Gobernar, hacer y decir. Esteban Valenti

05.06.2025

La tarea de gobernar es siempre un gran desafío, no es ni puede ser la continuidad de gobiernos anteriores. Hace más de 3 meses que la izquierda gobierna nuevamente y los que se consideran dueños del poder eterno en el Uruguay, ahora coaligados, ya tienen todas las filas de dientes bien afiladas y tratando de arañar. Era de esperarse, en los cinco años de ejercicio del poder lo aprovecharon para todo y sobre todo para enriquecerse y abusar de cada resorte y cada pliegue.

No es nuevo en la modalidad, lo hicieron en particular desde 1990 y lo repitieron en el 2020 en adelante. Sin parar un segundo, incluso con compras sin licitación por 33 millones de dólares en el Ministerio del Interior, luego de perder el balotage. Un manual de inmoralidad.

Pero refugiarse en estas obscenidades no resuelven nuestros problemas. Pero... deberíamos ser rigurosamente exigentes, con toda la fuerza de nuestra argumentación y con todos nuestros dirigentes y legisladores. Tenemos el derecho y la obligación ante los ciudadanos.

Lo peor que podemos hacer es errarle al eje de nuestras obligaciones. Nuestro objetivo fundamental no es asegurar el triunfo en el 2029, es poner realmente en movimiento un nuevo impulso progresista en este nuevo tiempo, nacional e internacional, atender las prioridades económicas, sociales y culturales de los uruguayos y tener claro nuestra concepción táctica y estratégica de izquierda, progresista.

Debemos atender y DEMOSTRAR cual es nuestro proyecto económico y social, que son inseparables. Debemos atender con un fuerte y rápido impulso a los sectores sociales que lo necesitan y que además son la clave para un nuevo impulso al crecimiento y no a la inversa, que primero tenemos que crecer y luego repartir. Ese es un pensamiento típico de la derecha.

No hay dudas que se han hecho cosas y que la principal tarea de la derecha es ocultarlas con una polvareda de pequeños episodios que han manejado realmente bien y aprovechando algunos gafes que cometimos nosotros.

Los medicamentos volvieron al sistema público de salud, se negoció correctamente la deuda del gobierno anterior con el Ferrocarril Central y nos evitamos un costoso juicio, en julio comienza el abono para escolares, las Asamblea Técnico Docentes volvieron a ser de los docentes, se terminó la persecución sistemática en secundaria, se anuló la vergüenza de la reglamentación de la Ley de Medios y se nota por la parcialidad cada día más evidente de algunos canales de televisión. (Nos ocuparemos del tema, no hay que resignarse), el índice medio de salarios subió un 5.64% y ahora presentamos la Rendición de Cuentas en el Parlamento.

Y podríamos seguir.

Pero es notorio que no logramos transmitir adecuadamente las acciones del gobierno y en muchos episodios bailamos al son de la música opositora, muy miserable, por cierto.

Tenemos serios problemas de comunicación y hay que resolverlos pronto, cada día que pasa se hace más difícil. Es una lección de la historia. Hacer y comunicar bien son inseparables para gobernar bien y para tener una política correcta. Hacer que los mensajes y los mensajeros sean los adecuados para cada momento, es fundamental.

La comunicación tiene un sustento profesional, pero en un gobierno y en el propio Frente tienen sobre todo un sustento político muy exigente.

Y no tenemos bien resuelta la coordinación, la oportunidad, la claridad, la continuidad de una POLÍTICA DE COMUNICACIÓN.

Esto lo percibe la sociedad en su conjunto y en particular el pueblo frenteamplista.

No es un complemento, los cambios que necesitamos, profundos, serios, bien estudiados y valientes necesitan del apoyo de la gente, no son solo gestión y administración, es el impulso social y político imprescindible.

Algunos blancos se arrogan la tarea de dar la batalla cultural y en realidad, lo que afilan son sus espadas más herrumbradas y básicas del desgaste contra el gobierno.

Hay que asumir que en zonas enteras de nuestro mundo la derecha y la ultra derecha crece en forma permanente, ahora se sumó el gobierno de Polonia.

Los gobiernos progresistas de América Latina tenemos por primera vez en la historia una responsabilidad histórica, disputar y vencer en la batalla contra la derecha y servir de referencia para la reacción de las fuerzas progresistas en Europa y en los Estados Unidos.

Hay un error que cometemos en reiteración real, hacer cosas y no explicarlas adecuadamente, con seriedad, con profundidad, con oportunidad. Me refiero a las cosas principales que hace el gobierno, en todos los frentes, designaciones, proyectos de Rendición de Cuentas, medidas ministeriales, etc. Las cosas no se explican solas, es un grave error de soberbia o de ignorancia.

La comunicación política y gubernamental no es independiente de las diversas fuerzas políticas. Una parte fundamental de una estrategia de izquierda es su capacidad planificada, bien coordinada, con un profundo sentido nacional y crítico de comunicarse con la gente.

El vendaval que viene montado, organizado y ejecutado desde diversos medios de comunicación con directa incidencia de la oposición y en especial de blancos y colorados requiere RESPUESTAS, que no quiere decir bailar con su música, sino tener una clara definición de los rumbos del gobierno y comunicarlos.

Estoy veterano y cansado y mi máximo aporte es no callarme, no escribir para congraciarme con el poder y con los compañeros y amigos, sino pensar, criticar, analizar y aportar lo que se pueda.

Tengo el recuerdo de los anteriores gobiernos y sé que cuando se desmejora o se debilita la imagen y el nivel de apoyo, recuperarlos es cada día más difícil.

Estamos plenamente a tiempo, pero no para dejar pasar las situaciones y no reaccionar, sino para recordar que la fuerza de nuestras ideas de izquierda y progresistas, de nuestras acciones de gobierno, siempre, siempre se basaron en nuestro gran esfuerzo de comunicarlas, de compartirlas, de transformarlas en una fuerza social. Eso es ganar la batalla cultural y política y acumular las fuerzas para resolver los graves y grandes desafíos, de la pobreza, de la pobreza infantil, del trabajo, del crecimiento productivo con sus grandes proyectos, de la educación y la salud, de la cultura y la libertad.

No son palabras, son seres humanos con sus vidas, sus expectativas, sus proyectos, su nivel de vida, sus salarios, jubilaciones y pensiones y muy importante, es su confianza en estos 177 mil kilómetros cuadrados con un potencial único de desarrollo y crecimiento.

Esteban Valenti
2025-06-05T07:28:00

Esteban Valenti.

Trabajador del vidrio, cooperativista, militante político, periodista, escritor, director de Bitácora (www.bitacora.com.uy) y Uypress (www.uypress.net), columnista en el portal de información Meer (www.meer.com/es) y de Other News (www.other-news.info/noticias).