Por ahora me quedo con lo de Maxi Gómez. Ramón Fonticielia
13.06.2025
Esta emoción de escribir de lo que se siente, te lleva a responsabilizarte de estar informado. Aunque tu obligación (auto impuesta) sea desgranar conceptos políticos personales, no se puede embadurnar cualquier cosa.
Demasiados hay que con tal de firmar, no siempre tienen sostén para los conceptos que vierten. Esa situación me ha llevado a tratar de estar muy informado: leer, escuchar, variar de fuentes, recorrer pareceres, noticias y , porqué no, normas jurídicas.
Pero estos días me resultó más gratificante tratar de saber del Maxi Gómez, el número nueve a quien quiero en Defensor, que chapalear en el bañado político. Creía que ya no retornaría a la pasión de saber noticias deportivas por sobre las demás, que esa ¿superficialidad? había quedado superada y trasladada a su calidad de entretenimiento y nada más.
El vendaval de malas nuevas desde el campo político me ha abrumado y volví mi atención al fútbol. Malas por los contenidos destructivos y por las formas peyorativas y agresivas. La formalización de Charles Carrera, por delitos que no se habían mencionado, la carrada de agravios en redes y ciertos medios, es uno de los puntos top, que no lo empareja ni el gol de Rodrigo Aguirre.
La cosa sigue también desde Europa, cuando leo al Tano Valenti transmitir asombro, tristeza (y porqué no rebeldía) al comprobar el derrumbe del insigne pensamiento italiano de centro izquierda.
Desde Buenos Aires no son cánticos de aliento democrático los que se levantan al encarcelar a Cristina FK, al haberse atacado los estudios de una televisora y haber un cruce furioso de ofensas y amenazas.
Ayer me asombró (todavía) al ver una nueva "despintada" del emblemático muro de Avenida Italia y Propios, donde manos antidemocráticas cubrieron con pintura oscura un llamado a finalizar el genocidio en Gaza.
Pará. Stop. Frená que me bajo; para este modesto embadurnador de cuartillas ( ¿antiguo no?) es imposible seguir tratando de hablar de política constructiva en este mundo de Babel, que sólo quiere mostrar sangre ajena. Todo en un ambiente donde el ex presidente Lacalle (que aún no se sabe qué dice su celular en charlas con Astesiano), da clases de Gestión Pública a jóvenes universitarios. Cúspide de la sinrazón, por más puntaje en encuestas que pueda tener...
Se entiende porqué prefiero enfocarme a conocer de la situación del Maxi Gómez, y si se queda en Defensor o se va?. Ya sé que es un tema que se mueve en parámetros de fantasía, de los cuales los hinchas no sabemos ni la mitad. Pero, eso no pesará en la inflación, en el precio de la carne, en el boleto, qué se yo; lo tomo algo así como una serie de televisión, pero que emociona, alegra, embronca... hace vivir como en un cuento. Lo de Colonización, lo del SUNCA, las blasfemias del "cenador" Da Silva, las barbaridades de Bianchi, son de verdad. Aunque parezcan personajes de mentira.
Ramón Fonticielia
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias