La estratagema de la Rata. Liliana Pertuy

13.12.2025

Hay preocupación en sectores del Frente Amplio por el aumento notorio del desencanto y malestar de muchísimas y muchísimos militantes. Y está bien que se preocupen: la militancia frenteamplista es una distinción muy destacable de esta fuerza política.

"No existe la nada del vacío; es un estado lleno de energías."

A lo largo de su historia fueron los militantes quienes la sostuvieron, construyeron y hasta le dieron su mística. Siempre cuento que, siendo muy jóvenes y en plena dictadura, fuimos quienes levantamos las banderas, propagamos las ideas y arriesgamos el pellejo. En momentos en que la dirigencia no se pronunciaba o no la tenía clara, fuimos los militantes quienes salimos a juntar firmas, a convencer, a mantener la dignidad de nuestras luchas.

Es posible que esto haya sido así porque aún quedaba una masa crítica muy formada, con mucha experiencia, generosidad y principios.

Leyendo algunos posteos, réquiems, copias y "arrepentimientos", me vino a la mente la leyenda de cómo se construyó el horóscopo chino, seguramente conocida por muchos y muchas.

Dice la leyenda que el Emperador de Jade convocó a una carrera de animales que representarían a los 12 signos. Competían animales de distinto porte, fuerza y características. La rata es la primera, pero gracias a una estratagema: primero engañó al gato para avanzar lugares y después le pidió al buey que la llevara en su lomo. El fuerte y generoso buey la cargó, pero justo cuando llegaban a la meta, la rata saltó, se colocó primera y se coronó líder del horóscopo.

Esto ha sucedido muchas veces en la historia y en muchos momentos. Quizás todos, y sobre todo todas, tengamos algún episodio de apropiación de ideas o iniciativas sin ningún reconocimiento, sin la honestidad o grandeza de decir de quién fue la idea.
No se trata de pasar al corredor de la fama: se trata de cómo se construye el conocimiento.

Los y las militantes hemos sido protagonistas en primera línea del triunfo de este gobierno, para bien o para mal, porque en el barrio "di la cara y convencí", y las de siempre -años de vecinas- somos conocidas en los barrios, por el programa, por la transmisión de la historia y por sostener que siga existiendo esta rareza mundial que es el Frente Amplio.

También muchos y muchas hemos dado o intentado dar opinión, pensar, aportar; nada que no hicieran antes tantos frenteamplistas. Durante muchos, muchos años el FA ha renunciado a su pretensión de formar, educar, transmitir su historia, sus luchas y hasta sus fundadores. No por culto a la personalidad sino por justicia. Nada más alejado de mi pensamiento que el caudillismo y el culto a la personalidad.

Desde que accedimos al gobierno se produjo un cambio muy importante en la metodología frenteamplista. Yo le llamo "la eterna campaña electoral", bajo el fetichismo de que la democracia es más democrática si votamos a cada rato, solamente. He discutido mitos que pretender coartar la opinión, por desconocimiento, como ya he dicho, de lo que es el FA, o por desviaciones menos horizontales y democráticas. Recuerdo también que muchas veces, en reuniones del FA, planteé la banalización de la participación, que nos fue tan cara a los frenteamplistas y, sobre todo, a quienes vivimos la dictadura.

Así se fue vaciando de contenido. Y digo todo el Frente, porque no existe hoy día ningún sector, y menos grupos, que no hayan rebajado sus contenidos, mediatizado y también mediocrizado su sistema o conjunto de ideas y principios. La renuncia al conocimiento, al análisis y a la reflexión fue el arma clave de la estrategia de la derecha luego de la caída del muro, cuando salieron -como ya he referido en otros artículos- los teóricos del fin de la historia. Hoy refritan esas teorías diciendo que ya no sirven las categorías de izquierda y derecha. El fetiche ahora es "ir por temas". Sí, claro, no desconozco los grandes problemas ni el nuevo contexto del capitalismo tardío y tecnológico, una nueva forma de acumulación. Pero seguimos en el capitalismo.

El problema siempre es la política.
Junto con el vaciamiento político-ideológico-ético hubo un doble proceso de descomposición del compromiso. Por un lado, la supremacía de la gestión sobre "la política": la orientación, el sentido, el rumbo. Por otro, el desprecio por el saber, la formación y el conocimiento.

Esto generó, por un lado, tecnócratas que no tienen formación política y para quienes esto es solo su trabajo. Y, por otro lado, un proceso de lumpenización y extrañamiento de "funcionarios y funcionarias" sin formación política de izquierda, que "dirigen" -por supuesto- a técnicos y profesionales, orientan el rumbo y deciden los destinos del país. El problema es con qué capacidades y con qué orientación.

La política tiene que ver con todos los aspectos de tu vida: si comés o no, si tenés trabajo, educación, salud, si podés divertirte, etcétera. Entonces no es solamente una elección emocional, como si fuera el cuadro de tu barrio: tiene que ver con cuestiones esenciales de tu vida.

Si no estás conmigo, estás contra mí.
Pero volviendo al FA: los otrora promotores de la renovación de la política y de la espectacularidad de las campañas electorales -para mí, lindas- hoy nos vienen a decir un montón de cuestiones que muchísimos sabemos, hemos manifestado o hemos construido con nuestro cuerpo y alma. Con la estratagema de la rata, y confundiendo, intentan instalar viejas disputas que no tenemos, porque lo que hace falta es ideología, es política, son definiciones ideológicas. Nada nuevo bajo el sol de la humanidad.

Ni repetir consignas y eslóganes de campaña ni recitar manifiestos: se necesita pensar. Lo revolucionario en este interregno es PENSAR. Recrear, estudiar, juntarse, escuchar.
No fragmenten más. Viejo modus operandi: divide y reinarás.

Y otra cuestión: el FA ha sobrevivido tantos años por sus militantes y porque nadie era más que nadie. Antes teníamos 4 o 5 principios: democracia popular participativa, justicia social, igualdad, desarrollo inclusivo, antiimperialismo, antirracismo y antipatriarcado. Un programa y una plataforma que todos los sectores y personas aceptaban para ser parte. Nunca se le exigió a nadie que fuera marxista ni creyente. Y tranquilos: en el FA también están los socialdemócratas, los marxistas, leninistas, maoístas, anarquistas, creyentes y ateos. Lo único que no entraba -ni pensado- era la derecha.

Que no nos vuelva a pasar como a la salida de la dictadura: que quienes estábamos aquí aguantando la pared, y conocíamos lo que había sucedido con la sociedad uruguaya y sus nuevos clivajes, fuimos a la última fila.

Nada personal. Soy chancha -la última del horóscopo chino- y me encanta. Los chanchos somos bondadosos, generosos, amables, valientes y fuertes. A veces ingenuos... hasta que nos transformamos en jabalíes. ¡Cuidado!

Publicado en El Chasque el 12 de diciembre de 2025

Liliana Pertuy es socióloga, feminista. Militante por la memoria, la verdad y la justicia. Denunciante de terrorismo de Estado, caso menores detenidos en Treinta y Tres. Ciudadana y artista plástica.

Columnistas
2025-12-13T15:38:00

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias