Niño, deja ya de joder con la pelota
Jaime Igorra
10.06.2015
Cuando escucho la canción “Esos locos bajitos”, esta estrofa de la canción “niño, deja ya de joder con la pelota”, me causa gracia. Me imagino un niño con su pelota jugando en el comedor o en el estar de la casa, donde hay objetos frágiles que puedan romperse o que él mismo se haga daño contra algún mueble.
Curiosamente, cuando los adultos no terminan de entender que no se puede hacer "cualquier cosa en cualquier lado" (principio de realidad por encima del principio de placer), inmediatamente la vuelvo a recordar.
En algunas carreteras europeas, verdaderas máquinas para circular, me parece atinado que no existan fraccionamientos y construcciones urbanas a sus lados, que los únicos carteles que tenga que atender un conductor sean los indicadores y señales del tránsito, que las únicas construcciones admitidas sean estaciones de servicio con paradores.
Me produce desagrado ver que nuestras carreteras se conviertan en máquinas de muerte para ciclistas y peatones, cruzando de un lado a otro para dirigirse a visitar a un familiar o un amigo o para concurrir a un comercio. Tampoco me agrada la proliferación de cartelería con ofertas diversas, minimizando los carteles de tránsito o distrayendo la atención del conductor. Es increíble la debilidad de los organismos competentes para impedir nuevos fraccionamientos a los lados de las carreteras transformándolas en avenidas con semáforos en los cruces y teniendo que construir en otro sitio la carretera, que en poco tiempo tendrá el mismo resultado. Cuando esto sucede recuerdo la estrofa ..."niño, deja ya de joder con la pelota".
Recuerdo al menos dos traslados del aeropuerto de la ciudad de San Pablo; por quedar insertos en una trama urbana incontrolable. Hay otros ejemplos en el mundo y mucho me temo que nuestro aeropuerto internacional en Carrasco, recientemente remodelado, corra igual suerte. No obstante nuestro bajo crecimiento demográfico podemos ver cada más nuevos edificios en las proximidades del aeropuerto. ¿ Es esto moda, capricho, o qué cosa ? ¿ Es necesario? ¿Responde a un serio estudio y proyección urbanística?
40 o 50 años atrás como integrante del Cuerpo de Ingenieros del Ejército Nacional me correspondieron al menos dos actuaciones en nuestro aeropuerto. La primera fue la tala de árboles para prolongar las pistas, particularmente la 026, ya que los cada vez más grandes aviones a reacción requerían pistas más largas. Ya no era posible obtener tierras hacia el este. Carreteras y un fraccionamiento lo impedían. La otra, la construcción de taxi ways para la aviación civil al borde del Camino Carrasco.
Hacia la zona de bañados y parque no había dificultad. Ninguna construcción existía en los alrededores. El entorno actual ha cambiado radicalmente. Cuando pasamos por la zona entono la misma estrofa ...."niño, deja ya de joder con la pelota". Cuesta carísimo construir un nuevo aeropuerto y dejar de lado una reciente remodelación.
Hemos tenido largas demoras en el desarrollo de producciones en algunos aspectos para los que nuestro país siempre tuvo enormes aptitudes, tales como la forestación y la minería.
Recuerdo, en la década del 70, y mediados de los 80, los esfuerzos de la Comisión Honoraria Forestal para poder redactar el Proyecto de Ley Forestal, teniendo en cuenta además la realidad que presentaba el país en ese entonces, teniendo forestado menos del 1% de su territorio. La erosión en los campos, la falta de sombra y abrigo para el ganado, la no explotación de un recurso renovable como la forestación eran un verdadero drama nacional.
La realidad actual nos muestra un gran desarrollo en materia de forestación. Si bien en los primeros tiempos exportábamos troncos hacia los países donde se encontraban las fábricas de celulosa y papel, esto nos era poco redituable y al mismo tiempo requería enormes esfuerzos para el transporte de esos troncos, más tarde chips, hacia las zonas portuarias. Ya a fines de la década del 90 se pensaba que el aumento de producción de troncos y chips requeriría la llegada al puerto de un tren ferroviario cada 15 minutos, siendo el puerto de Montevideo el único capaz de procesar tales cargas. Podemos recordar las montañas de troncos y chips paralelas a la rambla Sudamérica, lo cual mucho preocupaba a la Dirección Nacional de Bomberos. La remodelación y concreción de puertos de embarque en Nueva Palmira y M'Bpicua (Fray Bentos) chipiadora de ENCE, facilitó una mejor logística para estas cargas. La llegada e instalación de BOTNIA - UPM con la producción de celulosa produjo cambios esenciales en la logística de embarques al exterior de este producto.
La Paloma, única ciudad proyectada en el país fuera de la aplicación de las Leyes de Indias en el período colonial, volvió a encontrar su destino de ciudad turística y puerto, como proyectara el urbanista Arq. Carlos Gómez Gavazzo. Hoy el embarque de madera, gracias a las obras realizadas en su antiguo puerto, ha permitido aliviar nuestras carreteras de una importante cantidad de camiones con productos forestales de la zona hacia las fábricas de celulosa. Seguramente un paso más en esta formidable cadena productiva será la fabricación de papel, lo cual traerá cambios sustantivos y muchos mejores ingresos. En varias oportunidades y atendiendo a las demoras en los procesos de transformación de nuestra producción agrícola, en la necesidad de las imprescindibles mejoras de nuestro sistema portuario para atender esta creciente demanda en los transportes fluviales y ferroviarios, los argumentos que reiteradamente se esgrimen dificultando u obstaculizando las concreciones, me llevan a canturrear la misma estrofa...."niño, deja ya de joder con la pelota".
