La Unificación Irlandesa, tendría un alto costo y podría terminar como Kosovo.
Michael Mansilla
15.05.2024
La discusión sobre la unificación de Irlanda se ha centrado tradicionalmente en aspectos políticos, pero es innegable que las implicaciones económicas son igualmente significativas. ¿Mejoraría la calidad de vida en una Irlanda unida? ¿Cómo afectaría a las nuevas generaciones, especialmente en términos de educación y salud?
La República de Irlanda (sur de Irlanda), con su economía casi ultraliberal, contrasta con el norte de la isla (Irlanda del Norte-Ulster), que depende de una ayuda anual de Londres de 10.000 millones de libras. Este contraste plantea preguntas fundamentales: ¿Mejoraría la calidad de vida en una Irlanda unida? ¿Cómo afectaría a las nuevas generaciones, especialmente en términos de educación y salud?
Martha May, una jubilada del sur, reflexiona mientras hace sus compras: "Después de 800 años, deberíamos tener una Irlanda unida, pero quizás no sea el momento adecuado".
Cambio demográfico.
El sueño de la unificación se quedó congelado después de los acuerdos de paz de viernes santo. Sin embargo, en los últimos seis años, poco a poco, se ha ido despertando. Los resultados del censo de Irlanda del Norte (Ulster) de 2021 no fueron una sorpresa. De los 1.9 millones de habitantes, los católicos superan ahora a los protestantes: 45,7% frente al 43,48%. La inclinación demográfica era esperada -la brecha se ha ido reduciendo cada década-, pero no deja de ser un hito. El difunto reverendo Ian Paisley, fundador del partido Unionista Democrático (DUP), temía ese cambio y llegó a decir que pasaría porque los católicos "se reproducen como conejos y se multiplican como conejos, mientras los protestantes migran hacia Londres".
Quizá el dato más significativo del censo sea la pérdida de la llamada identidad británica. Un 32% se identificaba solo como británico, un 29% sólo como irlandés y un 20% solo como norirlandés. En 2019, las cifras eran de un 40% de británicos, un 25% de irlandeses y un 21% de norirlandeses. Las huellas del Brexit están presentes en esta disminución del sentimiento de pertenencia al Reino Unido, pero también una posible unificación.
Unidos tras el Brexit
La mayoría de los habitantes de Irlanda del Norte, al igual que los de Escocia, votaron en 2016 a favor de permanecer en la UE y se quejan de que los ingleses les obligaran a salir de ella tras el Brexit.
Mientras los defensores de la unidad irlandesa pulen sus credenciales, los defensores de Irlanda del Norte en Reino Unido pierden credibilidad. El DUP ( Democratic Unionist Party) se ha alejado de los protestantes liberales al oponerse a las uniones entre personas del mismo sexo, al derecho al aborto y otros cambios sociales.
En Derry (London Derry) en muchas casas se ven banderas de Reino Unido y carteles del rey Carlos III. "Somos británicos y vamos a seguir siendo británicos. No queremos una Irlanda unida", dice una residente, Catherine McCormick, de 64 años. "No queremos que nuestro país esté dirigido por terroristas. Depende de nosotros impedirlo". Su amiga Agnes, de 68 años, sentencia: "Lo diré claramente, amor. No queremos que el Sinn Fein-IRA dirija el país". No le impresionó que el Sinn Fein recibiera al rey Carlos III. "el Sinn Féin , tiene muchas caras". El partido republicano está dividido entre la nueva y la vieja guardia, incluidos miembros del IRA. Una porción inmutable que quieren la unidad a cualquier precio y la nueva generación universitaria, pragmática.
Economía con pies de barro.
Desde 1980, la República de Irlanda ha experimentado un crecimiento económico notable, transformándose de un país empobrecido a uno de los más prósperos en términos de PIB per cápita. Este auge se debe en gran parte a la llegada de gigantes tecnológicos, informática y farmacéuticos como Meta, Google y Oracle. Sin embargo, esta prosperidad podría ser engañosa, ya que la economía irlandesa, con su dependencia de bajos impuestos corporativos, aún recuerda la cercanía al desastre durante la crisis financiera global del 2008.
El modelo económico de Irlanda, basado en la competencia fiscal, ofrecía un impuesto de sociedades del 12,5%, (hasta 2021) considerablemente más bajo que el promedio europeo del 25,9%. Esto se dio por ser la isla una región periférica de la Unión Europea, siendo más costoso el transporte de mercaderías por vía marítima. Aunque este sistema ha favorecido la industria, 38% de la economía y la agricultura 2%, no se anticipó la llegada de la era digital, con las redes sociales y el almacenamiento en la nube transformando el panorama económico tradicional.
Pero Irlanda cedió ante los halcones de la Unión Europea, que estaba por declararla "paraíso fiscal "y habilitaba su entrada en la lista negra".
Irlanda ha moderado su política de bajos impuestos. Después de meses de disputas sobre la letra pequeña de un acuerdo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en 2021 acordaron en operar una tasa impositiva mínima del 15% el mínimo de UE, porcentaje que comparte con Eslovaquia y Hungría.
Para sorpresa de todos, las multinacionales de la informática no se marcharon. Irlanda tiene la característica única de ser un país que tiene el inglés como lengua materna dentro de la UE, fuera del Reino Unido. Pero sobre todo el capital humano, en que se ha invertido.
El NHS ( National system of health) en Irlanda del Norte (llamado Ulster por los unionistas, como la región histórica) sigue siendo un punto fuerte para los Unionistas del Ulster, a pesar de sus desafíos. La gratuidad de la atención sanitaria es un atractivo considerable en comparación con el sistema del sur, donde una consulta médica puede costar hasta 60 euros.
Los estudiantes universitarios tienen servicios a un muy bajo costo en las universidades de Irlanda del Norte o continuar en la Universidad de Glasgow (Escocia). En el Trinity College de Dublín donde se pagan las colegiaturas y debe abonar 20 euros por una receta para una infección de oído. Los pacientes sin seguro (alrededor del 60 por ciento de las personas) pagan habitualmente hasta 50 euros para una consulta rápida a su médico de cabecera.
La fundación Ireland's Future concluye que, aunque hay propuestas para un sistema de salud universal y gratuito en una Irlanda unificada, la realidad fiscal podría requerir un aumento de impuestos, lo que sería económicamente arriesgado. En el partido político republicano Sinn Fein, este tema le produce pánico. No puede asegurar sus votantes que la unificación traerá progreso y se enfrenta la complejidad económica de la realidad de una Irlanda unida. "El perfil del votante católico republicano ha puesto en un plano secundario la unificación de la isla, lo más importante es mantener el sistema de seguridad social".
Primero arreglar Irlanda del Norte.
Irlanda del Norte tiene otros problemas que resolver: desarrollo económico, la pobreza y mejoras de infraestructura.
Desde las fundaciones Ireland's Future dice: Hacer que Irlanda del Norte funcione debería ser la prioridad absoluta para todos. No se puede construir una nueva Irlanda con una Irlanda del Norte rota. "No va a funcionar".
En el ámbito económico, las discusiones se intensifican. Irlanda del Norte recibe una subvención significativa del Tesoro británico, pero su crecimiento económico palidece frente al éxito de la República. El DUP ( Democratic Unionist Party) le refresca anualmente la memoria de los subsidios a los Tories. El partido Conservador tiene la mayoría en la Cámara de los Comunes, gracias a un solo voto proporcionado por los Unionistas del Ulster.
Conor Devine, un empresario de Belfast pro-unificación, advierte "sin una reforma, el país corre el riesgo de convertirse en un desierto económico". Irlanda del Norte enfrenta desafíos adicionales, como el desarrollo económico, la pobreza y la mejora de la infraestructura. La prioridad, según Ireland's Future, debe ser hacer que Irlanda del Norte (Ulster) funcione antes de considerar la unificación. La región aún se recupera de las secuelas de los disturbios y la desconfianza sectaria y política, con muchos jóvenes talentosos que abandonaron el país y es poco probable que regresen. Irlanda es la región más pobre del Reino Unido, después de Gales.
Irlanda, un país demasiado optimista.
Irlanda, un país históricamente optimista, parece haber olvidado las lecciones duras del pasado reciente: la economía, distorsionada por la dependencia de las multinacionales. En crisis del 2008 tuvo que salir al rescate de decenas de bancos extranjeros con filiales en el país, por un total de 105.000 millones de euros, que no tenía, y debió pedir dinero FMI y la UE.
Por ejemplo, Washington quiere que TIK TOK sea una empresa estadounidense, con hosting y servidores en EE. UU. Si se aplicara esto, -por ejemplo, a empresas como META- podría ser devastador para la economía irlandesa.
La unificación dispararía los impuestos en el sur para igualar el mayor gasto público del norte. Se estima que la unificación podría costar hasta 20.500 millones de libras esterlinas al año durante dos décadas. Del otro lado del Mar de Irlanda, los partidos conservadores, liberales, laboristas y nacionalistas escoceses coinciden en que el Reino Unido no financiará la unificación; esa responsabilidad recaerá en Dublín.
El país también se enfrenta a nuevas presiones de gasto no esperada.
La llegada de inmigrantes y solicitantes de asilo, que ocupan hoteles y edificios públicos y duermen en tiendas de campaña, ha cambiado el enfoque de las conversaciones políticas.
El país también enfrenta nuevas y grandes presiones de gasto. Las conversaciones políticas dominantes habían girado hasta hace poco sobre qué grupos de presión deberían beneficiarse más de la dispersión de la riqueza nacional, pero ahora enormes cantidades de inmigrantes están centrando el tema.
El miedo de los inmigrantes y asilados de ser enviados a Ruanda, viajan a Irlanda del Norte y cruzan la frontera abierta, pidiendo asilo en la República de Irlanda. Dublín intenta devolverlos al Reino Unido, pero este país no los acepta. Ahora son refugiados y asilados de Irlanda. Aproximado de 84.000 personas.
Ha consecuencia de esto Irlanda ha vuelto a poner controles en las carreteras de acceso fronterizo. Pero es una frontera porosa. Por lo menos hay 3.000 caminos rurales e incontables senderos.
Economía y unificación.
La economía juega un papel crucial en el debate sobre la unificación irlandesa. La isla se encuentra en una encrucijada, donde las decisiones económicas de hoy podrían definir su futuro político y social.
Una unificación requiere la armonización de políticas fiscales y regulatorias, lo que podría llevar a cambios en la estructura tributaria que actualmente beneficia a las multinacionales en el sur. Esto podría afectar la inversión extranjera directa y las decisiones de las empresas sobre mantener a largo plazo o reubicar sus operaciones. Además, las empresas multinacionales en Irlanda generan una proporción significativa del PIB y emplean a una gran cantidad de personas, por lo que cualquier cambio en su operatividad tendría repercusiones económicas amplias.
Por otro lado, una unificación también podría ofrecer oportunidades para mejorar la eficiencia y expandir los mercados, al eliminar barreras comerciales internas y simplificar la logística en toda la isla. Sin embargo, las implicaciones exactas dependerían de las negociaciones y acuerdos que se establezcan en el proceso de unificación.
En resumen, la unificación irlandesa presenta tanto desafíos como oportunidades para las empresas multinacionales, y su impacto final dependerá de cómo se manejen las transiciones fiscales y regulatorias en un Irlanda unificada. Hay una consulta popular prevista para 2030.Se consultará a los norirlandeses si desean integrarse a la República de Irlanda. A los ciudadanos de la República de Irlanda se les preguntara si aceptarían esta adhesión.
"Ni al Gobierno irlandés ni al Papa"
Richard Stitt, de 52 años, antiguo paramilitar de la Asociación de Defensa
El otro factor que frena el cambio constitucional es que la situación se podría complicar, muy rápidamente. La última vez que se introdujo una minoría en un nuevo Estado en contra de su voluntad no funcionó bien. Las promesas de respetar la cultura unionista -quizás adoptar una nueva bandera e himno, volver a la Commonwealth, un debate en torno al papel que desempeña el Parlamento no tiene mucho éxito en las zonas unionistas de línea dura.
La unificación irlandesa podría ser la próxima, Ucrania.
Richard Stitt, de 52 años, antiguo paramilitar de la Asociación de Defensa del Úlster, dice que nunca podría aceptar el Gobierno de Dublín. "Nunca me sometería al Gobierno irlandés, ni al Papa". La Fuerza de Voluntarios del Úlster-UDA-, un grupo paramilitar rival, siguen dispuestos a defender la identidad británica. "Si hay un referéndum, todos empezarían a pelear de nuevo, volverían a disparar. Siguen recogiendo armas", señala. La policía coincide en que los grupos siguen armados y son peligrosos.
Malachi O'Doherty dice que algunas zonas unionistas podrían exigir su propia policía, tribunales y soberanía. potencial de ser el Donbás". Una potencial Ucrania. "Los unionistas del norte tienen un territorio, un territorio definido que afirmarían con murales, banderas, desfiles, quizá con armas. Sería una piedra muy dura de roer para una Irlanda unida.
La creación de estados que incluya una minoría étnica, religiosa o étnica pocas veces ha tenido exitosa. Por ejemplo, Bélgica una monarquía conformada por dos regiones principales de Valonia y Flandes que funcionan como países independientes. Chipre y Chipre del Norte, la antigua Yugoslavia, la minoría rusa de Ucrania y Crimea. Pero lo más similar es Kosovo. El 80% son albaneses-kosovares, pero el resto son serbios que viven en enclaves étnicos internos. Allí no llega policía , ni las leyes aprobadas por Pristina. Los serbokosovares conservan la ciudadanía Serbia, sus documentos y sus pasaportes. Y es Belgrado el brinda los servicios sociales y médicos. La OTAN y Europol brindan la seguridad.
Viendo el mapa de Irlanda del Norte hay divisiones dentro de las mismas ciudades. Aunque no hay más terrorismo, los barrios católicos y protestantes aún hoy están divididos por muros, como los del antiguo Berlín. Un granjero católico republicano, tiene un vecino protestante unionista. Shane Ross, expolítico irlandés y autor de Mary Lou McDonald, una nueva biografía de la líder del Sinn Féin, comparte el pronóstico. "Una Irlanda unida es una especie de nirvana muy peligroso. Resucitará todos los fantasmas del pasado".
Entonces ¿cómo funcionaria una Irlanda Unida con dos lados económicos, políticos y religioso tan impares? La respuesta más lógica sería la de jubilada señora Martha May ""Después de 800 años, deberíamos tener una Irlanda unida, pero quizás no sea el mejor momento".
Michael Mansilla
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