La situación de los cristianos en países de mayoría musulmana: entre la persecución y el éxodo. Hebert Abimorad

09.06.2025

Si bien la situación varía drásticamente de un país a otro, es innegable que en diversas regiones, las comunidades cristianas enfrentan desde una discriminación arraigada y violencia sectaria hasta actos que han sido calificados de genocidio por organismos internacionales.

El término "eliminación", aunque fuerte, refleja la dura realidad que viven muchos cristianos, marcada por un éxodo masivo y la amenaza a su propia existencia en tierras donde su presencia es milenaria.

 

Genocidio y limpieza étnica en Irak y Siria a manos de ISIS.

El ejemplo más extremo y documentado de una campaña de eliminación contra los cristianos en tiempos recientes es el perpetrado por el autodenominado Estado Islámico (ISIS) en Irak y Siria. A partir de 2014, el grupo yihadista llevó a cabo una violencia sistemática que incluyó asesinatos en masa, secuestros, esclavitud sexual, conversiones forzadas y la destrucción de iglesias y monasterios.

Organismos como el Parlamento Europeo y el Departamento de Estado de los Estados Unidos reconocieron formalmente que las atrocidades cometidas por ISIS contra los cristianos y otras minorías religiosas constituían un genocidio. El objetivo declarado del grupo era erradicar la presencia cristiana de los territorios bajo su control, lo que provocó un éxodo masivo de estas comunidades, algunas de las más antiguas del mundo. Este proceso ha sido también descrito como una "limpieza étnica".

 

Un mosaico de persecución y discriminación

Más allá de la brutalidad de ISIS, la situación de los cristianos en el mundo de mayoría musulmana es un mosaico complejo con diferentes niveles de presión y violencia:

  • Medio Oriente: En países como Egipto, los cristianos coptos, que representan la mayor comunidad cristiana de la región, sufren una discriminación social y legal endémica, así como ataques recurrentes por parte de grupos extremistas. En Irán, aunque se reconoce a las comunidades cristianas históricas (armenios y asirios), estas son tratadas como ciudadanos de segunda clase. La conversión del islam al cristianismo se castiga severamente y las iglesias en persa son perseguidas. En Siria, la guerra civil ha diezmado a la población cristiana, atrapada entre el régimen, los grupos rebeldes y las facciones yihadistas.
  • África: En Nigeria, la violencia contra los cristianos es particularmente aguda, especialmente en el norte del país. El grupo terrorista Boko Haram y otros grupos militantes han perpetrado masacres, secuestros y ataques a iglesias, con el objetivo de establecer un califato islámico y expulsar a los cristianos. En países como Sudán y Somalia, la conversión al cristianismo puede ser castigada con la muerte.
  • Asia: En Pakistán, las leyes sobre la blasfemia son utilizadas de manera desproporcionada contra las minorías religiosas, incluidos los cristianos, y pueden acarrear la pena de muerte. La violencia de turbas contra comunidades cristianas no es infrecuente. En Indonesia y Malasia, aunque la libertad religiosa está teóricamente garantizada, los cristianos enfrentan restricciones y, en ocasiones, la hostilidad de grupos islamistas radicales.

 

El éxodo silencioso: un futuro incierto

Más allá de la violencia directa, un factor clave en la disminución de la presencia cristiana es el "éxodo silencioso". La falta de oportunidades económicas, la discriminación sistemática, la inestabilidad política y la sensación de inseguridad constante empujan a muchos cristianos a emigrar en busca de un futuro mejor para sus hijos.

Este éxodo tiene consecuencias devastadoras para la diversidad cultural y religiosa de estas naciones. Las comunidades cristianas, que a menudo han desempeñado un papel vital en la educación, la sanidad y la vida cívica de sus países, ven su número reducirse a un ritmo alarmante.

En conclusión, si bien el término "eliminación" en un sentido literal y generalizado a todos los países de mayoría musulmana sería una simplificación excesiva, la realidad en muchas partes de este mundo es de una severa persecución que amenaza la supervivencia de algunas de las comunidades cristianas más antiguas del planeta. Los actos de genocidio cometidos por ISIS, la violencia sectaria en países como Nigeria y la discriminación arraigada que alimenta un éxodo continuo, pintan un panorama sombrío y justifican la grave preocupación por el futuro del cristianismo en muchas de sus cunas históricas.

 

Hebert Abimorad

Columnistas
2025-06-09T12:12:00

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