El Uruguay posee yacimientos de volumen importante en mineral de hierro. El principal se encuentra en la cuenca del Arroyo Valentines, en el extremo noreste de Florida, a 260 km de Montevideo. Otro yacimiento importante se encuentra en los alrededores de Zapucay, en Rivera, a 600 km de Montevideo.
El yacimiento en Arroyo Valentines ha sido objeto de estudios geológicos y económicos suficientes como para garantizar la rentabilidad de su explotación. En la década del 60 se pensó en la extracción de este mineral y transportarlo en bruto a los altos hornos de la siderurgia Argentina. Los oficiales del Cuerpo de Ingenieros que realizamos un curso de Geología en la Facultad de Agronomía en la cátedra de los Prof. J. Bossi y Fernández analizamos esta situación.
Se consideraban factibles para ello dos modalidades: el transporte en vagones ferroviarios hacia el puerto de Montevideo y luego ,en barcos de carga a los altos hornos de Paraná, donde el material sería procesado y transformado en acero, o el transporte, a través de barcazas en el Río Negro hacia el mismo destino. En aquellos años, la única represa en el Río Negro, era la de Rincón del Bonete y requería de un adecuado pasabarcos para estos fines. El transporte pasó a ser la clave de esta operación que nunca se concretó.
En la actualidad, la empresa Aratiry ha presentado al gobierno uruguayo un proyecto de extracción del material y su traslado hacia buques para la exportación del mismo. La explotación en canteras a cielo abierto siempre fue considerada la más adecuada ya que este mineral se encuentra en bancos de poca profundidad. El problema actual, sigue siendo el mismo, o sea, cómo transportar adecuadamente este material. Esta empresa ha presentado un muy discutido proyecto con el objetivo de concretar un embarcadero en la zona Atlántica de aguas profundas (Rocha)para grandes buques. La idea parece muy atinada ya que se utilizarían buques de gran tamaño, pero la discusión para la concreción de esta obra, parece no tener fin. Y entonces, sin música ni buena voz vuelvo a misma estrofa..."niño, deja ya de joder con la pelota".
Algo parecido ocurre con los puertos, en nuestro país y en el mundo. Los puertos son actualmente máquinas logísticas, donde el espacio es muy caro y necesario. No siempre es posible ganarle al mar las áreas que se necesitan y en las ciudades - puerto el crecimiento hacia la ciudad es imposible. Ya hicimos referencia a este problema que tiene el puerto de Montevideo, en un artículo anterior. La gestión portuaria y la logística creciente reclaman por espacio. Cada vez se acumulan más contenedores, más partes o piezas que llegan para ser ensambladas, dirigirse a otros puertos o permanecer en el país. A su vez, grupos organizados de la ciudad reclaman "balcones al espacio portuario" tratando de impedir que frente a las calles que llegan al puerto haya contenedores, que la altura de los contenedores apilados sea la mínima, etc. etc. Seguramente la bahía de Montevideo en el futuro sea como la bahía de Sidney. El puerto y su área logística trasladado a otro sitio, y en la bahía clubes deportivos, museos, teatros, boliches y en los antiguos depósitos bellos apartamentos teniendo al frente modernos automóviles en sus cocheras y hacia los muelles el yate de esos propietarios. Por su ubicación, un departamento que pueda costar U$ 300.000 en cualquier lugar, allí costará U$ 3.000.000 (ejemplo: el Proyecto Urbanístico The Rocks en la bahía de Sidney). Hay otros casos similares en el mundo a los cuales también hemos hecho referencia en un artículo anterior.
Seguramente la refinería de la Teja también será trasladada y finalmente la bahía de Montevideo será el tan ansiado baricentro de la ciudad.
Para ello nuestro anhelado sistema de puertos de aguas profundas en el Atlántico, cuya discusión para iniciar las obras lleva más de 100 años, tendrá que previamente concretarse. Esos puertos deberán ser máquinas logísticas y los balcones al mar y otros recreos definitivamente ubicados en otro sitio, sin competir con las tareas que allí tengan que realizarse ni con los espacios necesarios, pues sería lamentable que también en ellos alguien recordara en algún momento la estrofa de la canción......"niño, deja ya de joder con la pelota".
La tan atinada canción nos dice también: "A menudo los hijos se nos parecen" y "cargan con nuestros dioses", "se menean con nuestros gestos". Quizás podamos inteligentemente leer estos mensajes como un llamado o alerta a la inmensa responsabilidad que cada una de nuestras decisiones ciudadanas trae como consecuencia, engendrando un futuro que nuestros jóvenes y niños heredarán indefectiblemente ....que no sea para ellos una "carga" nuestra actitud a veces irracional o caprichosa, depende exclusivamente de nosotros.
Jaime Igorra