Se trata del método. (Abordando eso gris, que parece la teoría).

Jorge Aniceto Molinari

15.02.2018

Algún amigo, con buen criterio, me ha dicho: te has metido en un berenjenal al opinar sobre todo. Con lo cual llego a la conclusión de que no me he explicado lo suficiente, o que mis argumentos sobre la importancia del método han sido insuficientes, entonces trato de no eludir mi responsabilidad.

Están los que saben por experiencia, los que saben por estudio, ahora los más valiosos son los que saben por estudio y por experiencia a la vez, es a estos a los que hay que recurrir siempre para realizar los proyectos más ambiciosos o al menos tener los mejores accesoramientos.

Coincido con los que afirman que lo más importante es saber quién es el que sabe, y a veces esto no es tan sencillo.

En política esto se manifiesta descarnadamente, pues si bien existe el "titulo" de politólogo, el naufragio se produce no por la falta de conocimientos, e incluso de experiencia, sino por la "mercantilización" del método. Se está al servicio no de lo que se entiende como la verdad en el análisis científico, sino de la interpretación que de ella se hace en beneficio de determinada parcialidad. Lo que a veces es consciente y otras inconsciente, las dos circunstancias son graves.

Se opina en función de. Un ejemplo es este que nos ha ocupado: el agro. Del análisis de los números surge que en los espacios económicos chicos se ahogan, ahora no es un problema específico del agro es lo que sucede en todos los emprendimientos empresariales en la sociedad actual, que no tiene y no puede tener límites de fronteras.

Cuando se analiza con rigurosidad quienes se benefician de ello, surgen los datos precisos de lo que son los costos de arrendamiento y los costos del capital financiero. Ahora estos costos no se pueden desprender de la actividad económica en general y de lo que es el funcionamiento del capitalismo como modo de producción predominante.- Pero de esto no se habla, es más, se da por sentado que contra ello no se puede hacer nada, y estamos de acuerdo, el Uruguay por sí solo no lo puede resolver. Entonces porque no observar lo que sucede en Argentina, en Chile, en Rusia, en China, en EE.UU.  en todos los Estados, con estos mismos factores.

Hay una renta que se paga a los dueños de la tierra, que es diferente a la renta que se paga a los dueños de los medios de producción en general, pero que para ello, estos tienen el instrumento del sistema financiero, -el formal gigantesco, y el informal mayor aún- que no puede analizarse por fuera de los medios de producción,  instrumentos estos que son una potente fuente económica cuando intervienen en todas las etapas del proceso productivo. El llamado costo financiero. Por lo general este costo se oculta o no se menciona en una contraposición falsa que se realiza cuando se habla de los costos del Estado, estos que solo pueden suprimirse en una organización democrática con una planificación de la economía a otro nivel y que en la actualidad ni EE.UU. puede hacer, donde aumentan en forma sideral, pero que se hace propaganda con las disminución de los costos sociales mientras se aumentan los de la guerra.

Entonces eliminar los costos financieros así como eliminar los costos del Estados deberían ser un objetivo común programático de la sociedad para superar la crisis actual de todo el sistema en transición a un modo de producción superior.

El programa actual del Frente Amplio de ello no habla, no caracteriza la crisis actual del modo de producción predominante en el mundo. Agreguemos una mayor contradicción: el prestigio de Mujica no es por lo que ha hecho en el Uruguay, donde se ha encargado de hacer todo lo que criticó a los demás en "Pepe Coloquios", razonable por la critica que hacía,  pero válido también para su propio accionar político, porque insinuó los carriles de lo que debe ser hoy el camino de salida a una crisis ya irreversible para el actual modo de producción en su discurso en la ONU, en setiembre del 2013 y sobre el cual nadie -salvo este modesto servidor y en su momento Fernández Huidobro- se han pronunciado.

Otro ejemplo: en 1973, se emitieron los comunicados 4 y 7 de las fuerzas armadas de Uruguay, los que queríamos ver con ello el triunfo de una corriente nacionalista, nos equivocamos, y no porque esa fuerza nacionalista no fuera real, sino por lo que explicaba con mucha claridad el Dr. Carlos Quijano, con su profundo conocimiento de las ideas de Marx (mayor que los nuestros y la de los propios partidos de la izquierda), analizaba: las fuerza económicas que hoy predominan en la sociedad van a utilizar las divergencias que como en la sociedad también se producen en las fuerzas  armadas para hacer de su depuración un instrumento de sometimiento de la sociedad uruguaya, anunciaba el desarrollo de un proceso histórico donde las fuerzas del ese entonces imperialismo yanqui (hoy convertido en el principal Estado gendarme al servicio de los complejos empresariales multinacionales) buscaban el rápido y criminal procesamiento de sus objetivos y cuyos archivos (los de ese proceso) aún no están al alcance de las fuerzas democráticas de la sociedad.

Digamos que es un buen ejemplo en cuanto a tomar todos los elementos de la ecuación social, para la aplicación correcta del método.

Ahora el manejar bien o mal la ecuación nunca es un impedimento para dar opinión, pero si para valorar la importancia de un juicio social.

Otro ejemplo: Correa en Ecuador, que ha hecho una obra formidable, nunca valoró la importancia de no manejar un moneda propia, y las fuerzas conservadoras que aplicaron las diferencias monetarias para manejar a su favor la crisis en Argentina y Venezuela, trabajaron para actuar sobre la no valoración de este hecho y de razonarlo con lo mejor del pueblo ecuatoriano sobre las circunstancias que se viven, y entonces pasar al gobierno las responsabilidad por la forma en que se dan los negocios dentro del capitalismo, cosa que también han realizado con Lula.  Dicho sea de paso conocen Uds. alguna gran empresa que no tenga un rubro para "atenciones a terceros", como una práctica necesaria al mundo de los negocios.

Un desafío entonces para toda esa legión de moralistas de oportunidad que hablan de la ética, de la democracia, como una categoría, intemporal y ajena a la esencia del sistema.

Por eso cuando hablamos de la importancia del método nos referimos a la necesidad abarcativa que debe tener el análisis de todos los fenómenos sociales y que hoy es la principal dificultad para los que se manejan con las necesidades inmediatas de sus análisis, y para eso pasan de las bases materiales a las elucubraciones idealistas que dan lugar a los más fantasiosos desarrollos.

Hoy el encare puntual del gobierno uruguayo, le permite navegar, que es importante en la coyuntura y a la vez insuficiente en el tiempo, donde la responsabilidad mayor radica en que en el país no hay un programa a aplicar para el futuro, -ello abarca a todo el sistema político- y estamos presos como todos los Estados del mundo de las vicisitudes de un modo de producción cuya predominancia está llegando a sus límites posibles.

Dejamos para una próxima nota esta colisión entre un juez y las jerarquías de la Educación, donde unos defienden el derecho del Poder Judicial a tener jurisdicción y las autoridades de la enseñanza a la defensa de la decisión de la maestra sobre la suerte de sus alumnos.

Como tenemos un maravilloso recuerdo de cada uno de los que fueron nuestros maestros, digamos que en nuestro recuerdo no nos imaginamos a ninguno de ellos ejerciendo una especie de dictadura sobre nuestro destino, y que por el contrario nos enseñaron a valorar desde el aula la vida democrática y la convivencia con opiniones diferentes,  en la tarea de la construcción social.

También aquí en el debate que se ha dado se observa la insuficiencia en el manejo del método, cuando cada uno defiende su chacrita. Hay carencia en la comprensión del rol del Poder Judicial (con un fuerte cuestionamiento por parte del común de la sociedad) y de las propias potestades de los actores en la enseñanza.

Jorge Aniceto Molinari

Columnistas
2018-02-15T10:50:00

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias