Del desconcierto a la incertidumbre
Selva Andreoli
21.03.2023
Esto nos pasa a muchos uruguayos/as que vivimos las vicisitudes diarias de este pequeño gran país. Creo que pocas veces hemos participado de una vida política tan activa como una telenovela de mal gusto, que lamentablemente no tiene un final feliz. Y cuando a una sociedad la gana la incertidumbre, poco se puede construir porque falla la confianza.
Desde que comenzó este período de gobierno -que se vendió como el artífice del cambio y la transparencia, el portavoz de la lucha contra la corrupción, el amiguismo y el clientelismo-, vamos asistiendo atónitos a una sucesión de hechos de corrupción explícita, de manejos turbios de las compras del estado, de acomodos en la arena pública y de colocación de incapaces o por lo menos no competentes para el cargo que les dan, de entrega paulatina de patrimonio nacional, cuyo ícono más claro es el puerto de Montevideo por 60 años; pero si esto fuera poco, aparece el llamado caso Marset, luego Astesiano, más de media tonelada de pescado enviado por valija diplomática de Dubai, todo parece producto de realismo mágico, pero es dolorosamente cierto.
Ahora toca el capítulo de la Fiscalía, puesta en tela de juicio por el propio gobierno, que en este caso desgobierna y toma partido por una Fiscal que hasta ahora ha demostrado ser contradictoria, abusiva, y por demás mediática. Pero que en realidad, sobre cosas de fondo, no ha averiguado nada. Sólo acordó en juicio abreviado una condena a Astesiano -que no es el que mueve los piolines-, y se ha encargado de indagar y denunciar a miembros de la oposición. Después de pedir desde el principio salir del caso, cuando el Fiscal de Corte en uso de sus facultades y con razón la subroga, desde el oficialismo saltan como poseídos quienes saben que detrás de toda esta historia hay peces muy gordos preocupados y más.
Confieso que desde hace tiempo quería escribir unas reflexiones personales sobre estos acontecimientos, pero cada día aparece uno nuevo que transforma este proceso en algo interminable y sin punto final. Y yo, como muchos, queremos saber más, queremos que siga la investigación, queremos la verdad.
Pero todos estos episodios nos distraen de lo más importante: el gobierno, su gestión, la vida de la gente, la pobreza infantil, el problema de la vivienda sin resolver, sus promesas incumplidas, la concentración del capital que no " derrrama" en producción nacional ni en creación de empleos, no están en la conversación pública más que de los entendidos en política.
Vean estos números. Mientras el país crece, crece su PBI, el monto de los depósitos del sector privado también creció, pasó de ser el 48% del PBI en el 19 al 60% del PBI en el 21 y siguió creciendo en el 22 y este incremento récord -ya que al presidente le gusta hablar de récords-, se dió en las cuentas con más fondos : el 62% local en cuentas con más de un cuarto de millón de dólares, si ampliamos a más de 100 mil dólares implican el 80% del crecimiento y las cuentas "sueldo"implican el 1%. ¿Adivinen dónde están los malla oro y los trabajadores?.
Los depósitos en bancos locales crecieron USD 9.978 millones y en los bancos del exterior (a marzo del 22) crecieron en USD 3.727 millones. Si están depositados, es obvio que no están generando empleo ni derramando en la sociedad uruguaya. Mientras tanto, sólo una parte de los trabajadores terminará el 2024 con un salario real igual al del 19.
Y mientras tanto, la vida pasa. Los cinco años de esta coalición han beneficiado a unos pocos y han sumergido a la mayoría, la pobreza infantil ha aumentado, los homicidios - a pesar del camuflaje de las cifras de "muertes dudosas" -, crecen como nunca, los vemos todos los días en los informativos, las falencias de salud pública son indudables (no se pueden comprar la misma cantidad de medicamentos si se redujo en un 37% el presupuesto), la famosa reforma educativa tiene gusto a poco y aparece tan edulcorada que parece que nació un nuevo José Pedro Varela. La reforma de la seguridad social no convence ni a propios de la coalición y sigue siendo un despojo para los jóvenes que se jubilarán en el futuro, no porque trabajen más años, sino porque además van a ganar menos. Y la reciente sequía vuelve a traer el tema del riego como un nuevo descubrimiento: en el 2017 se votó un cambio a la Ley de Riego, pero faltaba apoyo económico para implementarla, y este gobierno tampoco se lo dio. Ahora se refundará el tema, a la luz de los estragos en la producción, aumentarán los precios al consumo y por lo tanto la inflación, camuflada con la baja del dólar.
Y qué problemas ha tenido este gobierno con las culpas!!. Siempre fue de otros. Primero fue la herencia del FA - hasta el cansancio la siguen usando- , después fue la pandemia, luego la guerra de Ucrania, ahora la sequía y así seguirá porque es un método para explicar las carencias y los incumplimientos. Y frente a cada crítica, la respuesta es "ellos lo hicieron peor", como si gobernar fuera una competencia de quién fue peor.
Aunque hace 3 años que gobiernan siguen esgrimiendo el argumento de cómo encontraron este país. Y yo me pregunto: ¿cómo lo encontraremos nosotros cuando volvamos a gobernar - porque volveremos -, y somos conscientes del destrozo que se ha hecho en varias áreas sociales, económicas e incluso institucionales. Habrá que re-construir, además de construir con nuevas perspectiva, nuevos proyectos. Y no se tratará de repetir sino de superar lo que se hizo en 15 años de gobierno, corrigiendo errores, aprendiendo siempre y siendo intransigentes con los desvíos.
Si algo ha pasado en este período de lacallismo que vivimos es que triunfó la impostación y la mentira por encima de la comunicación transparente y la verdad. El festival de las selfies le ganó a la gestión responsable, las inauguraciones de todo tipo - con presencia de la máxima figura de gobierno inaugurando desde una tienda de ropa o una carnicería a un puente o un aeropuerto -, todo sirve para generar imagen y presencia en todas partes y - con la rapidez de un helicóptero a mano -, estar en todos lados en un mínimo tiempo y dar la sensación de que se está trabajando en todo el territorio. "Afán de ser y no de parecer", aconsejaba el refrán.
Y ahora nos enteramos, según dice un matutino, que en el encuentro de Suárez el Presidente amenazó con "jugar al borde" de los límites constitucionales que le impone su investidura, que hay que seguir inaugurando todo lo que se pueda y defender este gobierno a como de lugar, así va a entrar en la campaña electoral. A confesión de parte, huelgan los comentarios.
Una última reflexión: ¿qué pasa con la credibilidad sobre los políticos cuando mienten y no pasa nada? Pierde la política, pierde la democracia. porque crece la desconfianza de la gente y por lo tanto su participación, su involucramiento en la sociedad. No duden que cuando los políticos se debilitan primarán los intereses particulares sobre los colectivos. No hay país que se construya sobre la base de la división: y como dice la canción "unos muchos y otros nada, y eso no es casualidad", eso es parte de este proyecto de gobierno que nunca se va a expresar así, pero que conduce inexorablemente a esa realidad.
Estoy convencida de que debemos recuperar la confianza y el entusiasmo por la política, no hay otro camino para los cambios sociales y para como diría Artigas lograr "la pública felicidad". Y hacia eso vamos, a sumar.
Lic Selva Andreoli Directora Grupo Publicitario PERFIL
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias