UY Press - Agencia uruguaya de noticias

18.06.2025

Soy bisabuelo. Me desperté con esa noticia. Eran las cuatro de la madrugada cuando me avisaron. Hice las preguntas lógicas. Si la mamá estaba bien. Cómo se iba a llamar. De que cuadro de fútbol era el padre, en fin, de las cosas fundamentales.

Entonces me pregunte, ¿Cómo será su mundo? Qué mundo va a tener. Trump, Putin y Xi Jinping no van a estar para siempre. Y se van a quedar con las ganas. Mundo vamos a seguir teniendo, y siendo un rincón alejado, querido y confortable del universo.

A Alejo le va a tocar conocer a otros seres inteligentes de sitios diferentes, más allá de nuestro sistema solar. Tal vez tenga la oportunidad de viajar al menos a planetas cercanos. Vivir en una Ciudad Inteligente, con edificios muy muy altos. Con una naturaleza diferente. Una inteligencia que se va a potenciar por la presencia de inteligencia artificial. Donde se va a trabajar poco, tal vez nada, con mucho tiempo de ocio. Sin duda  vivirá más que nosotros. Confort no le va a faltar. Va a gozar de otros atardeceres. Y de una naturaleza en nuestro planeta totalmente dominada por los humanos. Que vamos a convivir entre nosotros  mejor que ahora. Pero tal vez tengan un entorno mucho más hostil. Lo más probable es que otros seres inteligentes sean un desafío más complejo para nuestra existencia. La ciencia nos esta mostrando que sobrevivir es nuestro principal deber ético. Como nos enseñó un gran filósofo como fue Isaac Berlín. El que descubrió el concepto de la libertad negativa.

¿Con quién van a llorar estos muchachos? ¿Los hijos van a ser de probeta o de muy buenas y gozadas relaciones sexuales? Como corresponde. Esas relaciones que cuando culminan en plenitud, es para dar paso a la ternura y la creación de vida. Un canto a la sobrevivencia. Quiero pensar que seremos mejor genéticamente entonces, porque la vida es una prolongación virtuosa de la existencia. Pero que no por ello estaremos limitados por programaciones que harán otros. Quiero pensar que la vida va a seguir siendo vida. Que en medio de una comodidad sofisticada, igual va a haber espacio para la autonomía material y moral. Para la libertad.

Lo que vamos viendo por ahora, es que todo es más rápido. Dura menos y cambia más. Predomina el vértigo. Pero habrá que observar, no seremos nosotros, si ese vértigo trae más felicidad o no. Porque al final del cuento eso es lo que importa.

Yo nací cuando en la posguerra, el mundo empezaba a cambiar fuerte y en serio. En un instante que la explosión demográfica parecía que iba a limitar nuestra existencia. Para luego comprobar que antropológicamente nos arreglamos, al menos hasta ahora para sobrevivir. Las mujeres exigieron libertad y autonomía y resolvieron el problema. Ahora no tienen hijos antes de los treinta años la mayoría de ellas y se resolvió ese asunto. Pero nos toca afrontar otros temas. En primer lugar nuestras propias tendencias autodestructivas, que aparecen cada vez que damos un salto de calidad en lo cuantitativo y cualitativo. Lo cual hace que cada descubrimiento científico, se convierta en una oportunidad y un riesgo a la vez.

Nací con teléfono de manivela. Sin refrigerador. Con radio y sin televisión. Ni hablemos de computadora, que recién nos llegó cuando teníamos más de veinte años. Con autos primitivos con relación a los actuales. Con Uruguay campeón del mundo en futbol. Sin tantas cosas que hoy son imprescindibles que dan miedo. Almorzando en la casa de mis abuelos, sentados a la mesa cuando empezaba el informativo de Radio Carve del mediodía y una sopa inolvidable que hacia mi abuela en una cocina a leña. Todo un concepto familiar que ya no existe.

La unidad social era entonces la familia. Hoy es el individuo. Hoy prima la libertad por sobre la seguridad. La familia daba mucha seguridad, pero limitaba la libertad. Y al final del cuento nos definimos a favor de la libertad. Ahora vivimos en sociedad, todos juntos, en Ciudades, pero tenemos mucha más soledad. Como predijo, entre otros, Ulrich Beck.

¿Cómo será el mundo cuando Alejo sea bisabuelo?

Rúben H. Díaz