La admirable alarma del 26 de marzo
José Carlos Mahía
26.03.2015
Este jueves 26 de marzo se celebra un nuevo aniversario del primer acto de masas del Frente Amplio en 1971, en épocas muy distintas de las que hoy nos toca vivir: el país se encontraba entonces con una alta conflictividad, tanto desde el punto de vista social como político.
El movimiento sindical encabezado por la CNT y el estudiantil por la FEUU estaban movilizados y coordinados en defensa de las causas populares: las libertades públicas, los Derechos Humanos, las condiciones de vida de los trabajadores y el presupuesto educativo.
El panorama político estaba también polarizado entre el Gobierno de la Derecha dura que lideraba Juan María Bordaberry y una parte del Partido Nacional y por otro lado el naciente Frente Amplio liderado por el entrañable general Líber Seregni que a veces coincidía y otras tantas no, con el sector blanco encabezado por Wilson Ferreira Aldunate.
Era también la época del enfrentamiento armado entre el MLN y los militares, enfrentamiento que como todos sabemos venía de la década anterior.
Era muy claro que desde el "pachecato" y quizás antes el poder militar que estaba ligado al ascenso de la derecha se nos venía encima a los uruguayos.
En realidad se le venía encima a los uruguayos y a muchos pueblos de América Latina, sólo que en nuestro caso las tradiciones democráticas estaban más arraigadas que en nuestros vecinos del Sur.
En ese contexto nació el Frente Amplio con la convicción de dar una batalla política por la reafirmación de las libertades, los Derechos Humanos, las Instituciones Democráticas, afirmado en la movilización de las masas organizadas y el acceso al Gobierno través de las elecciones nacionales de ese año.
Su irrupción logró romper el bipartidismo tradicional y salvando el período de la Dictadura cuando fue perseguido por los militares y algunos serviles para intentar su desaparición, el Frente Amplio, elección a elección se viene consolidando y creciendo hasta llegar a obtener tres veces seguidas el Gobierno Nacional y varias Intendencias del Interior, algunas de ellas impensables pocos años atrás.
Sin duda la acumulación histórica de la izquierda, la unidad de acción, el trabajo en Programa y su gradual actualización, la capacidad de movilización de la militancia frenteamplistas y tres liderazgos nacionales como los de Tabaré Vázquez, Danilo Astori y José Mujica son parte de la explicación del crecimiento y el éxito electoral de la izquierda uruguaya.
Es claro que el contexto regional ayuda y el resto de América Latina vive también el auge de la "Era Progresista" aunque en algunos casos con diferencias muy notorias.
Sin embargo, como los adversarios juegan también hay que decir que el debilitamiento de los partidos tradicionales son parte de nuestro éxito. El correr de los años los fue derechizando, tanto en político como en lo económico, perdieron pluralidad ideológica y desarrollaron prácticas clientelares que envilecieron su relación con la gente llevándolos a trabajar sólo para perpetuarse en los cargos. Olvidaron que estaban en el Gobierno para trabajar por el interés general de la gente y no para otra cosa.
Por eso en este nuevo aniversario es bueno reflexionar desde el Frente Amplio sobre los siguientes pilares estratégicos:
- 1) Recordar que el Frente Amplio siempre fue eso, amplio. Plural, sin aspiraciones hegemónicas que mal le hacen a la propia fuerza política. Esto no es nuevo, en muchas oportunidades es hablado aquellos que tentados por hacer triunfar sus posiciones ideológicas coparon la estructura de base. La cosa se puede complicar si esa aspiración hegemónica se traduce en términos electorales y en la lucha por posiciones de gobierno.
- 2) La renovación ideológica permanente, no los principios rectores fundamentales sino aquellos que refieren a los programas y la gestión de Gobierno, que la gente nos exige cada día más y tiene razón para hacerlo. Revisar lo que haya que revisar, asumir los errores, saber cambiar a tiempo. Apostar a la excelencia, a los mejores para gestionar es sin dudas defender mejor los derechos de la gente.
3) Trabajar mucho con la gente, en lo virtual y en lo real, animarnos a que haya más participación, en particular de jóvenes y mujeres, colectivos que aún hoy en nuestra fuerza política no sienten o no encuentran los espacios para poder sentirse parte del proyecto. Y ni hablar de la Academia, de los intelectuales y los trabajadores de la cultura que de un tiempo a esta parte miran al Frene Amplio como pato al arreador. Habrá que buscarle la vuelta pero sino abrimos las puertas y las ventanas para la impostergable renovación ideológica y la formación de cuadros de gobierno la bomba nos va a explotar en las manos.
Desde Canelones nos proponemos también trabajar en estos aspectos, profundizando procesos como el de descentralización en el departamento, trabajando en una concepción metropolitana de gestión que priorice cuestiones centrales que hacen a la calidad de vida de la gente como lo es la movilidad y el tránsito público, en especial hacia y desde Montevideo.
Nos debemos proponer tener una fuerte vocación de diálogo con los trabajadores y los intelectuales, con las capas medias, con los empresarios comprometidos con el desarrollo del país productivo, con la sociedad civil en su conjunto.
Este 26 de marzo debemos recordar que siempre nuestra capacidad de movilizarnos es clave para llegar a la gente, será por las redes, será en el mano a mano o en el Comité Base, pero lo importante sigue siendo lo mismo: estar al lado de la gente, ser solidarios de verdad.
Es central para quienes nos toca asumir responsabilidades tan importantes como es la de representar a la fuerza política no perder la perspectiva. Como decía el General, pensar siempre que tenemos que tomar alguna decisión trascendente en "la mañana siguiente".
Nuestra tarea, tarea de todos.
José Carlos Mahía