El problema de la tauromaquia

Marcelo Marchese

15.11.2022

En algún lugar, en el medioevo, los campesinos tienen cercado a un lobo en una cueva, pero acude San Francisco de Asís, entra, le habla al lobo y le dice: “hermano lobo” y lo tranquiliza, sale con él, pasa entre los campesinos, y lo libera.

En la estancia donde se crió Serafín J. García, empezaron a desaparecer las gallinas. Los posibles culpables eran la comadreja, el zorro, el mano pelada y el gato montés. El problema es que los perros no detectaban al secuestrador y asesino. Una noche, Serafín fue despertado por el ladrido de los perros, sale al campo y ve, a la luz de la luna, una batalla singular.

Unos cuantos perros agrupados intentaban cazar a un gato montés que saltaba de lomo de perro en lomo de perro clavando las uñas, mientras chasqueaban las dentelladas en el vacío. El gato montés termina saltando fuera del grupo para treparse a un árbol. Un peón se acerca con un rifle, cuando es detenido por el capataz, que le dice que lo deje ir ¿Y las gallinas? No corren peligro. Después de lo que ha vivido, ese gato no volverá nunca más.

Soy de la filosofía de San Francisco y del capataz y no comulgo con el sacrificio innecesario de la vida, pero en la Historia, siempre que se ha seguido un plan siniestro, se ha amparado en bellos propósitos, y como uno escucha siempre la misma canción sobre la tauromaquia, quiero ejecutar una nota aislada y diferente.

 

¿POR QUÉ SE DAN LAS CORRIDAS DE TOROS?

Nadie hace nada por capricho, por lo que las corridas de toros se hacen porque los pueblos tienen alguna necesidad vinculada simbólicamente a las corridas de toros. Uno debe considerar la similitud con las domas. Se trata de manifestar el dominio sobre el animal, pues el hombre necesitó, millones de años atrás, manifestar su dominio sobre su ser animal. La humanidad nace cuando el hombre pone un límite a su animalidad, razón por la cual ningún pueblo de la tierra vive plenamente desnudo.

Luego debe pensar en el significado simbólico del toro, y en diversos pueblos de la tierra, el toro es la fertilidad, el vigor sexual, y también, el Minotauro, el guardián del laberinto. El toro es el calor que anima todo lo vivo. Venus tiene su domicilio nocturno bajo el signo de Tauro, y el toro, en la vasta geografía del tiempo, ha sido vinculado con el agua, la noche, y en especial, acaso por sus cuernos, con la luna ("es el toro enamorado de la luna"). Según un mito, de la sangre que brota del toro sagrado y sacrificado, nacen las plantas y los animales. En una práctica ritual llegada del Asia Menor a Roma, el taurobolio, un bautismo con sangre de toro, se introducía al devoto en una fosa, se la cubría con un techo agujereado, se abría al toro con una jabalina, y la sangre chorreaba por el cuerpo del así consagrado "renatus inaeternum". La sangre le comunicaba al hombre la potencia física del toro, y al mismo tiempo, la vida espiritual e inmortal.

Este ritual es particularmente ilustrativo, ya que el toro comporta esa ambivalencia entre la materia y el espíritu. Para Jung, el sacrificio del toro "representa el deseo de una vida del espíritu, que permitiría al hombre triunfar sobre sus pasiones animales primitivas y que, tras una ceremonia de iniciación, le daría la paz".

Por último podemos pensar, como creen algunos, estimo yo, con sabiduría, que el toro enfurecido representa al padre Urano, al que el hijo Cronos, rememorando el pasado de la humanidad, debe castrar para ser él mismo. El toro, en la arena, para todos esos espectadores, no sería otra cosa que el padre al que todo hijo debe vencer, para ser, él mismo, padre.

 

¿POR QUÉ SE PERSIGUEN LAS CORRIDAS DE TOROS?

 Las causas por las que se persiguen las corridas de toros, son precisamente las causas por las que se llevan a cabo las corridas de toros. Nada tiene que ver aquí, salvo porque se la usa para fines macabros, tu piedad y la mía frente al toro condenado de antemano. Se trata, en un plan de largo aliento diseñado por los que se creen los nuevos dioses de la humanidad, de limitar nuestro poder, lo que significa limitar el poder de los hombres comunes, los plebeyos, sobre la Naturaleza.

Limitar este poder significa limitar el poder de los pescadores sobre la pesca, y limitar el poder de los campesinos sobre sus semillas y su ganado. La semillas, en gran parte han sido transferidas a las trasnacionales, dueñas de sus patentes. En cuanto al ganado, ya lo ves, cierran granjas en Holanda, se pretende imponer un impuesto a los flatos de vacas y ovejas en Nueva Zelanda, y los Ministerios de Ambiente buscan obstaculizar, hasta fundir, a todos los propietarios de tierras que no sean el capital financiero que rige a las trasnacionales.

Al mismo tiempo, al atacar un ritual, todo lo violento que quieras, por el cual el hombre domina al animal hasta matarlo para incorporar su poder físico y espiritual, en realidad lo que se busca es quitarle ese poder al hombre.

Por último, si al matar al toro se mata al padre, resulta que el padre, el padre simbólico, que es el poder macabro que rige el mundo, evita que se lo mate. Fue la primera de las revoluciones del hombre aquella por la cuál matamos al padre.

 

¿PERO ESTÁS DE ACUERDO O NO CON LAS CORRIDAS DE TOROS?

El hombre sigue rituales diferentes en toda la tierra. Aquí, la umbanda mata gallinas para transferir la vida de esa gallina a una persona que precisa ese aliento vital por una enfermedad o por la causa que sea. Los cristianos, sacrifican al cordero de Dios, y comen su carne y beben su sangre. En España y México, como ves, de manera inexorable sacrifican a un toro. En Grecia, tiempo atrás, en los juegos taurinos, hacían destrezas sobre los toros. Estos rituales cumplen necesidades simbólicas del hombre, o son en sí una forma de la magia que no logramos comprender la mayoría de nosotros: si tuvieras que matar a un dulce conejo para curar a tu hijo, lo harías sin dudarlo.

Tengo, sin embargo, algo que agregar. Un indio me dijo una vez que antes de meterse en un río, le pedía permiso al río. No creo imposible que ese indio, antes o después de matar un ciervo o un carpincho, le pida perdón. Nuestra concepción de la muerte es falsa y traumada, y demuestra que nuestra concepción de la vida es falsa y traumada. Demasiado bien lo exhibió la pandemia, donde muchos se encerraron por propia voluntad, sin considerar que el miedo a la muerte es la muerte en vida.

Entiendo que un hombre que tiene campo, debe castrar a la mayoría de sus caballos, pues en caso contrario sería peligroso trabajar con ellos. Creo que algún día, el hombre tendrá una concepción superior de los animales, las plantas, los planetas y él mismo. He ahí el problema. Un día el hombre alcanzará su vida consciente, cuando logre integrar de manera superior su ser animal. Ese día no será necesario castrar más nada, ni someter a nada a sacrificios innecesarios. Se matará cuando sea necesario matar. El problema es que para llegar a eso, tenemos que llegar por nuestros propios medios, y no por los medios que nos quieren imponer, que por otra parte buscan la antítesis de nuestra superación. Debemos estar alertas de todo lo que se diga y de todo lo que haga propaganda y financie el poder, que busca apropiarse de todo y conducirnos a lo que ellos quieren, mientras nosotros no seremos dueños de nada, y ni siquiera, de nuestro destino.

Marcelo Marchese
2022-11-15T13:25:00

Marcelo Marchese

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias