Al noveno círculo del infierno
Marcelo Marchese
04.09.2023
Tomaba libros y los colocaba en su sitio de tal manera, que un libro sobre Zitarrosa iba a “Música”, y un biografía de Cervantes a “Crítica literaria España”, pero llegó un libro que se las traía: “Ética médica”, lo que me llevó a una duda enorme, pues en “Filosofía”, subrubro “Ética”, no podía ir, y en “Medicina”, tampoco, así que tras mucho pensar, opté por “Fantasía”.
Un librero sabe de tendencias intelectuales. Antes no se pedían libros de ética médica. Ahora, sí. Ni por un instante creas que eso puede augurar algo bueno. Significa que se viene algo muy jodido.
La medicina es el peor enemigo de la salud. Si me das dinero por diagnosticar una cosa, voy a diagnosticar esa cosa. Si por cada muerto de esa cosa, recibo dinero, intentaré que muera gente de esa cosa. Toneladas de dólares corrieron en el 2020 y el 2021 a causa de esa cosa. Si recibo quinientos dólares por una cesárea que no se precisa, haré la cesárea cueste lo que cueste. Si mantengo al cliente enganchado a un tratamiento de por vida, cobraré dinero de por vida.
Nada nuevo bajo el sol. Todos sabemos de qué va esto, pero hay otro problema: las redes censuran más que nada a los que se meten con la medicina. Si vos decís que el ajo, el limón y el aloe curan el cáncer, te censuran, y a la tercera, youtube te cierra el canal.
Como podés ver, hay una verdad establecida, ya que te cierran el canal por "desinformar". Ya no se trata de buscar la verdad: hay una sola verdad, y quien establece qué es lo verdadero, es "la ciencia". Te podés meter con muchas cosas, pero ojo con meterte con la ciencia y su antena más sensible, la medicina.
Es la misma censura la que te marca el camino. La medicina es la nueva religión. Sus dogmas son inapelables. La más grande negación del espíritu se convierte en la nueva fe. El cuidado del cuerpo lleva a la gente a la aceptación de disciplinas: no como manteca porque es dañina, no hago el amor sin una goma pues muero de una cosa jodida, me pongo un trapo sobre el rostro para que no me contagies esa porquería malvada.
Ahora la medicina invade áreas. Como se han incrementado las muertes, hay que atender a las causas, y la ONU ya resolvió que las causas son tres: calentamiento global, contaminación y pérdida de biodiversidad, así que la medicina se mete en la economía: las vacas nos llevarán a la ruina: adiós vacas. Las fábricas lo están pudriendo todo: deberás conformarte con tres prendas de ropa al año. La soja para alimentar pollos y chanchos está desforestando el Amazonas: chau pollos y chanchos.
La carne es mala. Ya lo sabemos, es el pecado de la carne. La medicina debe regular eso, así que invade la economía, y para invadir la economía hay que invadir la política, y entonces la ONU hace tratados en secreto con los gobiernos en su lucha contra el mal. La idea es aplicar en los países, sin que las poblaciones y sus representantes puedan oponerse, las políticas establecidas por El Gran Titiritero que maneja a la ONU. Es el poder del dinero, y El Gran Titiritero lo tiene de sobra. De hecho, lo imprime en la Reserva Federal.
La medicina como nueva religión regulará la vida de los hombres. Todos recordamos las funestas medidas adoptadas en el 2020 y el 2021 y sus desastrosas consecuencias: trabajos perdidos, la Argentina fundida, aumento del alcoholismo y la drogadicción, incremento del bruxismo, los suicidios que aumentaron, una vida cada vez más digital y desexualizada, el cáncer convertido en una especie de epidemia y una ruina general y acelerada. Todo gracias a la nueva fe.
¿Qué más hará la nueva fe? Habrás visto la evolución de los cráneos humanos. Desde aquel primate de hace quince millones de años hasta el presente, hubo unos cuantos cambios. En el futuro, alguien tomará el cráneo del hombre del siglo XXI y lo observará como una rareza ¿Nunca lo habías pensado? Bien, la gran pregunta es ésta ¿ese hombre del futuro, tendrá en sus manos un cráneo hecho de huesos, o tendrá en sus manos un cráneo hecho de metal y huesos?
Marcelo Marchese
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias