Elevar el nivel

Gustavo “Tato” Olmos

06.01.2021

La pertinencia de un rumbo de acción no debería depender de si somos gobierno u oposición. Que situaciones análogas sean compartidas o cuestionadas en función de esa variable no ayuda a un intercambio constructivo. 


 

Argumentar es defender una idea u opinión, explicitando las razones que se entienden pertinentes para sostener ese punto de vista. Es la expresión de un razonamiento o idea, buscando probar, justificar o refutar un determinado enunciado.

Los argumentos que se esgrimen ante una idea en particular, estarán teñidos por la cosmovisión de quien argumenta, por el lugar y momento histórico en que las expresa, por la madurez del estudio o evidencia científica en relación al tema que haya disponible, entre otros elementos.

Lo que no debería pasar, es que dependa del lado del mostrador en que circunstancialmente alguien se encuentra posicionado.

Oficialismo y oposición, cualesquiera sean estos, suelen caer en esa trampa. Mejoraría mucho la calidad del debate el que unos y otros podamos eludir esa trampa, que sirve para justificar una posición en determinado momento, pero atenta contra la construcción de acuerdos básicos, especialmente en relación a lo que es aceptable y lo que no en un sistema democrático.

Veamos algunos ejemplos recientes, de los muchos disponibles.

Confidencialidad

En su comparecencia del 5 de enero a la Comisión de Salud del Senado, Álvaro Delgado, secretario de Presidencia, manifestó, en relación a las vacunas para el COVID-19, que el gobierno tiene "acuerdos de confidencialidad con varios laboratorios que implican no poder dar información, y no vamos a hipotecar ninguna tratativa."

En octubre de 2017, en relación a las cláusulas de confidencialidad del acuerdo con UPM, el mismo Delgado reclamaba en entrevista con En Perspectiva que Uruguay debía encarar la eventual inversión de UPM como una «política de Estado» y brindar información sobre las negociaciones a todo el espectro político.

El entonces Senador Jorge Larrañaga sostenía que "no se puede anteponer al interés nacional una cláusula de confidencialidad. Está bien que la misma se pacte y se resguarde, pero hay que tener información para abordar una instancia de esta naturaleza". Y en la sesión de la Cámara de Senadores del 28 de noviembre de 2017, ofrecía la solución: "estamos seguros de que si se hubiera solicitado esa confidencialidad a los representantes de la oposición -por ejemplo, mediante la firma de un documento-, perfectamente hubieran podido participar"

El criterio parece ser que la confidencialidad es correcta cuando soy gobierno y es inadmisible cuando soy oposición.

Los alias del ajuste

En la Rendición de Cuentas correspondiente al año 2015, el gobierno del Frente Amplio incluyó una serie de medidas para reducir el déficit fiscal, que el entonces ministro Danilo Astori calificó como 'consolidación fiscal'.

La entonces oposición salió inmediatamente a denunciar que se trataba de un ajuste. Por ejemplo, el entonces senador Javier García decía "No se puede decir 'no hay ajuste, es una consolidación fiscal', es un mazazo en el bolsillo de los trabajadores".

Cuando en marzo de 2020, el gobierno decretó elevar las tarifas públicas de UTE, OSE y ANTEL, eligió el nombre de 'ajuste tarifario' y fue el turno de la oposición de denunciar que era un 'mazazo en el bolsillo de los trabajadores'

Al recorte de 4 a 2 puntos el descuento del IVA para compras con tarjetas de débito y de 9 a 5 puntos el descuento para las tarjetas de crédito en los restaurantes se le llamó 'reducción del descuento'.

Quedamos entonces enredados en un debate semántico, sobre el nombre de las cosas, y no sobre la pertinencia de las medidas. El resultado final de esta confusión semántica es que quien no puede seguirla hasta el fin, termina concluyendo que "todos los políticos son iguales". En esta visión, pierden tanto los gobiernos como las oposiciones.

Comunicación

En pocas cosas parece haber tanto consenso en el Frente Amplio como en relación a que se comunicaron mal los innegables avances en bienestar y derechos logrados durante los 15 años de gobierno.

El documento de Balance, evaluación crítica, autocrítica y perspectivas que está en discusión en el Frente plantea que "no siempre comunicamos bien los logros que alcanzamos".

Una de las fortalezas del actual gobierno, desde la fase de campaña electoral, es una buena comunicación, al punto que Rosencof introdujo la idea de que estamos gobernados por una agencia de publicidad, luego repetida hasta el cansancio.

Convengamos que ambas cosas no son compatibles. O es una virtud que un gobierno comunique bien, o no lo es (difícil encontrar argumentos en este sentido). Pero no es razonable que sea criticable cuando gobierna otro y lo hace bien. El desafío es concretar aquello de 'vamos a hacerlo mejor' y no pretender que el otro se equivoque.

Me permito terminar citando a Luis Mardones. "A los esencialistas les irrita que se marque que lo que se denunciaba en la oposición ahora se hace desde el gobierno y viceversa. Para el esencialista haga lo que haga el campo del Bien será para bien y haga lo que haga el campo del Mal será para mal."

Que desde todos los partidos haya voces que intenten escapar de esa lógica sería una gran contribución a elevar el nivel de la discusión política.

La calidad de la vida política de un país se logra cuando gobiernos y oposiciones van integrando conocimientos y experiencias, consensuando soluciones, para dejar en discrepancia aquello que verdaderamente nos separa. 

No lo adjetivo, sino lo profundo.

Gustavo "Tato" Olmos es Diputado, integrante de Marea Frenteamplista / Fuerza Renovadora / Frente Amplio. Pertenece a Generación 83 y trabajó en GeneXus. @tato_olmos


Columnistas
2021-01-06T18:05:00

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias