Fue homicidio, fue un crimen. Gastón Grisoni

05.10.2025

Finalmente la jueza penal de Montevideo Isaura Tórtora accedió al pedido formulado por el Fiscal Especializado en Crímenes de Lesa Humanidad. Procesó al coronel en situación de reforma Jorge Pajarito Silveira por el asesinato de Pedro Lerena Martínez, de 33 años de edad, padre de dos hijas, en 1975, luego de cuatro meses de incomunicación y torturas.

 

Pedro Lerena fue detenido en Montevideo, el 25 de mayo de 1975 en el marco de la denominada Operación Conejo. En base a la ya existente coordinación regional represiva, esta operación fue orquestada por diversos servicios de inteligencia. Fue dirigida por el mayor José Nino Gavazzo y el comisario Campos Hermida. Participaron otros notorios terroristas estatales como Ernesto (el tordillo) Ramas. El coronel retirado Jorge Pajarito Silveira, es el único que sobrevive al día de hoy. 

Pedro Lerena  estaba requerido por las Fuerzas Conjuntas (FFCC) y era miembro de la resistencia que enfrentaba al régimen militar dentro del país, luego de la disolución de las Cámaras el 27 de junio de 1973 y del levantamiento de la Huelga General a los 14 días. 

Fue detenido junto a Walter Cholo González, ex preso político, dirigente cañero y testigo declarante en la causa, Jorge el pollo Rodríguez y Humberto de los Santos.

Fue un asesinato

Las evidencias son abrumadoras. Si bien la autopsia determinó que falleció por ahorcamiento, el cuerpo presentaba signos de las bárbaras torturas a que fue sometido durante el tiempo en que permaneció desaparecido.  Luego de ser detenido en el operativo en que falleció Celso Fernández, Pedro Lerena fue torturado en la Paloma, en la casona de Punta Gorda, en el 4º de Caballería y falleció ahorcado en el 9 de Caballería en setiembre de ese año. Estuvo incomunicado todo ese tiempo. Cuatro meses estuvo desaparecido hasta que entregaron su cuerpo a los familiares. Jorge, el Pajarito Silveira, participó activamente en la última sesión de torturas como lo señalan los testigos. Luego de cuatro meses de incomunicación y torturas no hay suicidios. Hay asesinatos. Así de simple.

El camino de la justicia

Al retornar a la institucionalidad democrática, durante el primer gobierno de Julio María Sanguinetti, con el pretexto de asegurar la paz social, los sectores mayoritarios de los partidos tradicionales aprobaron la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado. El propósito de la misma fue permitir  que los responsables de las graves violaciones a los derechos humanos pudieran eludir sus responsabilidades penales.

La Ley de Caducidad (Ley 15.848) permaneció vigente hasta octubre de 2011 en que mediante la Ley 18 831 se restableció la pretensión punitiva del Estado.

La investigación, el esclarecimiento y la sanción de las graves violaciones a los derechos humanos, es el único camino que asegura que estos crímenes no vuelvan a ocurrir en el futuro. Reclamar justicia y reclamar por el destino de las detenidas y detenidos desaparecidos son acciones básicas de quienes quieren superar las heridas y secuelas de la dictadura civil militar  mirando hacia el futuro democrático.

Son delitos graves que deben ser investigados y castigados para que haya pleno futuro democrático. Los responsables de ellos deben asumir sus responsabilidades penales aunque la impunidad de dos décadas los lleva a comparecer en los tribunales a edades avanzadas. El Estado uruguayo y el sistema político deben tener una actitud firme. 

Los criminales estatales deben ser juzgados y condenados con todas las garantías del debido proceso como ha ocurrido hasta el momento, cualquiera sea su edad. No  debe haber lugar ni para ellos ni para quienes promueven una memoria elogiosa de la dictadura civil militar. 

El Estado fue el asesino

La madre, la esposa, las hijas de Pedro Lerena Martínez y otros familiares, jugaron un papel determinante para que el crimen no permaneciera impune. Los detenidos junto con él testimoniaron. Los peritos fueron contundentes al detallar las evidencias de las torturas. El Fiscal Especializado en Crímenes de Lesa Humanidad Dr. Ricardo Perciballe fundamentó el pedido de procesamiento y la tipificación de homicidio. La jueza Isaura Tórtora se pronunció y procesó a Jorge Pajarito Silveira por el delito de homicidio. Participó de manera activa  durante esos cuatro meses en las torturas sufridas por Pedro Lerena. 

Las y los muertos durante los interrogatorios y en los centros de reclusión de la dictadura civil militar fueron asesinados.

Gastón Grisoni es Presidente de Crysol pero sus opiniones no reflejan ni comprometen, necesariamente, al colectivo como tal.

Foto: Mauricio Zina / adhocFOTOS

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2025-10-05T06:57:00

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