Para que cuando suceda no sea tarde. Ernesto Kreimerman

10.08.2025

 

La cuestión tiene que ver con la oportunidad, con que los procesos alcanzan su propio y específico blend, y esta mezcla de antecedentes, experiencia y perspectivas es absolutamente crítica. La palabra "blend" en español significa "mezcla", pero es mucho más que eso. Si hablamos de un "café blend" referimos a una selección de granos, que solos o combinados, genera una síntesis nueva de originación, producto de múltiples razones. Entre otros, altitud, color, textura, densidad y perfume único, así como otras características que hacen a esa identidad nueva. Pero son menos condiciones aleatorias e impredecibles que los irreproducibles procesos sociales. Pero si estas condiciones te parecen ya demasiadas, nos ha faltado la cuestión fundamental, al blend y a los procesos sociales, políticos y económicos: apelando a la genial sencillez de Antoine de Saint-Exupéry, al recordar aquello de que lo esencial es invisible a los ojos. Aquí aplica esa capacidad para comprender la armonía del conjunto abocado a la labor, del italiano affiatare, como lo define el diccionario, dar firmeza a una cosa inmaterial.

Y en estos tiempos de fast food, el sommelier o sumiller según la Real Academia Española, y aún más en el caso del experto en maridaje, esa práctica que consiste en combinar de manera armoniosa y equilibrada todos los insumos necesarios, en partes y en el todo (de alimentos y bebidas), con el desafiante propósito de generar una experiencia gastronómica única, pero como en un laboratorio, repetible... aunque no sea ciencia sino artesanal. Una cuestión integrada para ganar el resultado del mix, que no será jamás una suma, sino una progresión geométrica.

Con las pretensiones de la austeridad del razonamiento individual, no se debe abandonar una mirada desde las ciencias sociales "complementarias": historia, teoría sociológica, teoría económica, ciencia política y epistemología. Todo ello para acercarnos a la comprensión de las sociedades en su complejidad y sofisticación, y también alinear análisis y proyección a una fundamentación del cambio social que ha inspirado y aún inspira innumerables movimientos sociales y políticos, por lo menos desde la Revolución Francesa a nuestros días.

A cuenta de que en algún momento habrá ocasión para ello, no será presumido explorar algunas de las dimensiones de la cuestión social, desde una perspectiva económico-sociológica, una dimensión política y otra crítico-filosófica, sin descuidar las bases materiales de las relaciones sociales, determinante en última instancia de otros fenómenos, como las relaciones sociales y políticas, el derecho, la ideología o la moral.

7 de octubre de 2023

La barbarie de ese día conmovió al mundo. Abrió las puertas a un nuevo infierno que desnudó el grave retroceso civilizatorio. Desde antes pero aún más desde ese momento, hemos observado con angustia y pesar por todo lo que ha ido sucediendo. Ha sido una acumulación terrible de frustraciones, de propios y ajenos, cuya expresión más cruel son los secuestrados y los muertos civiles, en particular, las madres, los adolescentes, los niños y también los viejos y viejas.

Aun asumiendo que en una guerra la primera víctima es la verdad, y que las versiones antes de asumirlas hay que contrastarlas y corregirles desvíos de intereses de parte, ninguno de los dos pueblos se merecen tanta violencia. Veinte meses ininterrumpidos significan un exceso de insensibilidad para resolver el aspecto humano de los secuestrados y sus familias. No se trata desde aquí, a miles de kilómetros, tratar vanamente de equilibrar los platos de la balanza romana buscando un fiel inaceptable cuando se trata de sopesar la responsabilidad sobre las vidas cegadas.

Hace unos días, mi querido amigo Gabriel Zaliasnik* en coautoría con Patricia Politzer, publicaron en el diario El Mercurio (4 agosto 225) de Santiago de Chiles u columna semanal, "No podemos guardar silencio", que contiene una síntesis conceptual muy bien lograda que me permito compartir: "La respuesta militar de Israel, aunque legítima en su origen, ha generado un costo humanitario desolador. Miles de civiles palestinos han muerto y millones sobreviven en condiciones de desesperación y miedo. Aunque Hamás ha usado a la población como escudo humano y parte de la circulación ha sido manipulada, ello no puede silenciar hechos condenados incluso por respetables voces israelíes. Tampoco podemos ignorar la violencia de extremistas israelíes en Cisjordania, sin una respuesta adecuada del Estado". Y agregan: "Han pasado casi dos años desde la masacre, y 50 rehenes aún permanecen en Gaza en condiciones miserables. El trauma es profundo, y cuanto más se prolonga la guerra, más se debilita la esperanza de una paz justa, y más se afianza el extremismo en ambos pueblos".

Evitando ir a lo principal

Mientras, en las últimas semanas las negociaciones de diferente tipo, incluso con o sin interrupción de ataques, unos y otros parecían concentrados en diferentes propósitos. De ello queda una frustración dolorosa que busca algún consuelo.

El gabinete de seguridad de Israel informó que respaldó por mayoría el plan de Netanyahu de expandir los combates en Gaza, haciendo caso omiso a las advertencias de un número significativo de altos mandos de las fuerzas de seguridad del estado, incluidos exjefes del Shin Bet, del Mosad y de las Fuerzas de Defensa, así como también de las familias de los secuestrados que aún permanecen con vida, en estado tremendamente precario.

Más que plan, propósitos: Netanyahu entrevistado por Bill Hemmer de Fox News, a la pregunta de si su objetivo es apoderarse de Gaza respondió; "Tenemos la intención de hacerlo... Queremos tener un perímetro de seguridad... No queremos estar allí como órgano de gobierno".
Uno de los más altos mandos de las FDI, Eyal Zamir, expresó en los medios que las FDI se oponen al plan, ya que podría poner en peligro la vida de los rehenes israelíes restantes. También Yair Lapid, de la oposición, el miércoles tras reunirse con Netanyahu marcó distancia: "conquistar Gaza es una mala idea operativa, una mala idea moral y una mala idea económica".

Mientras el primer ministro insiste en "la destrucción total de Hamás", ésta sigue haciendo su juego: desde amenazar con asesinar a los secuestrados hasta decir que "el precio que pagará Israel será alto". La UE reaccionó: las últimas actuaciones vuelven a "exponer la barbarie de Hamás".
No hay otra salida que volver al camino del diálogo, a la esperanza de dos estados para dos pueblos, y reclamar dignidad moral de todos quienes seguirán siendo parte de esta historia que tiene el inmenso desafío de celebrar la paz.

Entre tantos apuntes que fui haciendo, encontré estas sabias reflexiones cuya autoría se me ha mezclado buscando orden: "Un día, cuando sea seguro, cuando no haya ningún inconveniente personal en llamar a las cosas por su nombre, cuando sea demasiado tarde para responsabilizar a alguien, todo el mundo siempre habrá estado en contra de esto".


* Gabriel Zaliasnik: abogado, docente universitario, coordinador de la Comisión de Reforma al Código Procesal Penal del Ministerio de Justicia de Chile. Ex presidente de la Comunidad Judía de Chile.

 

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2025-08-10T21:30:00

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