Petróleo a menos 37 (salvo en Uruguay)

Jaime Secco

22.04.2020

El lunes, el mercado a futuro del petróleo West Texas llegó a pagar más de 40 dólares el barril a quien se lo llevara o se hiciera cargo del depósito. Era negocio “comprarlo” y tirarlo, si fuera tan fácil. ¿Cómo pudo suceder? Y, ¿por qué en Uruguay nadie protesta por las tarifas?

 

Al final, destacaremos algo positivo: muchos en la izquierda se terminarán de enterar que Estados Unidos figura entre los tres mayores productores de petróleo y, por lo tanto, conseguir este producto no es el centro de su política exterior, como quizá lo fue en los 70.

Esta baja del lunes fue algo excepcional, pero anclado en una coyuntura sobre la que volveremos. Lo que llama la atención es que ni el Partido Nacional, ni el Colorado ni las gremiales agropecuarias no protestaron cuando Ancap salió a decir que el precio de los combustibles en Uruguay no bajarían.

Es claro que los costos de la empresa no reflejan inmediatamente los de las bolsas especulativas. Pero antes no entendían tales sutilezas.

Ancap explicó que su costo incluye compras que realizó el 12 de marzo compras para el 60% de lo que espera consumir el segundo semestre. Es cierto, sin embargo que el 12 de marzo ya podía preverse que el precio del petróleo se iba a desplomar. ¿Cómo sé que podía preverse? Porque el 6 de marzo escribí una nota informando que el precio se desplomaba (https://www.uypress.net/auc.aspx?102707).

No soy experto en mercado petrolero, pero parecía obvio curiosear cuando el flamante gobierno anunció subas generales de tarifas, contra lo que habían prometido desde hace un año. Por no decir que hace quince. La crisis del coronavirus ya estaba instalándose. Y justo acababa de romperse el débil acuerdo de reducción de producción entre la Opep y Rusia.

Y, como no soy experto, no voy a cuestionar técnicamente la decisión de Ancap de estoquear petróleo cuando se preveía una baja. Todas esas cosas son más complejas cuando se las mira de adentro.

El lunes (de oro) negro

Lo que sí creo que puedo aportar como periodista es alguna explicación sobre lo que pasó el lunes.

Como vimos, hace más de un mes la caída de la producción en China, que entorpecía la industria de otros países por falta de insumos intermedios, ya estaba reduciendo el consumo de combustible. Casi en seguida, el coronavirus atacó al Sur de Europa y luego a los Estados Unidos, con la consiguiente baja de movilidad general y por tanto, de consumo de combustible automotor y de avión.

Mientras tanto, roto el acuerdo de los países exportadores, la producción de petróleo seguía creciendo. El intento de conciliar Arabia con Rusia para un nuevo acuerdo, dio frutos bastante pequeños. Estados Unidos, el tercer gran productor, no entró en ningún acuerdo de reducción de producción.

En Estados Unidos existe un mercado de compra a futuro de petróleo. Inversores y especuladores compran productos que no necesitan a entregar en una fecha futura, con la esperanza de revenderlo antes del momento de tener que hacerse físicamente cargo de lo que compró. Se especula con petróleo, pero también con granos y otros alimentos, metales y hasta con papeles de deuda pública o privada y con hipotecas.

Como hay poca demanda, muchos especuladores vieron acercarse la fecha en que tendrían que hacerse materialmente cargo del petróleo que compraron, sin haberlo podido vender. 

Foreign Policy lo explica así: "Los operadores se apresuraron a deshacerse de su inversión antes de que el mundo financiero se encontrara con el mundo real: la fecha de vencimiento del contrato de futuros de mayo es hoy (el martes 21), lo que significa que cualquier titular de esos contratos tendría que aceptar físicamente 1,000 barriles de petróleo en Cushing, Oklahoma. La instalación de almacenamiento en Cushing ya está cerca de su máxima capacidad debido a semanas de baja demanda de petróleo, lo que hace que el contrato no tenga ningún valor. Para los comerciantes acostumbrados a comprar y vender petróleo solo en el papel, la perspectiva de recibir la entrega física no fue una opción, y otros posibles receptores de entregas de petróleo, como refinerías o aerolíneas, no están dispuestos a tomarlo, lo que llevó a los especuladores a liquidar el contrato."

Los productores que ofrecían petróleo a futuro, se encontraron con esa ola de arrepentimientos y tuvieron que pagarle a los eventuales compradores para que se hicieran cargo de recibir petróleo en mayo.

La revista cita una nota de Julianne Geiger en Oilichelin, "El Fondo de Petróleo de los Estados Unidos, un fondo cotizado en bolsa (ETF), tenía una gran parte de los contratos de mayo. "Por supuesto, un ETF como la USO que comercia con barriles de papel no está ansioso por recibir la entrega física de cualquier cantidad de petróleo, incluso si pudieran encontrar un lugar para almacenarlo". 

El mismo lunes el presidente Trump ordenó una especie de salvataje, consistente en comprar hasta 75 millones de barriles para recargar sus reservas estratégicas y, llegado el caso, ofrecer espacio en alquiler a en depósitos destinados a esas reservas. Eso hizo que el martes el precio se recuperara un poquito. Hasta llegar a cero. Entregarlo sin pagar ni cobrar un dólar.

Ese apurón por sobrecompras especulativas no es el fin de la era del petróleo, obviamente. Los futuros a entregar en junio cotizaban a US$ 25 el viernes pasado y bajaron a US$ 20 el lunes. Pero no a cifras negativas. La pregunta es si estos precios cubren los costos de producción. Y, en segundo lugar, cuánto tiempo durará esta baja en la 

Entretanto, en el exterior, Arabia Saudita y otros países de la OPEP están considerando reducir más el volumen de explotación. "Hay que hacer algo con respecto a este baño de sangre", dijo un funcionario saudí al Wall Street Journal.

El imperialismo es un tigra de papel

Una consecuencia positiva de esta caída estrepitosa del barril de West Texas, sería que a la izquierda le caiga la ficha de que Estados Unidos está, con Arabia Saudita y Rusia, entre los tres principales productores mundiales de petróleo.

En noviembre de 2019 el balance de exportaciones respecto a lo que se importó fue superior en 772,000 barriles por día petróleo y derivados, lo cual marcó el tercer mes consecutivo como exportador neto. Otras veces tiene que importar pequeñas cantidades, pero eso no es el motor de su política exterior.

Todavía hay un reflejo de muchos izquierdistas, incluso de plumas de prestigio internacional, que explican todo movimiento de Estados Unidos por la necesidad de asegurarse petróleo; como si estuviéramos en 1973. Que es como si explicáramos su política hacia Brasil por la necesidad de asegurarse el suministro de caucho vegetal.

Desgraciadamente, ese país sigue comportándose como una potencia imperial. Pero desgraciadamente, los esquemas que quizá en los años 50 fueran ciertos para explicar sus intereses y su conducta, hoy no reflejan realidad alguna y, aunque de pereza, hay que estudiar.

 

Jaime Secco
2020-04-22T06:51:00

Jaime Secco

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias