Sangre azul: la princesa Geraldine de Albania tiene un ancestro común con todos los reyes de Europa
Michael Mansilla
20.06.2022
Si en alguna aldea en la Republica de Albania, se inaugura una toma de agua, no invitan a ningún político, en su lugar viene el Príncipe heredero de la corona albanesa Laka II Zog. No puede evitar que los mayores le hagan una reverencia y le besen el anillo real.
Si en alguna aldea en la Republica de Albania, se inaugura una toma de agua, no invitan a ningún político, en su lugar viene el Príncipe heredero de la corona albanesa Laka II Zog. No puede evitar que los mayores le hagan una reverencia y le besen el anillo real.
Nacido en el exilio el 26 de marzo de 1982 (40 años) en Johannesburgo, República de Sudáfrica. Tiene esa peculiaridad de los aristócratas europeos es que sus nombres se amontonan. Leka Anwar Zog Reza Baudouin Msiziwe Zogu, príncipe heredero al trono de los albaneses.
Es fácil pasar por alto la residencia real albanesa, escondida en una tranquila calle lateral detrás del museo nacional de arte. Si bien el Palacio de Buckingham tiene 775 habitaciones, incluidas 188 habitaciones para el personal, 19 camarotes y 78 baños, la residencia albanesa estaría entre las casas más pequeñas y discretas en un suburbio estadounidense rico. Su puerta principal se abre a un patio donde el país almacena sus estatuas soviéticas no deseadas: Lenin, Stalin y la única estatua de bronce original del líder comunista albanés Enver Hoxha. El palacio real original fue confiscado por los comunistas en 1946, y la casa real hoy en día no recibe fondos del estado. No tiene ningún papel reconocido constitucionalmente.
Y aquí está el príncipe: 39 años,1,90 de altura, con barba color arena, chaqueta azul marino y con fuerte acento sudafricano (Afrikáner) y más aspecto de vikingo que albanes. Su esposa es la princesa heredera Elia, y de su hija de 1 año, la princesa Geraldina. Los dos están a punto de ir al parque -sin guardaespaldas- antes toma un "Café a la turca"
. En un ala del museo hay una sala dedicada a la historia albanesa. Cimitarras la colección de espadas de la familia, los arcos y flechas colgados en la pared, rifles de caza, una pasión para príncipe que muestra su lado sudafricano. No tiene problema en cazar elefantes, como el emérito Juan Carlos.
El nombre cosmopolita de Leka cuenta la historia de su familia. Zog es para su abuelo, un visir del Imperio Otomano, que se convirtió en primer ministro de Albania en 1922 y ascendió a presidente tres años más tarde, luego a rey en 1928. Mas bien Albania paso a ser un protectorado italiano. Albania no contaba con moneda propia, ni correo o un sistema fiscal y la seguridad interna era ejercido por el ejército. Tierras montañosas, pobres, sumidas en el siglo XIX y gobernados por caciques locales.
Ese arreglo duró 11 años, antes de que Mussolini invadiera, en 1939, e hizo de Albania parte del imperio italiano. Zog huyó a Grecia, junto con su esposa, Geraldine, y su hijo de dos días, cuyo nombre más tarde se llamaría Leka I. Posteriormente, la familia se mudó a Turquía, luego a Francia, luego a Londres, luego a Egipto y luego de regreso a Francia, donde murió Zog, en 1961. Su viuda y su hijo se mudaron a España y luego a Rhodesia (ahora Zimbabue) antes de terminar en Sudáfrica. Huyeron con todas las reservas de oro.
Los otros nombres de Leka II rinden homenaje a los líderes que ayudaron a la casa real en su largo exilio: Anwar es para el presidente egipcio Anwar El Sadat; Reza es para Mohammad Reza Pahlavi, el último Sha de Irán; Balduino es para Boudewijn, tío del actual rey de Bélgica. Msiziwe es un honorífico zulú, derivado de la palabra "ayudante", un recordatorio de que cuando nació el nieto de Zog, Leka II en Sudáfrica, el gobierno designó simbólicamente la sala de maternidad como suelo albanés.
El príncipe Leka II creció en los últimos días del apartheid. Tiene un fuerte recuerdo de su infancia cuando visitó la playa de Durban y
preguntó por qué el conductor zulú de la familia no podía unirse a ellos. "Era una playa blanca", dice. Luego miró a los niños negros que jugaban en su área segregada y se preguntó por qué no podía jugar con ellos. "Somos invitados de Sudáfrica, seguimos sus reglas, aunque no nos gusten" Le contesto su abuela.
Leka II es una paradoja: un príncipe real que vive en una república democrática. Su posición es solitaria, como único hijo. Se ha asignado una tarea inmensa: actuar como figura unificadora en un país pobre con un sistema político corrupto aún marcado por medio siglo de autoritarismo, en una región marcada por la violencia religiosa.
Tras la muerte de su padre en 2011, el príncipe Leka fue nombrado jefe de la Cámara de la Casa de Zogu, rey titular de Albania, y jefe de la Soberanas Órdenes de la Fidelidad, de la Valentía y de la de Skanderbeg (honorario, nunca acepto sueldo del estado). Habla albanés, inglés, afrikáner y algo de zulú e italiano. Tiene dos perros bóxer, es aficionado a las artes marciales, voleibol, natación, montañismo y tiro al blanco. Tiene instrucción militar en la Academia Royal Military Academy Sandhurst , Inglaterra.
Su llegada a Albania ha sido exitosa, su fortuna ronda los 300 millones euros, aprovecha su doble titulación en economía y relaciones exteriores, como representante de empresarios albaneses ante la Unión Europea y las Petro monarquías del Golfo Pérsico. Oficialmente Leka II es musulmán, heredado del antiguo Imperio Turco Otomano.
Un nombre resonante, una manera amable y con soporte de cuentas en las redes sociales. Leka está activo en Facebook e Instagram, y ocasionalmente entra en Twitter, donde su cuenta promete compartir una "combinación de acontecimientos personales y oficiales". Pero no ostenta un cargo oficial. No quiere "imponer " una monarquía como su padre. Más bien se está ganando la popularidad mediante actos concretos. Formó una cooperativa tabacalera con pequeños agricultores, ha instalado el concepto de precio justo y producto
ecológico, para llenar las góndolas de la UE para los compradores con conciencia.
Leka II no tiene ningún papel reconocido constitucionalmente. pero tiene buenas posibilidades de recuperar el trono. Él nunca ha declarado esta intención, " eso es una cuestión que los albaneses, que debe ser dirimida mediante el voto". Por lo que los partidos de derecha o centrales tiene en su bitácora el posible regreso de la monarquía.
De alguna manera, su biografía es distinta: en generaciones anteriores, un príncipe heredero podía esperar un trabajo seguro y permanente, con un salario y grandes beneficios. En cambio, Leka II está-inteligentemente- realizando deberes reales no oficiales lo que le permite una mayor "exposición" en la prensa.
Su vida y su política es muy diferente a la de su padre.
Leka II es un joven alto, aunque no tanto como lo era Leka I. Un tipo de dos metros al que gustaba pasear con pistola al cinto. El mismo amor que profesó su padre por los uniformes lo sentía él por los lanzagranadas y los Kalashnikov. Formaba parte de la corte de reyes destronados que se asentaron en Madrid en los años sesenta y setenta. Aunque solo él estaba obsesionado en liberar por las armas a su país, que formaba parte del telón de acero; de ahí que su vivienda de Pozuelo más que un palacio pareciese un fortín.
Este Leka I de Albania tuvo un serio conflicto con las autoridades españolas en febrero de 1979 cuando se descubrió que en su finca almacenaba fusiles, municiones, granadas de mano, y hasta ametralladoras, formando un mediano arsenal de armas de guerra, guardadas aparentemente con el fin de armar una milicia monárquica destinada a "recuperar el trono albanes" 1993 Leka I viajó por unos días a Albania, cuyo régimen comunista había sido depuesto apenas dos años antes. En 1997 regresó nuevamente. En esta ocasión el rey exiliado inició una campaña abierta para que se ejecute un
referéndum en Albania y con ello definir el país como monarquía o república. En dicho referéndum, realizado el mismo año, la opción republicana venció con casi dos tercios de los votos. Leka de Albania rechazó los resultados, alegó un fraude electoral, y trató de tomar el control de Tirana, la capital, con ayuda de partidarios armados. Esta revuelta fracasó rápidamente y Leka de Albania debió regresar a Sudáfrica. Allí en febrero de 1999 la policía sudafricana registró su casa en las afueras de Johannesburgo, encontrando en el recinto armas de guerra y explosivos, por lo cual Leka I fue arrestado. Aunque el gobierno albanés abrió un proceso a Leka por el delito de sedición tras los sucesos de 1997, fue finalmente indultado por el régimen de Tirana en el 2002, permitiéndole retornar. Así, Leka residió durante la última etapa de su vida en Tirana, capital de su país natal.
La historia de Europa puede contarse a través de sus dinastías reales: los Habsburgo, los Borbones, los Romanov, los Estuardo, la Casa de Hohenzollern, la Casa de Orange. Se importaron algunos reyes: las grandes potencias de Europa decidieron que Albania necesitaba un monarca, por lo que en 1914 enviaron a un noble capitán del ejército alemán para que hiciera el trabajo. (Duró seis meses antes de verse obligado a exiliarse).
La presencia de Leka II en Tirana es una señal de que los días intolerantes y paranoicos del comunismo han terminado. Aunque la política de su padre era de derecha, él es decididamente apartidista, y su familia de retazos (madre anglicana, abuela católica, abuelo musulmán y esposa ortodoxa) es un modelo para un país que intenta resistir las divisiones que han plagado durante mucho tiempo a los Balcanes. Se presenta como la respuesta a una pregunta: si un país no se define por una religión o una ideología, ¿necesita otro foco, un símbolo de unidad nacional? "Nos faltan modelos a seguir", dice Grida Duma, miembro del parlamento por el Partido Demócrata de centro-derecha.
Leka dice tener sentimientos encontrados. De una parte, está Elia, "el amor de mi vida", y la pequeña Geraldine su familia. De otra, está Albania. "Es difícil describir la vida en el exilio, mi conexión con Albania fue la versión romántica de mis padres, las historias que mi abuela me contaba sobre los ancianos de las montañas; pero la parte crucial de su vida, desde la niñes hasta su juventud transcurrieron en Sudáfrica". Allí tiene una profunda amistad con la monarquía zulú, además de un verdadero palacete en la soleada ciudad de Durham, donde pasa una buena parte de su tiempo. Debe decidir entre ser un pretendiente a un trono que no existe o un hombre de negocios sudafricano.
Sangre azul: la princesa Geraldine de Albania tiene un ancestro común con todos los reyes de Europa
La última incorporación de la familia real albanesa lleva el nombre de su bisabuela, la popular reina Geraldine, gracias a la cual comparte parentescos en Almanaque Gotha.
Almanaque de Gotha.
El Almanaque de Gotha es una publicación anual de Europa, que compendia con todo detalle datos de las casas reales, la alta nobleza y la aristocracia europeas, así como datos del mundo diplomático. Recibió su nombre de la ciudad alemana de Gotha, en Turingia, en la que se publicaba. Pero por sobre Casa de Sajonia-Coburgo y Gotha, de donde provienen buena parte de la realeza y nobleza de europea. La más importante la familia real inglesa, que cambio sus apellidos Sajonia-Coburgo y Gotha, en 1917 por ser un apellido muy "germánico" al Casa de Windsor.
A pesar de que durante décadas la mayor parte de la realeza europea no consideró como parte de su casta a la Familia Real de Albania, los rastreos genealógicos muestran todo lo contrario.
Geraldine, princesa heredera de Albania, nacida en 2020.
La última incorporación a esta familia sin corona, la princesa Geraldine -hija del jefe dinástico y pretendiente al trono albanés, Leka II, y su esposa, la ex actriz Elia Zaharia- puede rastrear un antepasado común del siglo XVIII con todos reyes reinantes de la actual Europa y la mayoría de las casas reales, reinantes o no.
Albania solo tuvo un rey en toda su historia como nación independiente: en la década de 1920, Zog I que había pasado de jefe tribal a primer ministro, de presidente a primer rey de Albania al que a veces se le llamaba el "Napoleón balcánico".
Su reinado fue extremadamente turbulento: escapó milagrosamente de varios intentos de asesinatos, y su madre vigilaba la cocina real para asegurar de que su comida no estaba envenenada. Aunque ennobleció con títulos, honores y condecoraciones a toda su familia, el Gotha no se engañaba: la familia real albanesa no tenía sangre real.
Todo cambió cuando, en 1938, después de una intensa búsqueda de una esposa idónea para el rey, Zog I se casó con la joven condesa Geraldine Apponyi, nacida en Budapest el 6 de agosto de 1915.
Primera y única reina consorte de Albania, Geraldine era hija del noble húngaro Conde Gyula Apponyi de Nagy-Appony y su madre era Gladys Virginia Stewart, miembro de la Casa Real Escocesa, los Estuardos. El abuelo de Geraldine, el conde Lajos Apponyi de Nagy-Appony, había sido un alto funcionario de la corte imperial de la dinastía Habsburgo.
Juan Guillermo Friso De Orange, El Ancestro común de toda la realeza europea.
Es a través de la reina Geraldine, figura inmensamente amada en Albania pese a su efímero reinado (la monarquía fue derrocada un año después de su llegada) que la actual familia real albanesa encuentra sus raíces comunes con la realeza europea. Su abuela paterna, la condesa Marguerite von Scherr-Thoß (1848-1931), era a su vez, hija del conde Hermann von Scherr-Thoß.El conde Hermann von Scherr-
Thoß -hijo del conde Ernst von Scherr-Thoß, era por su parte nieto de la princesa alemana Agnes (1744-1799), de la Casa principesca de Anhalt-Dessau, casada en 1779 con el barón John Justus von Loën. Padre de Agnes era el príncipe Leopoldo II, gobernante del principado de Anhalt-Dessau de 1747 a 1751, y su madre era la princesa Gisela Agnes de Anhalt-Köthen.
Zog I, único rey de Albania, en su boda con Geraldine (1938)
Leopoldo II era hijo del príncipe Leopoldo I de Anhalt, soberano del principado alemán de 1693 a 1747. Pese a que su esposa, Anna Louise Föhse, era hija de un boticario, su matrimonio fue considerado monárquico tras una gran controversia que no impidió que la familia tuviera siete hijos. El padre de Leopoldo I fue el príncipe Juan Jorge II de Anhalt-Dessau y su madre fue la princesa holandesa Enriqueta Catalina de Nassau.
En el príncipe soberano Juan Jorge II de Anhalt-Dessau (1627-1693) encontramos al ancestro común que la recién nacida princesa Geraldine de Albania comparte con buena parte de la realeza de Europa. La quinta hija de este príncipe la princesa Enriqueta Amalia de Anhalt, fue la consorte del príncipe Enrique Casimiro II, Príncipe de Nassau-Dietz de la dinastía protestante de los Orange-Nassau.
Hijo del príncipe Enrique Casimiro II y Enriqueta Amalia, el príncipe Juan Guillermo Friso de Orange nació en 1687 en territorio holandés, donde sus descendientes reinan hasta nuestros días. Tenía 23 años cuando se ahogó durante un naufragio y su viuda, la princesa María Luisa de Hesse Kassel (1688-1765), se encontraba embarazada y seis semanas después de la tragedia dio a luz a su segundo hijo, Guillermo IV (1711-1751), sucesor de su padre y futuro estatúder de las Provincias Unidas holandesas.
Los descendientes de Juan Guillermo y María Luisa se sentaron en los tronos más importantes de Europa, como lo demuestra este árbol genealógico.
Por medio de decenas de alianzas matrimoniales con intenciones políticas, a través de dos siglos los hijos, nietos y bisnietos de este matrimonio proporcionaron soberanos, consortes y herederos a más de 20 dinastías europeas.
Por eso, los 10 monarcas europeos actualmente reinantes (Isabel II de Inglaterra, Margarita II de Dinamarca, Carlos XVI Gustavo de Suecia, Hans Adam II de Liechtenstein, Harald V de Noruega, Enrique de Luxemburgo, Alberto II de Mónaco, Guillermo Alejandro de Holanda, Felipe I de Bélgica y Felipe VI de España) son descendientes de ese matrimonio. Y aunque la advenediza dinastía Zog de Albania no cuente con mucho brillo en su escudo de armas, pueden estar seguros de que, al menos, tienen un parentesco con todas las cabezas coronadas de Europa.
Michael Mansilla
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