Los planes de los chicos que manejan el dinero y los movimientos sociales

Marcelo Marchese

04.08.2023

A fines del siglo XX el capital financiero destinó bastante dinero (para el capital financiero era caja chica) a comprar los movimientos sociales, desde el feminismo hasta el sindicalismo pasando por el ambientalismo.

El dinero corre a raudales porque es sabido que por la plata baila el mono y la gente quiere darle a sus hijos la mejor educación y vacacionar a lo grande. El dinero tiene esa cosa vinculada al mando, pues a la postre, el dinero es una concentración de energía humana.

En los movimientos sociales hubo una discusión ¿Sería conveniente aceptar ese dinero? ¿El condicionamiento económico no generaría condicionamiento político? El dinero, con su incuestionable poder, resolvió esa discusión.

Esto que ocurre con los movimientos sociales, ocurre con los países. Los organismos de crédito internacionales prestan dinero para pagar la eterna deuda, a condición de que quien recibe el préstamo cumpla las órdenes del capital financiero: te presto dinero para que hagas esto. Ahí tenemos un ejemplo con la tenebrosa Reforma Educativa que promociona el BID.

Miles de oeneges pululan por los cinco continentes rentadas por el imperio más grande de la Historia de la humanidad: el capital financiero. Nunca nadie, ni Alejandro, Julio César, Napoleón o la reina Victoria, había reunido tanto poder. El objetivo del capital financiero es evidente, atenuar el cuestionamiento al capital financiero, pues cuestionamientos seguirán habiendo de parte de organizaciones y personas que no pueda comprar. Hay también un segundo objetivo: disciplinar, y a modo de ejemplo, ahí tenemos el discurso del calentamiento global antihumanista, que se viene usando para apoderarse de nuestra tierra e imponer una dictadura global.

¿Cómo se descubre un discurso "crítico" financiado por el imperio? Es muy sencillo: se queja de que nos estamos quedando sin agua y de que los eucaliptos a mansalva son cosa jodida, pero si no involucran la palabra "soberanía", ahí tenemos al gato encerrado.

El plan del imperio es imponer una dictadura global, lo que implica necesariamente aniquilar todo poder alternativo, y antes que nada, las soberanías nacionales. Por eso vemos ese discurso anti Estado, que es un discurso anti Estados nacionales, pues se pretende erigir un Estado único y global.

Lo que el imperio quiere evitar, es que la miseria generada por su ávida concentración de riquezas, redunde en una clara visualización de sus planes y en el consiguiente fortalecimiento del poder de los pueblos.

Los desafíos del presente se resumen de esa manera. La prueba incuestionable es que casi nadie habla de ello.

Marcelo Marchese
2023-08-04T13:25:00

Marcelo Marchese

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