Las y los trabajadores del campo
Luis Alfredo Fratti
29.04.2021
El 30 de abril se celebra un nuevo Día del Trabajador Rural, establecido en la Ley N° 19.000 del año 2012
Es un feriado no laborable pago para los trabajadores que desempeñan la actividad.
Si agregamos el régimen horario de ocho horas de labor, llegamos a que el reconocimiento a la labor en medios rurales, llegó con sensible retraso al campo.
Cien años debieron pasar para que se consagrara este derecho ya existente para los trabajadores urbanos.
Eso me remite a la existencia de deudas de la ciudad con el campo, que no siempre son debidamente interpretadas desde los centros urbanos.
Sin entrar en sesudos análisis más apropiados para un sociólogo con especialidad en lo rural, creo que es bueno detenerse un instante en hacer algunas observaciones de la importancia que tiene el campo para nuestro país.
Esas observaciones, lejos van a estar de transmitir la idea de que es necesario acentuar las diferencias entre unos y otros, o en abonar el terreno de los buenos y los malos, o privilegiados versus desposeídos. Pero resulta necesario recordar que hay visiones diferentes, que hay postergaciones para quienes se desempeñan en los medios rurales, que se desarrollan formas distintas de vincularse con el mundo del trabajo, que merecen una contemplación que no siempre se logra.
Buena parte del Producto Bruto Interno del Uruguay se construye a partir de lo que se genera en el campo. Si bien viene aumentando la participación del sector servicios y aparece con fuerza la generación de ingresos con actividades como las vinculadas a las tecnologías de la información, desde el campo sale mucha de la riqueza que, más o menos transformada, luego va a engrosar los ingresos de nuestro país.
Pueden ser vacas, ovejas o caballos. Puede ser lana, cuero. Madera, celulosa, arroz, trigo, soja, cebada, maíz, colza, sorgo o girasol. O piedras preciosas, que las hay y muy valiosas en el norte. O lo que se produce en las cercanías de las ciudades, más conocido como productos de la granja. O lo que viene de los tambos, siendo la lechería un sector de enorme arraigo en todo el Uruguay.
Allí hay trabajadores. Algunos de los que nombré, no están en la categoría rurales, otros sí, pero están en el campo. En estancias, en chacras, en canteras, en tambos. Plantando, cosechando, dando vuelta la tierra, vacunando, curando bicheras, bañando, esquilando, alambrando, haciendo leña, recorriendo a caballo, arriando, cruzando cursos de agua. Siempre trabajando, normalmente, de sol a sol. Sintiendo un tibio amanecer en verano, o la crudeza del atardecer en el invierno.
Pero históricamente, postergado.
Durante décadas pudiendo ir hasta tercer año de escuela rural. Un triunfo cuando se llegó hasta sexto. Liceo rural y UTU agraria vinieron con posterioridad.
De la luz, ni hablar. Aún quedan rincones de nuestro Uruguay profundo alumbrados con la luna llena.
Todo llega con retraso, desde las cartas (que para los más jóvenes son una especie en extinción) hasta la fibra óptica. Así y todo, en mis 64 años he visto avances formidables. Pero falta mucho. Falta mucho por hacer.
Por ejemplo, que cada pueblo pequeño disponga de un mejor acceso a la salud.
No estaría nada mal ponerse a pensar si no invertimos algunos pesos y facilitamos la radicación de doctores en Medicina. Que las intendencias ayuden con la vivienda y que el Ministerio de Salud Pública aporte el salario.
A ver si aquellos que toda su vida la han dedicado al trabajo, se ganan el derecho a estar adecuadamente atendidos en su salud.
Como para que los homenajes de estas fechas, tengan algo más que un sentido discurso.
Luis Alfredo Fratti - Presidente de la Cámara de Diputados
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias