Sigue la novela de Trump en Venezuela. Rúben H. Díaz

14.11.2025

Maduro debe dejar el poder porque en definitiva él y sus seguidores son una fuerza de ocupación en Venezuela. Cuando un pueblo una y otra vez, demuestra que un gobierno no cumple con las responsabilidades de la democracia en Latinoamérica, esta región tiene la normativa necesaria para brindarle apoyo.

La Organización de Estados Americanos dispone de los mecanismos a través de su cláusula democrática. República Dominicana, Granada y Panamá son países prósperos y felices, con sistemas políticos democráticos. Si se les compara con Cuba, Nicaragua y Venezuela, están en mejor situación, en todos los indicadores que se quieran comparar.

Cuando Estados Unidos intervino en República Dominicana, catorce países le apoyaron a través de los mecanismos que posee la OEA.

El tema es que hoy Estados Unidos tiene un Presidente, Trump, que no simpatiza con la democracia. Entonces trata de influir en Venezuela y terminar con el régimen de Maduro atacándolo como narcotraficante. Pone una flota imponente en el Caribe a atacar botes con cocaína y amenaza con llevar a la zona el portaviones más grande que dispone. Que según algunas fuentes estaría todavía en el mar Adriático. Todo eso supone agredir a un pueblo que es, a diferencia de él, quien ha enfrentado a Maduro y demostrado la naturaleza de su régimen.

Esta situación demuestra que Trump todo lo que dice no lo cumple. Cuando él y sus seguidores sostienen que ahora Estados Unidos respalda a sus amigos, y enfrenta a sus enemigos falta a la verdad. Los aliados de siempre son Gran Bretaña, Israel, Canadá, México, Panamá y Japón. Gran Bretaña acaba de anunciar que no va a colaborar más con Estados Unidos prestándole información de inteligencia para seguir hundiendo botes en el Caribe. A Israel le dio el mismo apoyo de siempre. No hay cambios, con una excepción, ese apoyo es en lo fundamental a su Primer Ministro. A tal punto que exhorta al Presidente de ese país a que impida que sea investigado por presuntos actos de corrupción. A Canadá quiere anexarlo a Estados Unidos. Como a Panamá. Con Japón tiene una relación sin agresión, el único caso de un Aliado tradicional, el único, que todavía no ha molestado. Lo visito hace pocas semanas. La primer Ministro ha tomado decisiones radicales con la inmigración, sin duda de su agrado. En nuestra región su gran aliado es Milei y la Argentina. Ojala que le dure. Por el bien de todos,

La estrategia de Trump es apoyar a sus amigos y sancionar a sus enemigos. Estados Unidos nunca había tenido ningún vínculo con Corea del Norte. Hasta Trump, ningún Presidente de ese país había dialogado con un líder americano, lo hizo con este, lo desairaron, lo dejaron plantado hace más de cinco años y él sigue implorando por otra reunión. Ahora Corea del Norte tiene la posibilidad de agredir a Estados Unidos en su propio territorio con armas nucleares. En ese sentido un peligro más directo incluso que China y la propia Rusia.

Trump sostiene que quiere la paz. Sin embargo acepta la actitud agresiva de Putin, y emprende una carrera de desarrollo del armamento nuclear que había sido suspendida hace más de cincuenta años. ¿Eso es ser partidario de la paz?.

Trump es un peligro para la humanidad. No es un demócrata, intento no respetar la política que siempre sostuvo su país. Demócratas y Republicanos. Estuvo vinculado, es lógico pensar que pudo ser el autor intelectual de que una horda tomara las instalaciones donde funciona el Parlamento de los Estados Unidos de Norteamérica para desconocer un resultado electoral.

Su política de aranceles, lo que han hecho es hacer perder credibilidad a la economía mundial. No mejora la situación de los norteamericanos, que ya han empezado a votarlo en contra en las recientes elecciones regionales. Los hispanos dejan de apoyarle. La economía empieza a mostrar signos definitivos de carácter negativo. El único que le es favorable la inversión externa, no alcanza para cubrir una inflación que afecta al grueso de la población.

Ojala que termine con el régimen de Maduro. Pero la verdad, es que lo que sostiene su gobierno es que desea juzgarlo como narcotraficante y no terminar con el régimen. Sería una locura que al final del cuento, Maduro se reafirme en Caracas. Ese pueblo, tan sufrido, y su líder Carolina Machado, no merecen que de nuevo, como tantas veces, los deje de lado.

Sinceramente, ojala deba disculparme por estas afirmaciones. Que me haya equivocado. Que al final del cuento, se respete el resultado electoral en Venezuela, y quienes ganaron la última elección puedan asumir el poder. El camino es señalar que Maduro no respeto el resultado de las urnas. Que Estados Unidos intervenga para restablecer la democracia con el respaldo de las democracias de la región. Lo que supone recurrir a la OEA y la legitimidad que surge de la acción de esa organización.

 

Rúben H. Díaz

Columnistas
2025-11-14T08:04:00

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