Del Libro "Los dueños de todo y todos los nadie". Como el film de Buñuel "el discreto encanto..."
Juan Pedro Ribas
05.08.2024 11:36
Allá lejos y hace tiempo escribí en Diario La Republica algo sobre Mujica. No me impresionaba aunque si enorgullecía lo que decía la BBC, Red de Globo, Televisión Nacional de Corea, las Cadenas de Estados Unidos y México.
En ese artículo humildemente opinaba:
Salió de un aljibe y de quince años de prisión sin rencores, es un poco filosófo, autodidacta de boliche y no es un dechado de virtudes en el uso del lenguaje, a veces erra y otras acierta.
Pero en pleno siglo veintiuno, tal cual Quijote, con figura de Sancho, vino a hablar de la solidaridad y la vocación de servicio.
También de un mensaje de espiritualidad enfrentada al consumismo; al egoísmo de la competencia que a veces nos transforma en bestias.
La marca de un estilo de vida austero.
La ciudadanía no optó por el encanto, con que las crónicas extranjeras se refieren al fusca viejo (VW Escarabajo) o "Herbie", voto la ausencia del Mercedes Benz y autos de alta gama, al presidente sin pompa en lugar de aquel "con todos los chiches".
El cargo de presidente nada tiene que ver con la pompa y la ostentación que subyuga a quienes ejercen el poder.
Eso fue allá lejos y hace tiempo, pero los vientos cambian, con discreto encanto el Sistema logro volver a las mansiones, a los aviones, los autos de lujo, trajes impecables, corbatas importadas, champagne y caviar, de modo tal que estemos a la par de los Reyes de España o de un país Nórdico.
En procura de los últimos capítulos de mi libro "Los dueños de todo y todos los nadie" tuve oportunidad de entrevistar a Valeria Ripoll.
Lo primero que observé es que detrás de esa mujer combativa hay sencillez y empatía, hay una madre como cualquier otra y fundamentalmente alguien que se hizo desde abajo y tiene la cultura de atender a la gente al revés de los convencionales.
No se levanta abruptamente para indicar que te despide, hasta me sentí culpable por distraerme y conversar mientras los esperadores ronzaban por la puerta.
A veces el Sistema a regañadientes acepta a figuras que emergen de las entrañas del pueblo con actitudes distintas a los modelos admitidos.
Sin embargo, la tendencia es nominar a hombres y mujeres de lucidas apariencias y vestimentas apropiadas; en definitiva aquello que tiene un "tinte europeo" como si nuestro país no habitara el tercer mundo.
Pero a veces somos los mismos nadie que le damos la espalda a los nuestros instintivamente para aplaudir las apariencias.
Y a esta altura de la vida y después de haber recorrido todas las miserias materiales y humanas, muchas veces desgarrado por los dolores ajenos, con la esperanza pisoteada, pero la fe inquebrantable, me animo a decir hoy como ayer:
Estoy en la vereda de enfrente de Mujica y de Ripoll, pero bienvenidos sean a la historia política del país aquellos que vienen bien de abajo con la cacunda doblada por los pesares y las angustias de la gente común.
Juan Pedro Ribas
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias