A SEGUNDA VISTA (*)
Los límites que impone “el señor”
25.01.2024
MONTEVIDEO (Uypress/Daniel Feldman) – No sé si se trata de una cuestión de fe; a fin de cuentas, si es el señor quien lo dice… de lo que sí estoy seguro es que, a veces, los mensajes parecen ser contradictorios.
El muro nos grita, en negro sobre blanco, pintado, que no pintemos, y para que nos quede aún más claro -aunque la pintura sea oscura- se nos informa que "el señor NO DEJA".
¿Por qué pintar un muro diciendo que no lo pintemos?, fue la primera interrogante que vino a mi sesera, un poco encandilada por el reflejo de la luz solar en la blanca base.}
Claro, capaz que se trata de un intento de expresión artística y el llamado, la invocación o la orden es a no estropearla. Pero mirando bien, lo expresado no destaca por su rigor estético.
Pensé también que podría tratarse de un metamensaje religioso disfrazado por la casi displicencia de transeúntes y automovilistas hacia la pared.
Eso de que todo esté en mayúsculas y "el señor" en minúsculas se me antojó una especie de paralelismo con la comprobación por el absurdo, la reductio ad absurdum, bastante extendida en la matemática: el intento de demostrar que una proposición es verdadera, ya que si no lo fuera conduciría a una contradicción, por lo cual es verdadera... o algo así, con la correspondiente disculpa hacia los matemáticos.
Entonces, "el señor", en realidad sería "EL SEÑOR", y por eso su mensaje es mayúsculo.
No me dio para pensar mucha cosa más, porque el calor del mediodía de diciembre me obligó a buscar la sombra, que se me hacía bastante esquiva. Pero doy fe que cuando volví a pasar, tiempo después, el muro estaba despintado.
Imagen registrada el 15/12/2018 en las inmediaciones de Av. Italia e Hipólito Irigoyen, Montevideo, Uruguay.
(*) A SEGUNDA VISTA
La primera... la primera vista es la que nos convoca.
La segunda nos embelesa, nos llama a la reflexión, nos causa gracia.
Daniel Feldman | Periodista