La inteligencia artificial es, tal cual un libro, una extensión del hombre
Marcelo Marchese
28.04.2023
El discurso anti IA recuerda a los ludistas que al principio de la revolución industrial se lanzaban a destruir máquinas. Es un camino que conduce al fracaso, pues si una fuerza lleva a la humanidad a reducir trabajo, es porque esa fuerza es inherente a la humanidad.
La IA, y la tecnología, en manos de quienes las dominan, terminarán con el trabajo, y cuando perdamos el trabajo, perderemos una fuente de poder, por lo que sólo nos quedarán dos salidas: dominar nuestros recursos naturales, y poner a la IA a nuestro servicio.
Si en vez de usar la IA para dominarnos, se usara para construir casas y alimentos, nos dedicaríamos al juego, al estudio y al amor.
Como la imposición de la IA desplazará trabajo, habrá una fuerte resistencia a la IA, pero esa resistencia está irremediablemente condenada al fracaso, pues la humanidad lucha siempre con el tiempo, lo que implica que siempre busca ganarle al tiempo. Bien mirado, todo es tiempo, hasta el dinero.
Si permite ganar tiempo, sirve. Así piensa la humanidad.
Todo ese discursete de algunos títeres que exclaman: "¡Frenen a la IA antes que sea demasiado tarde!", es un fraude. La IA avanzará de manera ineluctable. Ese no es el problema, pues ¿es un problema un cuchillo? Depende si se lo usa para asesinar o si se lo usa para curar.
La IA es propiedad de todos nosotros. Es resultado del constante acumular de conocimientos de la humanidad. Toda obra, incluso la más original obra de arte, es una creación colectiva.
Para su Gioconda, Leonardo precisó de un rojo que se hacía con un insecto específico, y de un azul que se extraía de una piedra rara, y precisó de un álamo que alguien hubo plantado, y otro, aserrado y pulido, y precisó de pinceles hechos con madera y pelos de marta, y de las leyes del color y de la perspectiva descubiertas por otros, más todos lo que heredó del saber sobre óptica y sexualidad humana, ya que ese es el tema de La Gioconda, más su lengua, una lengua heredada de su madre, que la heredó de su madre y así hasta el fondo del tiempo.
Que La Gioconda es de la humanidad lo demuestra que está en el Louvre ¿De quiénes son las catedrales, el Taj Mahal y Machu Picchu? ¿Quién es el propietario de Sueño de una noche de verano y de Las mil y una noches?
Nosotros hemos creado la IA, así como hemos creado todo. Las cosas que ha creado el hombre pueden condenarlo o liberarlo. El llamado "progreso" ha significado la condena del hombre y del espíritu, pero en esta vida nada es sólo malo y cada día se manifiesta de manera más clara la contradicción que debe resolver el hombre.
Marcelo Marchese
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias