Impuestos no; ¿y el atraso? Danilo Arbilla
12.07.2025
El ministro de Economía Gabriel Oddone descartó el "impuesto a los ricos" de Marcelo Abdala. Ya el presidente Orsi se lo había dicho a los jefes sindicales.
Los ricos suspiran con alivio. Los jubilados también, pues como el ministro dijo que no es soportable una mayor presión fiscal interpretan que no habrá aumento del IASS. ¿Recuerdan?; es aquel zarpazo que Danilo Astori dio a la clase pasiva con un impuesto a la renta inconstitucional -de ahí que por ley de le llamó de "asistencia"- y contra natura de toda teoría económica.
¿Y a quién se refiere Abdala cuando habla de clase más acaudalada? ¿Hay familias tan ricas en el Uruguay o solo son "riquitos" como decía el Cr. Damiani? O se trata de un nuevo tiro por elevación a la clase media ajena a la burocracia intocable, con sus subidas y bajadas según gobiernos, pero siempre creciendo mientras pagan los contribuyentes; los que trabajan. ¿Se referirá quizás a las grandes firmas, extranjeras casi todas, como frigoríficos, UPM, la del puerto , las multinacionales en general.? ¿Cómo se hace para categorizarlas como familias más acaudaladas? ¿O esas están exoneradas?
Que recuerde, Abdala no habló del atraso cambiario, pero ese tema, precisamente, es el que revolotea con fuerza en estas horas.
En el Banco Central, al igual que sus antecesores, están "chochos con la inflación. El chiste cuesta casi mil millones de dólares anuales (LRM) en intereses, que alguien los paga -los mismos de siempre- mientras se rebuscan la banca, las AFAP , y quizás algunos especuladores caranchos que nunca faltan.
La inflación está planchada, sí, pero con contradicciones: un choclo en la feria vale 100 pesos (2,5 dólares) y un repollo 2 dólares. ¿Cómo se explica? Estamos entre los países más caros del mundo. Las tarifas suben, incluso ahora con nuevos impuestos agregados aunque no lo digan, y la gente se encandila con el dólar barato, que de vez en cuando se vuelve muy caro. Durante el gobierno anterior advertimos que les podía pasar como al campesino que cuando casi le había enseñado al caballo a vivir sin comer, éste se le murió de hambre. Al final todo en algún momento se paga.
Desde luego esto preocupa, y mucho, al sector exportador en general, y al agropecuario en particular. Es cierto que todos rascan para adentro pero hay cosas innegables: costos internos con alta inflación en dólares, cargas impositivas, precios externos no siempre favorables y tipo de cambio subvaluado. Nos están cocinando a fuego lento como a la rana, dicen.
Pero no son solo ellos, me aseguran que hay gran inquietud entre inversores y desarrollistas en Punta del Este. Alguno hasta con un pie en el estribo, según amenazan.
Estos dicen: traemos dólares que se nos licúan, pagamos alta inflación en dólares, empleamos a cientos y cientos de personas, -mano de obra cara, sindicato fuerte en una relación no siempre fácil-, y arriba cuando vendemos se nos castiga y se nos quitan exoneraciones; mas que un IVA es una multa, afirman. Somos exportadores- argumentan- traemos dólares de afuera, por años creamos fuentes de trabajo y mayoritariamente vendemos a extranjeros que pagan con sus dólares que siempre quedan aquí. Ademas vienen a veranear y gastar y nuestros edificios aseguran trabajo permanente durante todo el año a mucha gente. También rascan para adentro, pero son argumentos.
Tengo entendido que han hecho llegar el problema a Orsi y a Oddone. Una carpeta caliente.
Danilo Arbilla
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias