El poder del pueblo
Marcelo Marchese
04.10.2024
Los representantes del pueblo olvidan que son los representantes del pueblo, y cuando eso sucede, terminan representando a otros que nada tienen que ver con el pueblo, salvo en que son los ladrones del pueblo.
Cualquier autoridad de la República es un empleado del pueblo y debería, como todo empleado del pueblo, honrar su trabajo y la confianza concedida.
Cada vez que nuestros empleados firman contratos secretos con las trasnacionales donde les entregan gratis nuestras riquezas y no les cobran impuestos que sí pagamos los uruguayos, no están honrando su trabajo ni la confianza depositada, pues están preocupados en su futuro a la sombra del poder.
Cada cinco años, estos muchachos, del pelo que sean, disfrazados de izquierda o derecha, te piden el voto, haciéndose los distintos cuando son simples gestores del capital financiero que viene por todo.
¿Cómo logran jugar el juego de la mosqueta política?
Hay una fórmula del derecho que dice: "Dura lex, sed lex", "Dura es la ley, pero es la ley", y esa fórmula se aplica a la verdad, ya que dura es la verdad, pero es la verdad, y la verdad es que ellos hacen trampas porque nosotros los dejamos hacer trampas, así que en última instancia, somos responsables, y más aún, culpables.
Nuestra culpa es haber cedido el poder, cuando el poder es nuestro. Ningún gobierno en el mundo, ni siquiera la más atroz dictadura, logra gobernar sin el apoyo del pueblo, sin cierto grado de apoyo del pueblo.
¿Qué es la democracia, sino el poder del pueblo? Hoy la palabra democracia está comprometida, precisamente, a causa de nuestros representantes, pero si la palabra está comprometida, está comprometida la realidad y la democracia no es otra cosa que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.
El poder es nuestro. Debemos controlar, exigir y destituir a nuestros representantes. No pueden salirse con la suya con tanta facilidad mientras destruyen el futuro de nuestros hijos. Ellos están nerviosos, pues temen los plebiscitos contra las AFAP, contra la usura y contra los contratos secretos. Temen que el pueblo escriba su ley máxima.
Nos quieren llenar de miedo y anuncian el Apocalipsis si el pueblo retoma lo que le pertenece. Eso demuestra que el poder es nuestro, ya que temen que lo recuperemos. Esto es igual que la censura, que sólo demuestra que la verdad entraña un gran poder.
No es casual que silencien la verdad, que la censuren, pues le temen a la verdad. Quieren que relativicemos la verdad, pero la verdad es lo que le conviene al pueblo. Por eso, si estás asqueado de esta inmundicia, no debieras dudar del triunfo de la humanidad. Si te dieran a elegir entre formar parte de un ejército que tiene todas las armas del mundo, salvo la verdad, y otro que cuenta con ocho mil millones de personas, y con la verdad ¿qué ejército elegirías?
Marcelo Marchese
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias