Presión en toda la cancha. Ramón Fonticiella
05.06.2025
El entrenador de Nacional de básquetbol, ha atribuido su buena campaña a la introducción de un par de sistemas de juego que le dieron mucho resultado. Uno de ellos fue presionar (en la marca) en toda la cancha, en lugar de esperar al rival en su mitad.
Puede tener razón, yo de técnicas de básquetbol se muy poco y menos de las actualizadas a las vigentes reglas de juego. Sólo traigo el ejemplo como figura gráfica a usar en esta nota.
La presión en toda la cancha impide a los contrarios adoptar jugadas pausadas y sólo tienen que pensar en sacarse el rival de encima, quien apenas los deja respirar. Por supuesto que el contrario también planifica y pronto ejecuta jugadas que le van dando libertad de atacar.
La Coalición Republicana, ha salido a presionar al Frente Amplio en toda la cancha, incluso cometiendo infracciones o interpretando las normas a su conveniencia. Ni bien se empezó a instalar el gobierno, fueron apareciendo las "marcas agresivas", buscando supuestas infracciones en personas nombradas en el Ejecutivo. Esa "presión en toda la cancha", ha logrado distraer de tareas específicas; ha llevado a unos pocos, a preocuparse mucho por las formas y menos por el contenido. Fue como en el básquetbol: costó trasladar la pelota de una cancha a otra y mucho más llegar al aro.
Felizmente la hinchada ha alentado la concentración de los actores y los ha orientado a cumplir, en nombre de todo lo que hay que hacer. El país ha quedado más endeudado de lo que se suponía y hay que trabajar para tapar esos agujeros, además de cumplir con el plan de gobierno. Los "barras bravas gritan" buscando faltas, mientras que del otro lado se ha comenzado a mostrar todo lo que ya se está logrando a pesar de la presión.
La táctica de blancos y colorados tiene varios objetivos. Por un lado tratar de distraer la acción constructiva del gobierno, y por otro no dejar pensar en las barbaridades que se cometieron en el mandato de Lacalle y compañía. Poco ha trascendido del montón de dinero que le quedaron debiendo a la constructora del ferrocarril, o del feroz endeudamiento en la Salud del Estado, y menos de las amañadas gestiones en Relaciones Exteriores. El ruido de la "marca a presión" les ha servido para todo. Casi no se ha comentado de una compra directa de un ministro antes de irse, por decenas de millones de dólares, no tantos como los aviones de García, pero ahí, ahí. Ex ministro que se ha dado el lujo de agredir al Frente Amplio...
Esa marca a presión en toda la cancha, jugando al borde del reglamento con inexactitudes y falacias, ha llenado de barullo la arena política. Hasta el ex presidente Lacalle Herrera ironizó sobre "no saber si había empezado el gobierno". Lo cito porque estos días estuve al lado del esqueleto de una planta fabril que daba trabajo a 4000 personas en el interior de Salto: el ingenio azucarero de El Espinillar. Bueno es recordar que Lacalle padre lo cerró, desguazó y vendió como chatarra, porque perdía tres millones de dólares al año. Esa "austeridad" coincidió en el tiempo con usar más de treinta millones de dólares en salvar al Banco Pan de Azúcar, en una nunca aclarada acción que perjudicó al Estado Uruguayo, diez veces más que el ingenio. Miles de personas de Belén y Constitución pasaron del trabajo al hambre y la indigencia. Política liberal.....
Aunque sea triste y parezca antidemocrático, debemos adaptarnos a que ahora el rival juega así: a no dejar jugar, a no dejar crear ni construir, a gritar sin razón, y a reclamar lo que nunca hizo... El Uruguay merece un gobierno serio y creativo, aunque haya que atar partecitas con alambre...
Ramón Fonticiella es Maestro, periodista, circunstancialmente y por decisión popular: edil, diputado, senador e intendente de Salto. Siempre militante
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