Nueva élite obradorista en un país de pobres. Ruby Soriano
04.08.2025
Quien considere que la credibilidad y congruencia de las morenistas sigue intacta, miente.
Las estampas que se han ventilado en los últimos días, más allá de reflejar a esta nueva élite gobernante con un disfraz de izquierda perfumada, pone en tela de juicio todos aquellos preceptos que hicieron de Morena el partido donde siempre se dijo que promulgaba la austeridad republicana como una forma de ejercer el poder desde los principios de una humildad que hoy quedó hecha trizas.
Los morenistas mostraron no sólo el doble discurso, intentaron justificar lo que hoy son hechos consumados que exhiben excesos, ambición, corrupción, nepotismo e impunidad.
En siete años, Morena emuló y superó a los gobiernos que le antecedieron. Por un lado, la mayor parte de sus integrantes, vive con lujos y excesos que ya son parte de la nueva crónica de los poderosos de una izquierda trastocada por la ambición.
Ricardo Monreal y sus gustos por la España donde su amigo y compinche.
Pedro Haces ha tejido una presunta red de negocios y complicidades que los ligan con personajes del país ibérico, desde donde habrían hecho cabildeos para cerrar negocitos ofreciendo derechos de picaporte en México.
Andrés López Beltrán y Daniel Asaf desde Tokio, Japón mostrando estampas de una "escapada" en momentos claves en los que no importó dejar aventada la Secretaría de Organización en Morena.
El enriquecimiento súbito de los personajes que son parte de la burbuja morenista se exhibe con las propiedades que varios de ellos empezaron a comprar en Estados Unidos, sin saber, que ese país se convertiría en un territorio vedado para disfrutar los placeres que pensaban disfrutar lejos del país donde gobiernan.
Los exquisitos gustos por las marcas de lujo como Cartier, Versace, Prada, Patek Philippe entre muchas otras, se ligan a la corrupción y tráfico de influencias que invadió a varios.
Hoy es difícil identificar a alguno de los generales que acompañaron a López Obrador en su campaña de 2018 y que no se encuentren envueltos en un escándalo de corrupción, excesos e impunidad.
Su ex jefe en la oficina de la Presidencia, Alfonso Romo permanece agazapado mientras siguen adelante las investigaciones por lavado de dinero en su casa de bolsa Vector.
De todo lo anterior resaltan los presuntos nexos de personajes claves con la delincuencia organizada.
El caso del senador Adán Augusto López es el ejemplo inmediato de cómo desde un gobierno como en el caso de Tabasco, se consolidó uno de los brazos delincuenciales con amplio poder de maniobra como es La barredora ligada al Cártel Jalisco Nueva Generación.
El declive del grupo político del senador Adán Augusto sigue adelante. A pesar de haber sido cobijado por la "nomenklatura" morenista, es más que evidente toda la protección que desde su gobierno en Tabasco, recibió su ex secretario de seguridad pública, Hernán Bermúdez Requena, presunto fundador y líder del grupo criminal La barredora.
Y mientras la incongruencia de los morenistas sale a flote, la ex no primera dama, Beatriz Gutiérrez Müeller, no se ha quedado atrás.
Ella, la misma que dijo en 2018 durante un mitin de campaña que no habría mujeres de primera ni segunda; la que azuzó a su marido para enviar una carta al Rey de España para exigir disculpas a México, la que ignoró el diálogo con mujeres y respondió despótica a las peticiones de los padres de niños con cáncer, esa misma que escribió como remate sexenal un libro de nombre "feminismo silencioso", salió presurosa de México tras conseguir esa ciudadanía española que en su momento vapuleó.
Hoy esta mujer y su hijo Jesús Ernesto están instalados en La Moraleja, un barrio muy exclusivo en el norte de Madrid, España.
Las estampas de la nueva élite morenista reflejan los excesos de esos hombres y mujeres que hicieron de su poder, el mejor vehículo para anidar impunidad, corrupción, enriquecimiento ilícito y pactos inconfesables.
Nombres muchos nombres han brotado frente a estos escándalos de derroches, poder y presunta corrupción.
Ahí están la gobernadora de Campeche, Layda Sansores y su burdo disfraz de María Antonieta que bien podrían reflejar la horca de la libertad de expresión en su territorio.
La gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila y sus bienes y cuentas en Estados Unidos. Las relaciones peligrosas de gobernadores como Rubén Rocha Moya de Sinaloa, Américo Villareal de Tamaulipas y Cuauhtémoc Blanco de Morelos.
Esta cuarta transformación gobierna un México con excesos, sin contrapesos y con mucha simulación, donde fueron ellos mismos los primeros que traicionaron sus principios políticos y sociales.
Ruby Soriano
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