Culmina la electrificación de Cañas, Departamento de Cerro Largo

Gerardo Rey

14.09.2017

Los números fríos darán cuenta de los 211 kilómetros de red para electrificar, las 200 familias comprendidas, las 2 radio bases de ANTEL, las 7 escuelas, la policlínica y las viviendas de MEVIR que transformaron la calidad de vida de los vecinos de Cañas.

Es un muy buen ejemplo de políticas públicas coordinadas, articuladas entre el gobierno nacional, el local y fundamentalmente con los vecinos organizados.

Allá por 2008 y 2009 empezaron las múltiples reuniones con la comunidad. Recuerdo la invitación que nos hizo Elena Sosa, una maravillosa mujer rural que junto a un particular personaje extranjero,

Rudolf Larson que obviamente todos conocen como El Sueco,  se animaron a formularnos un proyecto para Cañas.

La primer reunión se hizo en la capilla del lugar. El asunto central era la electrificación pero confieso mi asombro por el desarrollo que se proponían para alcanzar un ambicioso plan de políticas públicas que ni más ni menos permitieran empezar a achicar las desigualdades. Porque de eso se trata.

Porque una escuela rural es un formidable ámbito de socialización y aprendizaje. Pero  las herramientas educativas no se pueden desplegar de igual modo si no hay energía eléctrica.

Porque si llega energía eléctrica MEVIR puede construir viviendas para las familias rurales de menos recursos. Vaya si es importante.

Porque la llegada de todos los servicios de ANTEL permite acceder a comunicaciones y conectividad que hoy resultan relevantes para la producción, el entretenimiento, la enseñanza, el acceso a información y un largo etcétera. Y para eso requiere de energía eléctrica.

Porque en esa zona del país necesitamos dar un impulso a la producción para generar riqueza. Y sin  energía eléctrica resulta muy difícil, casi imposible, achicar las distancias en cuanto a productividad con las zonas más favorecidas de nuestro territorio.

Pero tal vez lo más importante de este proceso sea el impacto en la gente del lugar. El valor que tiene en comunidades alejadas de los centros urbanos, la apuesta a lo colectivo, asumir compromisos, compartir con otros ni más ni menos una forma de aportar  (por cierto con un enorme apoyo de subsidios varios) donde los que más tienen ponen más que los que tienen menos.

Uruguay culmina una etapa muy importante en su plan de electrificación rural. Queda poco y nada para llegar al 100%. No me imagino este tipo de proyectos si los uruguayos no tuviéramos una empresa pública como UTE y funcionarios muy comprometidos con su rol de servidores públicos.

Siento que las desigualdades se acortaron para esta gente.

Siento que falta mucho ...... pero falta menos.

A Elena y Daniel, al Sueco y a todos los que tuve oportunidad de conocer en ese proyecto les estaré siempre agradecido por permitirme al menos desde el comienzo compartir un sueño que hoy se les hace realidad.

Gerardo Rey
2017-09-14T10:09:00

Gerardo Rey

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