Cómo derrotar la estafa mundial
Marcelo Marchese
24.10.2020
A esta altura de la operación que estamos sufriendo, pocas dudas quedan acerca de las inauditas ganancias que han logrado los beneficiarios de la cuarentena, y decir beneficiarios implica decir "los que la generaron".
En términos económicos, es una operación política para acelerar el proceso natural e ineluctable de concentración del capital. Las fuerzas gravitatorias de la economía se han movido a cuatro sectores: la tecnología de la comunicación y el mercadeo, los laboratorios, la industria del medicamento, y, como siempre, la Banca.
Las crisis operan como mecanismo de concentración de riquezas, pues la tela de la araña llamada crisis atrapa al chico y al mediano, pero nada puede con el grande, y menos aún si el grande es la araña.
Millones se han fundido y millones se fundirán, y todo ese mercado abandonado, caerá en manos de la araña y ya vemos cómo millones de tienditas en el mundo bajan sus persianas, pues no pueden con los alquileres y obligaciones bajo la cuarentena. Nada se pierde y todo se transforma, nos han dicho, y ese mercado perdido será acaparado por Alí Babá, Mercado Libre, Amazon y todas las demás.
La operación es tan burda como sencilla: la gente encerrada en sus casas no sale a trabajar, pero hace sus pedidos por celular, y lleva más vida, más de su vida, hacia el celular. Precisaban inyectar más vida virtual y lo han logrado, con consecuencias económicas catastróficas para todos nosotros.
Estas empresas de la venta virtual, son, al mismo tiempo, entidades bancarias que bicicletean tu dinero y el dinero del vendedor, en el caso de que sean intermediarias, pues tu dinero está "trabajando" en esa cuenta hasta que se concrete la compra, y el dinero tardará veinte días en llegar a manos del comerciante. Se llevan el cachón del intermediario, cuando no se convierten en vendedor, pues lo que buscan es adueñarse del proceso de producción y del proceso de comercialización.
¿Qué decir que ya no sepamos, de la atroz industria de los laboratorios que cronifican enfermedades para mantenerte enganchado hasta robarte la última gota de sangre, y de la tenebrosa industria de la medicina? Han incrementado sus riquezas como nunca antes, a costa del terror de la población mundial. El vampiro, con la sangre que perdemos, crece y se fortalece.
Y luego, la Banca, que interconectada a toda hora y siempre con la tecnología de la comunicación y la industria de la salud, aplasta con su pie a la humanidad y la convierte en una papilla sangrienta de carne y huesos. Como la cuarentena obliga a los Estados a gastar más, al tiempo que la cuarentena reduce la cobranza de impuestos, el resultado evidente es un endeudamiento público inédito: la deuda pública global alcanza el PBI. Algo que jamás había pasado y que tiene un corolario evidente: la Banca se apodera todavía más de mas recursos y todos, desde Fernández a Lacalle, terminarán subiendo de rodillas los humillantes escalones de la Banca.
Y mientras todo esto sucede y los noventa millones en el mundo que fueron empujados a la extrema pobreza se preguntan la mejor manera de comerse a las ratas, y mientras tres mil trescientos millones de asalariados se preguntan si podrán retener sus trabajos, la vida se hace irreal, pero esa realidad perdida, esa energía no canalizada, va a parar a algún sitio, pues nada se pierde y todo se transforma.
Facebook, twitter y youtube, compran y venden, y disciplinan, y mientras que impiden "el discurso del odio", avisan que censurarán también a los conspiranoicos, cuyo sólo crimen es un exceso de sensibilidad, y en particular, un exceso de sensibilidad para detectar los planes de los malvados, sea una araña que teje su tela para fundir a la competencia, sea un vampiro que con cada gota de sangre que perdemos, crece y se fortalece.
La energía perdida es energía ganada, y cada dato que entregamos informa cómo somos, qué pensamos y cómo sentimos, algo muy eficiente a la hora de vendernos cosas y algo muy útil a la hora de dominarnos. Somos consumidores, y somos, y sobre todo, seremos, una pila en una máquina. El filántropo Bill Gates ha obtenido filantrópicamente la patente WO 060606 (llamativo nombre) que dice que «la actividad del cuerpo humano asociada a una tarea encomendada a un usuario se puede utilizar en un proceso de minería de criptomoneda ...». Es una maravilla, y hay más "Un servidor puede proporcionar una tarea a un dispositivo de un usuario que está acoplado al servidor. Un sensor conectado de manera comunicativa o comprendido en el dispositivo del usuario puede detectar la actividad corporal del usuario. Los datos de actividad corporal pueden generarse en función de la actividad corporal detectada del usuario."
Mete miedo ¿verdad? La moneda virtual, como ves, será validada por tus emociones que, por medio de la maravillosa tecnología, conducirá toda esa información, cada gesto de tus pestañas, cada feromona anulada o desplegada, al programa adecuado.
Ahora, si crees que las criptomonedas y la vida virtual crecen por las solas reglas de la economía, te advierto que es una creencia infantil, pues la OMS, IBM y Microsoft lanzan, en forma conjunta, un Centro Blockchain para rastrear Coronavirus, lo que significa que con la excusa del Coronavirus, enviarán más información al vampiro que con cada gota de sangre que perdemos, crece y se fortalece.
El proceso de pérdida de realidad es de larga data. En un principio escuchabas música "en vivo", lo que quiere decir que en tu tribu escuchabas cantar al otro sin parlantes ni porquerías, y además, cantabas y bailabas. No te lo han dicho, pero fue así y así es en las comunidades primitivas, donde todos cantan.
A principios de siglo XX la música en vivo sufrió una alteración, nació la radio, y las ondas, aquel vínculo terapéutico de la voz humana, disminuyó. Todos aquellos que vivían de cantar, la quedaron, y sobrevivieron los mejores, los que escalaron a la radio. Luego vino la cinta, el LP, el CD, el mp3, youtube, y cada vez desapareció más voz humana. Ahora hay un programa que agarra la voz humana y la hace inhumana, pues le corrigen los eventuales desafines, llevan la voz a una especie de perfecta e inhumana e imposible afinación que no tenía ni Freddie Mercury. Ya no escuchás la voz humana, salvo que alguien te cante al lado, y si está en frente y hay un micrófono, no es la voz humana.
No sólo pierdes un vínculo terapéutico, te pierdes a ti mismo. El libro ya no es un libro, no ocupa un lugar en el espacio, no se huele, no se toca, es un ebook, un pdf, y la relación que estableces es menos sensual, más fría, más inhumana.
El productor de alimentos, y recuérdese el reciente mensaje anti carne y anti ganaderos de la ONU, ya no será un productor de alimentos, pues serán hechos en laboratorios. La operación de pérdida de realidad abarca todas las dimensiones de lo humano.
Lo que hace el vampiro, el merodeador nocturno, es terrible, pero si llegaste hasta acá te estarás preguntando cómo vencerlo. El Coronavirus ha sido el mayor golpe a las fuerzas creativas de la humanidad en toda su Historia. Cuantos menos bienes materiales y espirituales creemos, más rápido caeremos en el abismo virtual.
Asistimos a la maniobra de sustitución de la realidad y destrucción de nuestra capacidad de transformar las cosas que nos rodean, de transformar la vida, lo que nos define como humanos. He aquí que nos han convencido que los seres humanos somos una cosa mala, con todo ese asunto del mono asesino, y miles de años de ese discurso han incrustado el cáncer de la culpa en los huesos de la humanidad.
No es el miedo el problema, aunque el Poder usa del miedo desde sus inicios. El miedo se palpa y se huele, el problema es la culpa, pues se puede vivir toda una vida sin culpa sin percibirlo.
Y así arribamos al quid del asunto. A la humanidad la mueve el deseo, cuya enemiga es la culpa. El ataque a las fuerzas creativas de la humanidad es un ataque en toda la regla al deseo, el mismo ataque que ya vienen perpetrando con el discurso vegano, el feminismo, el Metoo, el calentamiento global y la persecución del tabaco, la sal, el azúcar, la carne y la grasa.
La salida, como siempre, es hacia adelante. Se trata de crear, de trabajar, de juntarse, de hablar, de besar. Quieren que tú, que sos un ser gregario, estés sólo y aislado, pues "Divide et impera" lo que significa también dividirte de ti mismo, dividirte de tu humanidad.
La alternativa es la siguiente: cuarentena o humanidad ¿Existe una posibilidad de que estos criminales te hayan subestimado?
No sabría decirte si la respuesta oscila en el filo de una navaja que se ha colocado en nuestro cuello, o si, como dijo el poeta, la respuesta está soplando en el viento. Sólo tú sabes la respuesta.
Marcelo Marchese
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias