Tommy Lowy, el precursor

Jaime Secco

31.12.2020

No fui amigo personal de Thomás Lowy ni demasiado amigo de las necrológicas. Escribo pues más bien desde la ignorancia, pero algo que creo que debe ser escrito y no encuentro.

Supongo que antes de la dictadura Lowy fue de izquierda. Quizá anarco, que era lo que abundaba en Bellas Artes. Se especializó en gestión cultural en Francia.

Supe de su existencia por algún artículo firmado en Jaque, creo. Era un semanario de la Corriente Batllista Independiente que orientaba Manuel Flores Silva, que congregaba a muchos ex frenteamplista que se habían vuelto colorados. Y, el semanario, a varios frenteamplistas que lo seguían siendo.

Supe más tarde que fue el diseñador de ese semanario que en su momento destacó sobre la miríada de similares por su fuerte logotipo, sus líneas gruesas de separación. Y hasta el firulete del final de las notas era elegante. Hoy sus cuatro columnas no dicen tanto, pero era una forma práctica de lidiar con las páginas en época de mandar componer a otro lado, cortar con tijera y pegar los textos con Pritt, previa pasada de lengua.

Cuando en 1985 Aquiles Lanza asume como intendente de Montevideo lo convoca como asesor y terminan fundando el Departamento de Cultura. Debía ser el único especialista en el tema con que contaba el país. Para aquilatar el cambio, hay que acordarse que lo que había era un Servicio de "Actos y Festejos". Con él se inició la profesionalización de la gestión pública de políticas culturales.

Diseñó un programa que llevaba músicos y actores a los barrios, que tuvo un gran impacto, tanto por encajar con un rico movimiento barrial que existía, como con el reclamo de los trabajadores del arte de vivir de su trabajo.

Un día me dijo: "Los artistas, que son todos del Frente, quieren ser populares pero en realidad no conocen el público de los barrios". Así que contrató un grupo de especialistas que anotaban las reacciones, cuando se reía la gente y cuándo no, por ejemplo, y ponía esos datos a disposición de los creadores. No imponía nada; era un aporte y mostraba ya un nivel de profesionalidad que la gestión cultural uruguaya de entonces carecía.

El enorme amigo, ese sí, Ramón Cabrera, edil del Frente Amplio, calculó una vez como crítica ante una rendición de cuentas que hubiera salido más barato pagarles el ómnibus y la entrada al Solís a todos los espectadores.

Y era cierto. Pero, primero, las entradas al Solís ya estaban subvencionadas -habría que incorporar eso a la ecuación- y segundo, el objetivo era distinto: hacer accesible el derecho a la cultura, conmocionar un poco los barrios con actividades culturales para quienes nunca irían al Solís. Así se iniciaron las experiencias de descentralización que sin embargo recogían experiencias como la Carpa de la Federación de teatros Independientes en los años 60.

Hoy sabemos que el enfoque de "llevar" arte del centro a la periferia no es suficiente. Lowy sabía que era discutido en Europa y, cuando cayó la asistencia, lo suprimió. Pero al conocerse su muerte la actual Intendencia de Montevideo publicó un saludo en el que recuerda que "aún hoy se llevan adelante programas que él instauró".

Un gestor cultural de izquierda que leyó un borrador de esta nota me dijo: "En esa época lo criticábamos, pero en realidad no sabíamos muy bien por qué. Hoy sí sabemos, porque aprendimos. Pero también aprendimos de él, que nunca decía que todo había salido bien", sino que tenía claros los tanteos, que entonces eran ensayos para todos.

La siguiente intendencia ya fue frenteamplista, por o que lo perdí de vista, salvo que recién ahí conocí que era artista plástico.

En 1995 asumió como Director de Cultura al mismo tiempo que Gonzalo Carámbula asumió como Director de Cultura del a Intendencia en Montevideo. De Gonzalo soy amigo desde la Secundaria, aclaro, pero creo justo que se lo recuerde como quien cambió los paradigmas de la gestión cultural estatal en Uruguay. Y con Lowy sintonizaron bien -probablemente se hayan conocido en el quinquenio anterior en que Carámbula era diputado y formaron una especie de comisión de cultura no oficial con Luís Hierro López y Luis Alberto Heber.

Seguramente, además, Carámbula tuvo más apoyo y presupuesto de la Intendencia de Mariano Arana que Lowy con su menguada Dirección Nacional que ni siquiera coordinaba todas las áreas culturales del MEC, que orientó a apoyar y apoyarse en las direcciones municipales de cultura. Se mantuvo un foro estable de intercambio y coordinación que sirvió para profesionalizar estas oficinas. Con un equipo pequeño pero muy plural, desarrolló programas de talleres a pedido pero coordinados por al Ministerio y con docentes seleccionados por concurso. Tan a pedido, que recuerdo que Rivera no quiso profesores de otras artes, sino de zarzuela. Y el programa Cultura en Obra que proyectó a nivel nacional su experiencia de la IMM. Todos ellos despidieron de sus cargos con una declaración común dirigida a promover que esa política continuara. Y también muchos programas, más o menos transformados, sobrevivieron hasta hoy.

Luego, mil cosas. Consultorías internacionales, el MAPI y otras. Nunca estuvo ausente. En este último quinquenio estuvo en el grupo coordinado por marcos Casrámbula que le dio una mano a Sergio Mautone en la Dirección Nacional de Cultura para la elaboración de un proyecto de Ley de Cultura que fue consultada además en asambleas por todo el país y estaba pronta a fines de 2018, pero el gobierno resolvió no presentar por no recargar la agenda legislativa del último año. Un error que lamentaremos, y hoy no está Lowy para promoverla desde otras tiendas.

Un poco por haber sido un precursor y por todo hasta ese reciente gesto de apoyo a Mautone, es que creía que esto debía ser escrito. El martes, Danilo Astori declaró que "una de las bases fundamentales del proceso autocrítico que tiene que llevar adelante el FA es que en los últimos tiempos y mientras avanzaban los tres períodos de gobierno, actuamos básicamente sin tener en cuenta o teniendo poco en cuenta a los que piensan distinto. No les hemos hecho lugar en la elaboración de reformas estructurales, en la propuesta de rumbos de política hacia el futuro."

Bien, entonces, destacar a personas tan abiertas como Tommy Lowy. Y bien por Mautone, ya que estamos.

Hay en otras tiendas personas que hicieron al Uruguay como es y con quienes podríamos andar largo camino. Aunque algunos frenteamplistas quizá no lo crean.

 

Jaime Secco

Columnistas
2020-12-31T06:37:00

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