José W. Legaspi
24.05.2024
De un partido “Defensor de las Leyes” con un “Honorable” Directorio, a la dolorosa vergüenza de hoy
El Partido Nacional, la colectividad política más antigua, fundada en 1836 por el entonces presidente de la República brigadier general Manuel Oribe, quién emitiera el decreto creando la divisa "Defensores de las Leyes", cuyo órgano máximo de dirección es el llamado "Honorable Directorio del Partido Nacional", está atravesando la página más negra y vergonzosa de su larga y rica historia. Y no se trata de una "embestida baguala", ni de una campaña sucia armada desde otros partidos. La vergüenza está íntimamente asociada a la impudicia, a la impunidad, la desidia y la inmoralidad demostrada desde el actual gobierno y varios jerarcas del propio partido.
Deténgase, amable lector, en estas dos expresiones. "Defensor de las Leyes" y "Honorable", y piense, recuerde páginas memorables de la historia de esta colectividad. Desde las revueltas blancas, de Timoteo Aparicio y Aparicio Saravia, en defensa, precisamente, de derechos políticos y sociales, pasando por insignes ciudadanos que integraron sus filas y que uno suma a los tres ya nombrados (Oribe, Aparicio y Saravia) como Leandro Gómez, Luis Alberto de Herrera, Carlos Quijano, Javier Barrios Amorín, Carlos Julio Pereira, Wilson Ferreira Aldunate, Héctor Gutiérrez Ruiz, Fernando Oliú, Alberto Perdomo y tantos otros conocidos y anónimos, que llegaron a dejar la vida en defensa de las leyes, la libertad, la democracia y la República.
En lo estrictamente personal, discúlpenme la autorreferencia, pero hace a la historia de mi vida, agrego a esos nombres los de Alfredo Legaspi, mi abuelo, y Washington "el Morocho" Legaspi, mi padre. Nacionalista Independiente, el primero, enfrentado a Herrera, y repartidor de "El Independiente" (órgano de ese sector del partido) el segundo, cuando era un pibe en su natal Trinidad (Flores), después cofundador e integrante del Movimiento Nacional de Rocha, militante antifascista durante la dictadura y uno de los más honestos y nobles blancos que conocí en mi vida.
No voy a mancillar sus memorias vaticinando que harían, cómo reaccionarían, ante los sucesivos escándalos, plagados de inmoralidad, impunidad e impudicia que han protagonizado en estos más de cuatro años de gobierno blanco algunos conspicuos dirigentes y funcionarios que actuaron en nombre del "Defensor de las Leyes" y el "Honorable Directorio" del partido.
Da vergüenza y asco ver aquellos extraordinarios nombres mezclados con estos de ahora que parecen empeñados en destruir la reserva política, honesta y valiente, generada por aquella intensa historia de luchas políticas en aras de más y mejores derechos para todos los ciudadanos.
Duele mucho pensar en esos blancos "como gueso de bagual" presenciando como unos atorrantes e inmorales arrastran a su partido por el fango más abyecto, dejando manchas indelebles a la moral y honorabilidad de miles de blancos que hoy deben estar golpeados duramente por los acontecimientos escandalosos que se encadenan desde que este gobierno asumió. No los voy a enumerar, da asco hacerlo y me niego a nombrar a semejantes personajes.
Solamente, recuerdo la enjundia de aquellos que nombré, su honestidad y honorabilidad, y siento una profunda vergüenza ajena.
José W. Legaspi