Sofía
Juan Raúl Ferreira
01.02.2019
El día que fue detenido Miguel Sofía, acusado primero por el policía Nelson Bardesio, y luego por familiares de las víctimas, de integrar el Escuadrón, todos experimentamos, creo yo, un doble sentimiento. Tranquilidad, de que fuera preso. Inseguridad, de pensar que no pudo haber estado prófugo nueve años, entrando y saliendo del país. Si lo hizo, fue con algún tipo de respaldo interno, que habrá que investigar y desenmascarar.
De inmediato, todos los que algo sabíamos del tema, lo hicimos público. Me parece importante señalar la rigurosidad histórica y documental de la información publicada por Brecha. Un gran aporte, para que se sepa toda la verdad. Al mismo tiempo, noté algunos matices, entre ambas versiones (la de Brecha y la mía). A raíz de ello, salí a rastrear documentos, apuntes de mis agendas, artículos de prensa uruguaya e internacional de la época. Ahí las dos versiones se fueron acercando.
Antes de ver lo que surge de la documentación consultada, hay algo subjetivo, que no me ofrece dudas:
Si una persona, pasa por lo de Wilson en 1972 y tira dos tiros, sería raro, pero podría ser que se le hubieran escapado. Podría, estando aquel en una conferencia en el United Nations Church Center, entrar una persona a gritos, con credenciales de El País y ser desalojada por efectivos de seguridad de ONU, y solo fuera un loco. También que alguien vinculado a la Misión Militar de Uruguay, estuviera en el mismo Restaurante que yo (de nombre francés "Au Pied de Cochon") y al otro día El País publicara una nota titulada: "ASAMBLEAS SUBVERSIVAS EN LAS PATAS DEL CHANCO" y que el empleado militar no haya sido el autor. Hasta pudiera ser que el FBI advierta al suscrito que "su vida está en peligro" y a las pocas semanas expulsaran a un funcionario de la misión, por "robar quesos", como él afirma.
Ahora si en todos estos episodios, el protagonista es el mismo; si esa persona además es acusado, de por lo menos cuatro muertes, si es siempre Miguel Sofía; si del documento que lo inculpa, hubieran recibido el original mi padre y yo en el 72 en el Colegio Seminario, si se hubiera fugado después de mi declaración ante la Justicia: la tesis de la casualidad sería ya una tomada de pelo.
La sistematizada y seria investigación de Brecha me siguió sirviendo de guía.
Asegura Brecha que la noche de los tiros en el departamento de Wilson en 1972, habían varias personas: es cierto. Debí decirlo. De hecho recuerdo que eran tres, uno de ellos Barreiro, otro Sofía y un tercer miembro de la JUP cuyo nombre no recuerdo. Es tal como lo narra Brecha.
También. yo tenía la impresión que de la denuncia del FBI, sobre el intento de atentar contra mi vida y su expulsión de EEUU, habían sido casi de inmediatas. Brecha, en cambio hablaba de "varias semanas." Ahí empecé a rastrear documentos: Primero advierto que yo consultaba la reproducción en el Nacional de Caracas de la prestigiosa columna sindicada de Jack Anderson (publicada en 40 diarios de EEUU y 26 del exterior), era del 18 de julio. Con ayuda de amigos en EEUU conseguí el original publicado en el Washington Post y es de fecha 30 de junio, 20 y tantos días antes. La nota, filtra las sospechas del FBI sobre "un funcionario de la misión militar, que estaría planeando un ataque en mi contra."
Consulto ademas a diarios uruguayos que publican el 5 de julio, menos de una semana después de la columna de Anderson, que la Junta de Comandantes en Jefe del Uruguay, emite una declaración En ella pretenden expresar preocupación por el peligro, en que, eventualmente me encontraba. A su vez, "piden al gobierno de EEUU que garantice (mi) seguridad" Sin comentarios. De esta absurda versión se hace eco el 5 de julio el Diario el Excélsior por nota de su corresponsal en Montevideo, Graziano Pascale.
La cronología entonces,documentos a la vista, es así: Enero de 1972 acompañado junto a otras dos personas, M.-Sofía dispara sobre el departamento de Wilson. En 1976, interrumpe a gritos una conferencia de este, tras la muerte de Toba y Zelmar, en el Church Center de Naciones Unidas. El 18 de junio del 78, el FBI me advierte que mi vida puede estar en peligro. El 19 de junio le filtran la información a Jack Anderson. El 20 de junio este me informa, que conoce el tema de adentro. El 30 de junio, publica su columna en el Washington Post (pag D17). El 5 de julio la Junta de Comandantes, desde Montevideo, pide "se me proteja" a EEUU. El 6 de julio, Pascale informa a El Excélsior de México, de la preocupación de los Comandantes (pag.16A). El 18 de julio El Nacional de Caracas (p.6) publica la versión en Español.
Cuando es expulsado Sofía, agregado de Prensa de la Misión Militar, dice que se debió a que robó quesos en un supermercado. Sin comentarios. Yo no he tenido aún, acceso al decreto de expulsión de Sofía. Se que se lo tomaron muy en serio. Porque al año siguiente, en escala técnica rumbo a Taiwan, fue detenido en el aeropuerto de San Francisco y deportado a Montevideo. En aquella época no se requería visa para las escalas. Seria raro, que, usando el mecanismo de "persona non grata" que no obliga al país que toma la medida a dar razones, se hubieran hecho eco de su mentira. Pero no imposible. EEUU no era nuestro amigo. Podrían haber llegado a un acuerdo. Lo desconozco. Digo sí: esa mentira hace que una vez más: sea peor, la enmienda, que el soneto.
En este afán de documentar mejor mi denuncia, me topé con algo muy importante, que hasta hace un año no sabía, y hasta hace muy poco no recordaba. En un mail de hace algún tiempo, (XXX) exiliada en Alemania durante los años de la dictadura, me cuenta haber recibido un llamado de mi madre a quien no conocía. Responde, sorprendida, a Londres y ella le dice "Gracias por llamar, Wilson, es el que te quiere hablar." Entonces mi padre le pide que le ponga ene contacto con (X-X-X-) un dirigente del MLN, que guardaba un importante archivo del Escuadrón de la Muerte. Le explica que su inquietud es por la designación de Miguel Sofía en la Misión Militar en Washington. Cree Wilson que eso me hacía correr riesgos. Yo no conocía de estas gestiones de mipadre, que demuestran su preocupación por mi seguridad, ante la llegada de Sofía, fue previa a que el FBI trasmitiera su inquietud.
Regresada la democracia, me cita la Jueza Dra. Eustaquio, Fiscalía del Dr. Húgo Gómez, más de una vez por al caso Bardesio, denunciante de Sofía que había sido ubicado y deportado de Buenos Aires. Rápidamente cae el tema Sofía arriba de la mesa. Allí tras declarar, y Sofía se dio a la fuga, hasta hace unos días en que es capturado.
Dr. Juan Raúl Ferreira
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias