La imaginación y la izquierda. Esteban Valenti
04.09.2025
La imaginación es una facultad cognitiva fundamental que permite a la mente crear y representar imágenes, ideas, escenarios o eventos que no están presentes en la realidad, basándose en experiencias previas, conocimientos y emociones.
Aparentemente la imaginación no es una cualidad que tenga divisorias ideológicas, pero es falso. La derecha tiene limitaciones ideológicas y metodológicas fundamentales para la imaginación, la referencia aplastante del mercado en todo su pensamiento, limita totalmente la necesidad y la posibilidad de la creatividad e imaginación, a lo que se agrega que conservar, preservar las estructuras, desde que la derecha nació, igual que nosotros en la Revolución Francesa, es muy diferente en todos los planos a imaginar, soñar, elaborar el cambio de régimen o de las estructuras, que es el motivo de existencia de la izquierda.
Este tema me surgió a raíz de una entrevista en Canal 10 al doctor Álvaro Villar, director del Hospital de Clínicas. Fue muy interesante, pero sobre todo pude valorar, lo que ya había comprobado en su labor en el Hospital Maciel y el mismo hospital de Clínicas: el papel fundamental de la creatividad, de la imaginación.
Voy a tomar un solo ejemplo, cuando hizo referencia, que para tratar los temas de salud mental, un tema de mucha actualidad, era importante el contacto con las estructuras de la sociedad civil y cultural que están en directo contacto con la mayor cantidad de gente, y de gente joven. El mencionó como un ejemplo todos los conjuntos de carnaval, que en el Uruguay son la expresión más popular y con mayores contactos con la gente y en formas particulares, no solo cuantitativas sino cualitativas. Ellos saben si la gente falta a los ensayos, que problemas atraviesan y pueden ser un elemento muy importante para detectar en forma precoz, problemas que hay que atender.
Eso es imaginación, eso es creatividad, es una idea que puede tener que ver con enfoques mucho más amplios de la relación entre la salud, la educación y diversos temas con el pueblo, en el sentido más amplio y nacional de la palabra.
Es vínculo es fundamental, también por ello la escuela, los liceos, la UTU, no son solo los grandes instrumentos de la educación, de la formación cívica, de la identidad nacional, sino un gigantesco termómetro capilar de la situación dinámica de las generaciones de niños, de adolescentes, de jóvenes.
Es solo un ejemplo, pero en nuestros gobiernos hubo muchos. El Plan Ceibal fue primero una gran idea, por la innovación, por las nuevas tecnologías, por la modernización de la educación y su extensión a los adultos mayores, fue la continuidad de esa idea imaginativa. Y los resultados están a la vista.
Podría utilizar varios ejemplos, pero en realidad me interesa señalar la importancia del método, de la imaginación como gran instrumento para hacer política y para gobernar.
No hay recetas, ni dogmas, pero el surgimiento mismo de las ideas de la izquierda: terminar con la monarquía y el feudalismo, crear las instituciones y las ideas republicanas, producir la mayor transformación revolucionaria de la historia, requiere en primer lugar imaginarse el futuro, la dirección de los cambios en todos los terrenos, fue en primer lugar un acto de audacia imaginativa.
Los aportes teóricos, la crítica al capitalismo, en ese momento un cambio revolucionario, basado entre otras cosas en la revolución industrial, con su enorme carga de inventos, creaciones científicas y en el mundo del trabajo, que si tuvieron la impronta de la burguesía, fue otra vez una constante y permanente uso de los conocimientos, del estudio y de la imaginación y la audacia, de los grandes pensadores de izquierda.
Cuando el socialismo real, perdió totalmente su capacidad imaginativa, que siempre requiere el uso del pensamiento crítico, y la circunscribió a los inventos espaciales o militares porque la burocracia, es una de las enemigas principales de la imaginación, es la guardiana de la estabilidad y la continuidad. Allí se comenzó a desmoronar el sueño del socialismo.
El ejemplo de China y de Viet Nam son un ejemplo monumental a la creatividad imaginativa del pensamiento y de gobiernos de izquierda.
La imaginación está presente en todo, en las grandes cosas y en las pequeñas y siempre requiere cuestionarse, interrogarse, ser críticos de lo existente para proponer cosas nuevas.
No es un divague, al contrario la audacia de la imaginación se mide por la posibilidad que ideas atrevidas se vuelvan realidad, se transformen en nuevas estructuras económicas, sociales, culturales, educativas, en la salud, en el cuidado del ambiente sin paralizar la producción.
Por ello, considero que grandes cambios tecnológicos, como la Inteligencia Artificial, no pueden ni deben asustarnos, son el resultado de todo lo que hemos acumulado y de un salto elaborado por la imaginación de los seres humanos. Y eso es lo que difícilmente podrá lograr la IA por si sola.
Los cambios derivados de nuestra imaginación son obligatorios, sino sería el simple ejercicio del retoque, de la estabilidad y, nada es más contrario a la imaginación, que el miedo al cambio.
La imaginación, no se medica, no se influye y se genera con una dieta, o con consejos, es una actitud que surge, primero de la base ideológico-crítica de nuestras ideas, de la valentía intelectual para utilizarlas a fondo, de formularse siempre preguntas incomodas y tratar de responderlas de diversas maneras creativas y que no sean solo la repetición de lo conocido.
El expediente, el trámite, la comodidad de las posiciones de poder, suelen ser enemigos feroces de la imaginación, su freno y su límite. No implica desconocer las formalidades, salteárselas, lo que implica es que esa no sea la única referencia.
El gobierno anterior, de derecha, demostró tener una enorme imaginación para pasar por encima de los controles y las leyes y en muchos casos hacerlo impunemente, incluso de tratar de transformarlo en un mérito, volador con los Hércules C-130, con el pasaporte a Marset, con el jefe de la guardia presidencial y una lista interminable. En este año 2025 ya hay 7 procesados blancos. La lista de delincuentes privados, con los fondos ganaderos y de inversión, demuestran que saben aprovechar para provecho propio y para robar las "leyes" del capitalismo más salvaje. Un récord. Esa imaginación es trágica y depredadora.
La izquierda para elaborar su programa, sus medidas prioritarias de gobierno y para encarar las soluciones tiene que utilizar de manera central la imaginación, la creatividad.
La imaginación no va en contra o disminuye la importancia de la profesionalidad, al contrario, se combinan y producen los grandes resultados.
Ahora que discutimos la Ley de presupuesto, es obligatorio reclamar a todas las jerarquías a todos los niveles, realmente apelar a la creatividad, solo administrando un poco mejor los recursos y los agujeros que nos dejaron los multicolores, en particular los blancos y colorados, no resolvemos el cambio que le propusimos a la gente.
Es cierto que la imaginación , requiere también capacidades para comunicar, para informar a la gente, no de manera burocrática. Hace falta seriedad, solidez e imaginación. Nos falta mucho.
¿En todos los cargos que ocupamos, nos estamos formulando las preguntas atrevidas y tratando de encontrar respuestas creativas e imaginativas?
Esteban Valenti.
Trabajador del vidrio, cooperativista, militante político, periodista, escritor, director de Bitácora (www.suplementobitacora.net) y Uypress (www.uypress.net), columnista en el portal de información Meer (www.meer.com/es) y de Other News (www.other-news.info/noticias).