una investigación que pone en evidencia la relación entre el consumo de carnes -tanto rojas como procesadas- y la diabetes. Dicha investigación determinó que un alto consumo de carnes rojas aumenta en un 40 % la probabilidad de contraer diabetes (7). El Dr. Neal Barnard, investigador en diabetes e integrante del Comité de Médicos por una Medicina Responsable, sostiene que esta enfermedad no está causada por el consumo de azúcar ni por un exceso de carbohidratos, sino por una dieta que acumula grasa en la sangre, debido básicamente al consumo de carne y de grasa animal. Las pequeñas partículas de grasa que se acumulan en las células generan resistencia a la insulina, lo que impide el acceso normal del azúcar a las células, y este se acumula en la sangre: eso es la diabetes.

¿Qué hacen las instituciones especializadas en diabetes con estos contundentes hallazgos y recomendaciones provenientes de investigaciones científicas calificadas?

Empecemos por la prestigiosa American Diabetes Association (LDA) estadounidense. El Dr. Robert Ratner, médico jefe de esta institución, asegura que la misma busca "identificar una prevención y una cura de la enfermedad (...) No hay duda de que estamos en medio de una epidemia de diabetes": Sin embargo, en su página web se recomiendan alimentos como carnes y lácteos, claramente señalados como corresponsables de la manifestación de la enfermedad. Preguntado acerca de la posible reversión o cura de la diabetes con una dieta exclusivamente vegetal, como sugieren numerosos estudios, Ratner responde: "no creo que existan suficientes evidencias como para demostrar eso; no recomendamos una dieta específica, sino una alimentación saludable, no tenemos una dieta para diabetes." En cierto momento en que el entrevistador menciona un estudio que probó la eficacia de una dieta vegana baja en grasa, el Dr. Ratner corta abruptamente el diálogo: "hemos terminado aquí, no voy a entrar en una discusión sobre eso; cualquier dieta funciona si la gente la sigue (...) No puedo hablar de una dieta adecuada, si es de lo que quiere hablar, lo siento, no soy la persona con la que debería hablar" (puede verse en el documental arriba aludido que sus palabras se ven acompañadas por un marcado ofuscamiento). La conclusión es obvia: esta Asociación busca alargar la vida de personas que consumirán medicaciones hasta el fin de sus días, y por tanto no tiene interés alguno en prevenir o erradicar la enfermedad. 

La LDA se presenta como institución sin fines de lucro. ¿Y cuál es su fuente de financiación? Estos son sus principales patrocinadores: Danone, uno de los mayores productores de lácteos en el mundo; Kraft Foods, fabricantes de queso; Carne Procesada Oscar Meyer, Bumble Bee Foods, fabricantes de carne enlatada. Esto es: sabemos -o sospechamos- de la relación entre el consumo de lácteos y de carnes con la diabetes, pero no podemos decir nada porque sería nuestro fin como institución. Un conflicto de intereses de tal entidad denota la falta de ética de la LDA, y descalifica todo lo que pueda decirnos sobre el tratamiento de la enfermedad. Su teatral "ignorancia" de la dieta así como de los recientes hallazgos científicos sobre la clara conexión entre alimentación y diabetes, raya lo criminal.

Vayamos ahora a España. En su página sobre los alimentos, la Fundación para la Diabetes Novo Nordisk de Madrid anuncia alegremente la importancia de la carne, y festeja que su consumo se haya revalorizado estos últimos años; asimismo, subraya las "magníficas propiedades nutritivas" de los lácteos, que son de "fácil asimilación" y además contribuyen al "mantenimiento de la masa ósea" (¡!). Luego propone decenas de recetas "saludables" para el diabético: arroz con cordero, arroz con conejo, batidos con yogur, brocheta de ternera, canapés de pollo y jamón, canelones de berenjena y carne vacuna, chorizos a la sidra, entrecot de ternera braseado, carré de cordero asado con patatas, conejo al salmorejo, costilla de cerdo al ajillo, croquetas de pollo, ensalada con pulpo asado, melón con jamón ibérico, y muchos otros platos con insumos cárnicos y lácteos. Esta Fundación, por lo visto, también debe su existencia a la epidemia de diabetes y se vería seriamente perjudicada por una cura basada en la dieta. Sus sugerencias culinarias así lo gritan: necesitamos diabéticos que permanezcan insulinodependientes de por vida. 

¿Y por casa cómo andamos? La Asociación de Diabéticos del Uruguay publica en su página web las "recetas ADU". Todas y cada una de sus seis propuestas de "desayuno saludable" incluyen leche, queso magro, queso untable y yogur en diferentes combinaciones. Por su parte, en oportunidad del Día Mundial de la Diabetes, nuestro Fondo Nacional de Recursos sugiere una lista de alimentos bajo el rótulo "Hagamos que los alimentos saludables sean la opción fácil". Entre esos "alimentos saludables" incluye el consumo de carne vacuna, "compras diarias de lácteos descremados (leche, yogurt, quesos magros, ricotta)" así como desayunos en base a yogur, quesos y leche. Ver para creer (8). 

Hasta aquí, apenas algunos casos ilustrativos. Invito al lector a revisar las dietas recomendadas por otras instituciones enfocadas en la diabetes. 

La industria láctea mundial es muy poderosa, y ha hecho valer su potencial de presión para preservar su mercado. En 2008 se reunieron sus representantes, preocupados por la mala prensa de sus productos. Decidieron financiar estudios que "probaran" su relativa inocuidad, o que aceptaran una correlación entre consumo de lácteos y diabetes sin que haya quedado demostrada una conexión causal. Desde entonces se desató una furibunda contraofensiva de publicaciones con pretensiones científicas que realzan las inigualables propiedades nutricionales de los lácteos, ignorando los anuncios y recomendaciones de la OMS y la OPS como si nunca hubieran existido. Basta digitar "lácteos y diabetes" en el buscador de internet para acceder a decenas de publicaciones notoriamente patrocinadas por la industria. Son estas publicaciones chatarra que ocupan los primeros vínculos identificados por el buscador, y suele suceder que el ciudadano desprevenido, ingenuo o falto de tiempo se quede precisamente con esos registros falaces sin ir más lejos. Existen, por cierto, investigaciones libres de conflictos de intereses como las aquí aludidas, que son como flores que yacen bajo toneladas de hojarasca producida o patrocinada por la gran industria. Las voces honestas y sin intereses creados son apenas audibles en medio del ruido atronador de la publicidad, la manipulación de datos y los informes sesgados.

La prevalencia de la diabetes es la razón misma de existencia de toda una panoplia de instituciones, profesionales muy bien remunerados y medicaciones caras; es evidente que un tratamiento eficaz basado en la dieta arruinaría este negocio floreciente. Esto explica por qué las instituciones médico-sanitarias especializadas en diabetes se desinteresan de las causas de la enfermedad y se ocupan únicamente de los síntomas.

El lucro sin límites morales es el ácido corrosivo que carcome las bases mismas de nuestra civilización. El sórdido negocio de la diabetes no es más que un botón de muestra. ¿Qué hacer, ante fuerzas tan poderosas que parecen invencibles? Mientras no lo sepamos -o tal vez a modo de respuesta- alentemos esa miríada de pequeñas iniciativas locales que toman otra dirección: entre tantas otras, las huertas agroecológicas, los emprendimientos cooperativos, las asociaciones humanitarias y solidarias de todo tipo, el comercio de proximidad, los vecinos organizados, los jóvenes organizados, el cultivo de las "tres R": reciclaje, reutilización y reparación. Asoma en ese horizonte el arte de vivir con poco y sin afán de lucro, la primacía de la calidad sobre la cantidad, la opción por el ser antes que por el tener. Se trata de ser felices con poco, de cultivar la empatía, de detenernos para sentir aquí y ahora el milagro único de vivir.

Seamos realistas: pidamos lo imposible. 

François Graña es Doctor en Ciencias Sociales

Notas

  1. Es el título de un libro de Antonio Sitges-Serra (2020), Barcelona, Editorial Libros del Zorzal
  2. https://www.netflix.com/watch/80174177?trackId=14170286&tctx=2%2C0%2C7f7b0c7a-e281-47d1-b39c-6371d2ad4622-481557%2C240600ba-6d8a-4289-89dc-e03775330167_1910572X3XX1606943493070%2C240600ba-6d8a-4289-89dc-e03775330167_ROOT%2C
  3. Salvo aclaración expresa, este y otros testimonios aquí reproducidos fueron tomados del documental arriba citado.
  4. https://www.bmj.com/content/379/bmj-2022-072385
  5. https://es.statista.com/estadisticas/800944/ninos-con-diabetes-a-nivel-mundial/
  6. https://www.infosalus.com/nutricion/noticia-diabetes-tipo-leche-vaca-aumenta-riesgo-lactancia-reduce-20210929080456.html
  7. https://iris.paho.org/handle/10665.2/50938
  8. https://www.fnr.gub.uy/noticia_slide/dia-mundial-de-la-diabetes/

Foto: Internación en sanatorio / Ricardo Antúnez / adhocFOTOS

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2023-03-31T06:33:00

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