La izquierda woke

Magela Misurraco

28.11.2023

Desde la caída del "socialismo real", las izquierdas del mundo desplazaron el eje de la contradicción entre "explotados y explotadores" para tomar como causas contradicciones situadas en la superestructura.

 

Previo a la caída del muro de Berlín la diferencia entre izquierda y derecha estaba signada por la concepción entre la distribución de la riqueza.

Asimismo, el capital internacional, la posición ante organismos como el FMI, la oposición al monocultivo y a la industria extractivista de los recursos naturales, marcaban claras oposiciones entre izquierda y derecha. 

Se sumaba una liturgia y una épica que continúa, pero los principios cambiaron.

A medida que el mundo se globalizó las contradicciones empezaron a ser puestas entre hombres y mujeres, el colectivo LGTBQ+ versus la hegemonía heterosexual o "heteronorma", la discriminación positiva hacia las personas con discapacidad y las minorías como la comunidad negra, el sexo según se perciba la persona y no como una condición biológica, son parte del activismo de izquierda.

La izquierda invita a "deconstruirse", ser "empático", fomentar la inclusión y hasta feminizar el lenguaje como instrumento para eliminar la desigualdad.

No parece estar interesada en lograr cambios radicales en la sociedad para eliminar la injusticia original que marcó su identidad.

Supone que alterando el lenguaje se libra la batalla contra el yugo del patriarcado y se logra "equidad".

En todas las sociedades del mundo ha surgido una "Agenda de derechos" con el mismo menú para todos los países, excepto aquellos en los que no rige la democracia representativa: matrimonio igualitario, legalización del aborto gratuito y seguro, defensa de los animales, al mismo nivel que los humanos, activismo feminista, proyectos de producir carne artificial y toda una plataforma que engloba a la izquierda woke y está, también, en la agenda del partido demócrata americano.

Antes de que asumiera Lula como presidente, lo primero que hizo fue visitar al presidente Biden.

Qué significa "woke"

El término "woke" surgió en Estados Unidos para referirse inicialmente a quienes se mantenían alerta frente al racismo. Luego se trasladó a otras cuestiones vinculadas a la desigualdad como el género o la condición sexual.

En inglés "woke" es el pasado de "wake" que significa "despertar". Pero el empleo del término es más abarcativo y complejo y ser o estar "woke" implica alinearse con políticas progresistas.

Se estima que el término lo acuñó el novelista William Melvin Kelley.

La palabra resurgió en la última década ante la brutalidad policial hacia la comunidad negra norteamericana.

En 2017, el diccionario de Oxford agregó una nueva acepción de "woke" definiendo a la palabra como "ser consciente de temas sociales y políticos, en especial, el racismo".

La corrección y la cancelación

Los woke también tienen sus detractores quienes los culpan de autoritarios por llevar la corrección política al extremo y por aplicar la cancelación de personas aplicando justicia por mano propia en las redes sociales incluso antes de que la justicia se expida.

Se ha denunciado a la izquierda woke de coartar la libertad de expresión hasta en sitios consagrados de la Academia como Harvard University. 

Hay universitarios de esa institución que denunciaron que se censuraron tesis doctorales por tratar temas que para la agenda woke no son políticamente correctos. También se practica la autocensura para evitar tratar temas que molestan a la izquierda woke en lo referente al humor o a lo que es apropiado decir o no decir.

Lo mismo ocurre en sectores de la cultura y la expresión artística.

Hay una policía del lenguaje e inspectores de estereotipos que determinan qué está bien o no para la ética woke que definen como la única. Esto sucede en Estados Unidos, Uruguay, Nigeria y en todos los países del globo.

No es un movimiento espontáneo ni el resultado de un trabajo militante de formación de conciencia en la base de la sociedad.

Hace rato que la izquierda dejó de hacer un trabajo ideológico y cuando es oposición lo es desde asuntos vinculados a lo anecdótico de la política y no a cuestionar las raíces del sistema.

Estornudan en Davos y nos resfriamos acá

En la génesis de la izquierda woke está el Foro de Davos, único instrumento de dominio mundial al que la izquierda mayoritaria no se opone y coincide con "La derecha". No es que "le hace el juego" tan mentado, directamente le da apoyo explícito. Se lo dieron Lula y Tabaré Vázquez o Alberto Fernández en forma abierta sin que ello escandalizara a la militancia, al movimiento sindical o al social.

El Foro de Davos no fue creado por la iniciativa de un grupo de países dominantes, no. No es el Grupo de los 7.

Este Foro fue idea de un magnate, Klaus Schawb, que convocó a otros magnates, como Soros y otros dueños de corporaciones, como Pfizer, que son los que hoy, verdaderamente, gobiernan el mundo.

A través de Fundaciones financian algunas buenas causas como los feminismos, al colectivo LGTBQ+, medios de prensa; ONG y todo lo que ha permitido el empoderamiento de la Agenda de Derechos en todo el mundo y al mismo tiempo sin que se altere el statu quo.

Los magnates de Davos no actúan entre gallos y mediasnoches, a puertas cerradas, en pactos secretos y conspirando.

Todos los planes que nos tienen preparados están punteados y detallados en la Agenda 2030 de la que no se habla más que en algún medio alternativo.

Después de llenar el ojo con combatir la pobreza, pasan de las buenas intenciones a la yugular. Con sus fundaciones financian incuestionables buenas causas funcionales a que esa Agenda 2030 no sea cuestionada.

Los desvela la superpoblación del planeta y le siguen planes nefastos.

Mientras, sus corporaciones obtienen dividendos mediante inversiones en países emergentes con más beneficios para el inversor que para el receptor de la inversión.

Lejos de oponerse, la izquierda ha facilitado que estas empresas se instalen.

Cuando ha gobernado le dio todas las prebendas, y más, a través de contratos secretos cuyas consecuencias pronto se hicieron conocidas. Como los derrames ambienticidas de UPM. 

La izquierda, mientras no gobernó fue una férrea opositora a la Ley de forestación.

Secreto también fue el contrato que el actual gobierno firmó con Pfizer para que nos proveyera de vacunas contra el Covid con el insólito argumento de que no aseguraban el contagio de Covid, sino un curso más leve de la enfermedad. Un hecho inédito en una vacuna.

¿Qué es ser de izquierda entonces? Obedecer a unos magnates que lo que proponen es "deconstruir" todo lo humano.

 Es la nueva izquierda o izquierda woke. Le va la vida en cuestiones como la imposición del Lenguaje inclusivo, la intervención de expresiones humanas que le bajan el perfil a las tragedias de la vida, como el humor. La definición de un enemigo interno, en Uruguay dado en llamar "malla oro" quien puede ser un productor rural hasta pequeño o gente que viva en la zona este de Montevideo y tenga 300 mil dólares en el banco, no los enemigos tradicionales. Siempre mejor perfilados. Durante un tiempo fueron las "quinientas familias", las multinacionales, el Fondo -ya mencionado-, pero de lo que se viene conspirando en Davos, nada.

Unos pasos atrás para tomar impulso

La sociedad de hoy es ostensiblemente menos patriarcal que la de 1945, tres años antes del voto femenino, y la de las décadas posteriores, pero los woke  presentan una idea de sociedad que pareciera estar bajo un dominio masculino comparable con el talibán. Sin negar que para las mujeres hay mucho que reivindicar, pero otros sectores de la sociedad siguen históricamente vulnerables y sumergidos estructuralmente.

La izquierda woke no tiene a la pobreza en su agenda.

Corresponde, entonces, la pregunta ¿qué es hoy ser de izquierda?

Magela Misurraco es Licenciada en Comunicación. Opción Publicidad y Relaciones Institucionales. Udelar

 

 

 

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2023-11-28T05:44:00

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