2017, centenario del nacimiento del Ing. Eladio Dieste

Rafael Guarga

21.07.2017

En este año se cumplen 100 años del nacimiento del Ingeniero y Doctor Honoris Causa de nuestra Universidad, Eladio Dieste (1917-2000).

Eladio Dieste y su creación tecnológica
A Eladio Dieste se le recuerda por su obra, realizada aplicando la tecnología por él creada de la “cerámica armada” (Iglesia de Atlántida, Iglesia de
Durazno, galpones de TEM y de ANP, bóvedas del “shopping” Montevideo, etc.).

En la referida tecnología de la “cerámica armada” se combina el empleo del tradicional ladrillo con la aplicación de una moderna y compleja ingeniería
estructural, para dar lugar a una obra de gran belleza y calidad, reconocida dentro y fuera de fronteras.

Fue Eladio Dieste un ingeniero excepcional a quién se le otorgó en 1993 el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de la República por sus méritos
técnicos, entre los que destaca la creación y el desarrollo una nueva técnica de construcción capaz de engendrar obras de costo moderado, buenas
propiedades estructurales y térmicas y de singular belleza arquitectónica.

En esta destacada trayectoria, reconocida dentro y fuera de fronteras, hay un aspecto de gran trascendencia, en relación con el futuro del Uruguay, que es
el que aquí se quiere destacar. Se trata de su condición de creador de una nueva tecnología que tuvo aceptación y aplicación dentro y fuera de fronteras y, con ello, Dieste se convirtió en el primer uruguayo que exportó al extranjero el producto de una tecnología de aplicación industrial, por él creada.

Importancia hacia el futuro del Uruguay de la creación tecnológica
¿Por qué es tan importante este aspecto de la obra de Dieste? Lo es porque la construcción de un Uruguay que avance respecto al conjunto de países que hoy integran la categoría de países de desarrollo intermedio, supone, entre otros aspectos, tener la capacidad local de crear nuevas tecnologías industriales cuyos productos sean demandados fuera de fronteras.

Esto fue lo que hizo Eladio Dieste y con su tecnología de la “cerámica armada” construyó en Uruguay, Brasil, Argentina, Colombia y España. El material de construcción siempre fue el humilde ladrillo pero la tecnología cuyo producto Dieste exportaba, permitía la conversión del ladrillo en “cerámica armada”.

Recordar a Dieste en el centenario de su nacimiento, es jerarquizar una obra que señala un camino a transitar en un futuro no lejano, por las obras de decenas y cientos de uruguayos, creadores de nuevas tecnologías nacidas en Uruguay que, por su calidad y originalidad, las mismas y/o sus productos sean demandados fuera de fronteras. De esa forma y progresivamente, las exportaciones uruguayas habrán de caracterizarse no ya por la calidad de las materias primas que conllevan sino fundamentalmente y cada vez con mayor frecuencia, por la calidad y originalidad del valor agregado en los productos resultantes de su aplicación.
Este camino, necesario para avanzar en forma sostenida para un país con un mercado interno muy pequeño, es el camino que la proyección internacional
de la obra de Dieste nos muestra que es posible transitar.

Cómo proyectar al mundo la creación tecnológica uruguaya
Pero ¿cómo proyectar al mundo y en particular al mundo desarrollado, las realizaciones con valor agregado de calidad sin ser copiados de inmediato? ¿Cómo transitar por un camino como el que Dieste abrió en forma pionera, sin que otros se apropien de las ideas tecnológicas originales que emergen de un
pequeño país al sur del planeta? ¿Cómo evitar que una vez materializadas en productos exitosos con amplia aceptación, estas ideas tecnológicas originales sean copiadas y aplicadas por quienes tienen más medios y más tradición tecnológica que la que hoy ostenta un país como el Uruguay?

Más aún, ¿como evitar que aquellos que copien desde un mercado como el de USA (por ejemplo) lo creado en el Uruguay, pasen a competir exitosamente desde USA, en terceros mercados con el creador uruguayo, basados en su condición de provenir de un país de gran desarrollo industrial?

Este es un problema real y concreto que debe ser encarado, no ya individualmente por los creadores de las ideas tecnológicas exitosas, sino por la sociedad uruguaya en su conjunto, si el país pretende avanzar por el camino que Eladio Dieste nos mostró que es factible de ser transitado.

Una respuesta tan inmediata como ajena a la realidad, sería la referencia al mundo de las patentes y pensar que con la legislación asociada a las mismas el problema es un problema ya resuelto. Esta suele ser la respuesta de quienes reconocen que el problema existe pero no perciben que las patentes (que hay que tenerlas por cierto) no se defienden solas.

Las patentes generan un derecho, pero si ese derecho no se defiende por parte del perjudicado (el creador de la tecnología), el que copia no tiene ningún obstáculo que le impida explotar la tecnología copiada, en los mismos mercados en los cuales dicha tecnología fue patentada. Por lo que sabemos Dieste no fue copiado y ello probablemente obedeció a que la realización práctica de la tecnología de la “cerámica armada” requiere de personal particularmente calificado (al cual Dieste había formado) y ello no es fácil de “copiar”.

Sin embargo no siempre es así y una buena y nueva tecnología (obra intelectual por excelencia) no necesariamente es difícil de copiar. Por ello, un buen homenaje a Dieste y a su condición de creador tecnológico de proyección mundial, es avanzar en las posibilidades de protección de las futuras creaciones tecnológicas uruguayas que, por su calidad, puedan proyectarse fuera de las fronteras nacionales. ¿Cómo avanzar por ese camino?

Cómo proteger en el mundo las creaciones tecnológicas uruguayas
El que copia una tecnología patentada no lo hace por inadvertencia. Lo hace bien asesorado y a sabiendas que puede ser acusado legalmente y, con ello, impedido de efectuar la referida copia.

El asesoramiento legal que recibe le indica que si bien puede ser acusado legalmente por copiar una tecnología patentada, dicha imputación legal resulta de un proceso judicial que el titular de la patente debe iniciar en el país donde, habiendo patente vigente, se efectúa la copia.

Y dicho proceso judicial tiene un alto costo para el que lo inicia (el titular de la patente) y una duración en el tiempo no necesariamente corta (años). Costo y
duración que pueden ser considerablemente aumentados mediante argucias legales que pueden ponerse en práctica. En este escenario, un proceso judicial de alto costo y de considerable duración en el tiempo, que no lleva siquiera a un resarcimiento del referido costo por parte del demandante (ya que el que copia carecerá de bienes pues los abogados que le asisten le habrán recomendado, con anticipación, transferir a terceros dichos bienes), suele ser inabordable por parte del
tenedor de la patente, de modo que, el que copia, queda razonablemente protegido y en este marco “legal” la copia prosperará.

¿Cómo evitar esto y darle a las patentes obtenidas por residentes en el Uruguay una protección segura, permitiendo el desarrollo fuera de fronteras
de las tecnologías creadas y la canalización de los beneficios que ello implica hacia sus creadores y hacia nuestro país?

Si nuestro desarrollo futuro pasa por la diversificación y la calificación de nuestras exportaciones mediante la incorporación a las mismas de conocimiento tecnológico avanzado creado en el Uruguay, el poder evitar procesos como el relatado debería ser, estratégicamente, una prioridad. Para ello, en el caso uruguayo, donde debido al muy reducido mercado interno esta modalidad de desarrollo habrá de ser cada vez más significativa (si el país se desarrolla), es necesario que se instrumenten los mecanismos de protección legal de la creación intelectual patentable de los ciudadanos uruguayos, en los grandes mercados externos.

El año del centenario del nacimiento del primer uruguayo que exportó al extranjero el producto de una tecnología de aplicación industrial por él creada, es un buen momento de tomar conciencia de este problema estratégico que un país como el nuestro tiene hoy planteado y comenzar a transitar un camino posible de solución del mismo.

¿Cuál podría ser ese camino?
Un posible camino para realizar la protección Un posible camino es establecer una suerte de “seguro” ante el robo de las patentes.

Esto supondría que quien quiera beneficiarse de dicho “seguro” deberá cumplir la condición de tener a su nombre la patente (de la creación técnica en cuestión) vigente en el país donde dicho robo puede ocurrir y haber pagado previamente (al organismo uruguayo que se establezca) durante cierto tiempo (a definir), una cuota anual cuyo monto deberá fijarse. Cumplidos los referidos requisitos, en el caso que se verifique la violación de la patente en el país en cuestión, se procederá a entablar de inmediato el juicio legal correspondiente en la jurisdicción del referido país, juicio que se proseguirá a costa del seguro, hasta que la aludida violación cese y el tenedor de la patente reciba la indemnización correspondiente.

Al existir un mecanismo de esta naturaleza, en cada contrato que se  establezca entre una empresa uruguaya propietaria de la patente de la creación tecnológica y una empresa extranjera que la comercializará fuera de fronteras, se hará referencia a la posible aplicación del referido mecanismo en caso que exista una violación de la patente objeto del acuerdo.

Con este esquema u otro más elaborado, se le advierte a quien comercie la creación tecnológica uruguaya en el extranjero que, en caso de no cumplir con lo acordado, habrá de enfrentar un proceso judicial en su país que será llevado adelante no ya por quién es de su contraparte uruguaya, de reducido poder económico, sino por un organismo especializado dependiente del estado uruguayo que le obligará resarcir los daños causados.

Un homenaje a Dieste que mira al futuro
En el centenario del nacimiento de Eladio Dieste, cuya obra nos enorgullece a los uruguayos por su belleza y su calidad tecnológica, emprender una acción como la propuesta procura construir un marco legal que proteja a quienes, como en forma pionera lo hiciera Dieste, creen nuevas tecnologías en el Uruguay. Nuevas tecnologías que, llevadas al mundo, comiencen la transformación de la inserción del Uruguay en la economía mundial, pasando de su actual condición de exportador de “commodities” con reducido valor agregado a exportador progresivo de nuevas tecnologías y de los productos resultantes de las mismas.

Ing. Rafael Guarga

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2017-07-21T11:02:00

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