La comunicación política y gubernamental. Esteban Valenti
08.12.2025
Hay temas que conviene masticarlos mucho y no opinar. Quedamos bien con todos porque siempre queda las dudas del silencio. Ese método lo utilizan muchas personas, en especial en el aparato de la izquierda para murmurar y callarse. Creo que es un pésimo método, lo utilizamos en el pasado y lo pagamos caro, aquí y en medio mundo.
Comienzo por la base, no creo que lo que tengamos como principal problema sea un tema de comunicación, aunque no dudo que este existe, lo más complejo que enfrentamos es el tema político, es la práctica diaria y la visión estratégica.
No quiero enredarme en las palabras, en los conceptos repetidos hasta el hartazgo, tratemos de razonar, de ejercer el principal instrumento que tiene el pensamiento de izquierda, el sentido crítico.
Las encuestas de opinión, una mínima medición en las redes, las conversaciones familiares, con compañeros y amigos, muestran todos, una gran preocupación. Para ser leves.
Si es un fenómeno que solo me sucede a mí, pues olviden lo que estoy escribiendo, sobre todo si tienen responsabilidades, ocupan cargos políticos y gubernamentales. Agrego un solo concepto, el tiempo es uno de los conceptos y valores más importantes en la política.
Estamos a casi 10 meses del 4to gobierno del Frente Amplio. Ese cambio representó a nivel nacional, un nuevo ciclo político, un gran desafío ganado luego de que la derecha recuperara en el año 2020, nuevamente el gobierno nacional.
Estamos a 4 años de las nuevas elecciones del 2029 y es cierto que todos dicen con voz engolada que ahora hay que pensar en gobernar, en hacer oposición, en hacer política, el que diga que ese domingo del mes de octubre del 2029 no le preocupa, miente o delira. A mi si me preocupa y eso que no tengo ninguna garantía de llegar a verlo y a votar.
El triunfo del Frente Amplio, con el particular sistema electoral en el Uruguay, es una victoria política, obteniendo en el balotaje el 52% de los votos, es una victoria cultural e ideológica, pero menos potente y profunda de lo que creíamos.
Algunos datos insólitos, el gobierno dirigido totalmente por los blancos fue sin lugar a dudas de los que enfrentó más escándalos de todo tipo, que se prolongan en este año y que seguirán en la justicia y en la política durante un buen tiempo. Y son embargo la mayoría de la población (85%) según Cifra cree que ahora hay más o igual corrupción que en el gobierno anterior.
Es un dato realmente grave, una distorsión no pequeña entre la realidad (Cardama, Asse, Salud Pública, Puerto de Montevideo, diversas compras militares, escándalos en varios gobiernos departamentales del Partido Nacional, entrega de pasaportes a narcotraficantes, jefe de la custodia presidencial preso, acomodo masivo en la CARU y otros delitos) ¿Ustedes recuerdan que algún gobierno uruguayo haya enfrentado esta cantidad de acusaciones y comprobaciones de corrupción?
Es una demostración clara y evidente que la batalla cultural de la peor derecha ha logrado avances, ha logrado que una parte de la población desconozca la realidad o acepte directamente que gobierno y corrupción son inevitables. Es una muestra de decadencia política y moral muy grave.
¿En el país hay crisis económica, empeoraron los datos sociales, hay inestabilidad financiera, económica o laboral? No, nadie puede afirmar esto con seriedad, lo qué si debemos reconocer que como es un año presupuestal, y con el déficit fiscal, el endeudamiento, las importantes deudas por pagar (ferrocarril, Salud Pública-ASSE, compra de las OPVs y otros gastos presupuestales) la situación no era fácil y además se acumularon reclamos gremiales, en muchas áreas. Los años presupuestales suelen ser muy complejos.
Agreguemos otro elemento, fruto de errores en la campaña electoral entre las internas y octubre del 2024, quedamos con una minoría de 48 diputados. Nos faltan 2 y esa realidad nunca antes tuvimos que afrontarla.
Hay sectores de la actividad gubernamental que se han logrado sin dudas avances, en algunos casos importantes. No los voy a mencionar porque no me siento con capacidad para realizar esa selección. Pero ustedes ¿No tienen su propia visión de las cosas que andan bien, las medianas y las malas? No se trata de un supuesto equilibrio, el de siempre sobre las habilidades y debilidades humanas.
Creo que hay una sensación generalizada de que todos esperábamos más, más cambios, un proceso más intenso de avance en todos los frentes. Puede que sea mi impaciencia, pero no lo creo.
Eso no se resuelve con buena comunicación, que no la tenemos, eso es política, y es la capacidad de integrar los resultados con la comunicación con la gente, para que se sienta parte de esos avances y no un sujeto pasivo que espera.
Tenemos cuatro años por delante, mucho tiempo, muchas expectativas, muchas necesidades y por lo tanto lo fundamental, la capacidad de elegir las prioridades y aplicar y distribuir las energías. Eso incluye los cambios necesarios, no todos han cumplido con las expectativas y nadie debería estar atornillado al sillón.
Están los cargos electivos, el Presidente y la Vice, los senadores y los diputados, son una parte fundamental de la política y de la comunicación, en un país donde los grandes medios, sobre todo TV han involucionado notoriamente. Hay también muchos otros cientos de cargos, comenzando por los ministros y subsecretarios, y los presidentes e integrantes de los directorios de muchos entes. Un aparato formidable.
¿Todos, sin excepción no deberían preguntarse críticamente en que cosas debemos mejorar, insistir, pensar creativamente y con audacia y no solo administrar?
La política de la mano tendida, de reducir la llamada grieta, cuando nuestros adversarios no pierden un instante para el ataque, la acusación, incluso falsa, no está dando resultado.
No son problemas profesionales o técnicos, es aplicar las mejores capacidades de nuestros cuadros en todas las posiciones para un nuevo impulso, para más exigencia, para mejorar tanto las acciones como la comunicación y el debate.
Uruguay es un reducto fundamental del progresismo y la izquierda en América Latina y más allá. No es un tema de tamaños, sino de mensajes, de imágenes, de mirar los procesos en otros países. No para buscar justificaciones sino para asegurarnos un periodo de transformaciones en serio, profundas y estructurales de nuestro país.
¿Lo estamos haciendo? ¿Todos deben seguir en sus puestos a pesar de los resultados o hay que tener la calidad para cambiar y para exigir mucho más?
Tenemos muchos frentes abiertos, la compra fraudulenta de las dos OPVs, la instalación de una planta de Hidrógeno Verde sin un conflicto con la población de Colón y de Entre Ríos y los productores uruguayos, la batalla central contra el narcotráfico y sus bandas y por la seguridad, los desafíos de la Inteligencia Artificial y su impacto en toda la economía y la cultura y educación natural, continuar con los avances en la salud pública y la salud en general, el permanente tema de la educación a todos sus niveles, las grandes obras de infraestructura, no podemos seguir más con retoques, comenzando en el área metropolitana, la política nacional de riego. Resolvimos bien el tema del abastecimiento futuro de agua a la zona metropolitana, otra terrible trampa dejada por el gobierno anterior.
Sin duda que nuestras relaciones exteriores, políticas, comerciales, de inversiones, de cooperación multilateral son parte de estos frentes prioritarios.
Puedo dar un solo aporte, de acuerdo a mi experiencia, la comunicación gubernamental en todas las instancias se debe parecer lo menos posible a la publicidad y debe incorporar obligatoriamente las redes sociales.
No podemos creer que con tantos niveles de batallas prioritarias, la comunicación no debería tener una fuerte revisión crítica.
Esteban Valenti.
Trabajador del vidrio, cooperativista, militante político, periodista, escritor, director de Bitácora (www.suplementobitacora.net) y Uypress (www.uypress.net), columnista en el portal de información Meer (www.meer.com/es) y de Other News (www.other-news.info/noticias).