Tecnología con propósito. Federico Rodríguez Aguiar

24.07.2025

La revolución digital está transformando América Latina con un impacto profundo pero silencioso, que abarca desde la economía hasta la manera en que los ciudadanos interactúan con el Estado.

Sin embargo, uno de los mayores desafíos sigue siendo la brecha digital, que afecta especialmente a la población rural, donde el acceso a internet es significativamente menor en comparación con las zonas urbanas, según destaca el Índice de Desarrollo de la Banda Ancha (IDBA) 2023, publicado en 2024 por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).

Para revertir esta realidad, programas como Internet para Todos, impulsados por organismos multilaterales y el sector privado, buscan expandir la conectividad en zonas aisladas, generando oportunidades concretas en educación, salud y empleo. María Pérez, coordinadora de innovación del PNUD en América Latina, destaca que "la tecnología es una herramienta que debe estar al servicio de la inclusión social y la igualdad de oportunidades".

Cerrar la brecha de acceso es apenas el primer paso. La cooperación internacional juega un papel clave en la consolidación de ecosistemas de innovación que integran startups, universidades y centros de investigación. Estas redes no solo impulsan el conocimiento y el empleo calificado, sino que también promueven soluciones adaptadas a las necesidades locales.

En paralelo, la digitalización de los servicios públicos representa un avance decisivo. Iniciativas respaldadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) han impulsado plataformas digitales que simplifican trámites, aumentan la transparencia y acercan el Estado a los ciudadanos. 

La educación también se adapta a esta nueva realidad. UNICEF y el Banco Mundial lideran proyectos que incorporan tecnología en las aulas y capacitan a docentes para preparar a las nuevas generaciones frente a los retos del siglo XXI, evitando que la brecha digital se convierta en una barrera estructural.

A la vez, la protección de datos y la ciberseguridad son esenciales para crear un entorno digital confiable. Cada vez más países desarrollan marcos regulatorios que resguardan la privacidad y fortalecen la seguridad de infraestructuras críticas, promoviendo la confianza necesaria para la innovación y la participación ciudadana.

Para que la transformación digital impulse un desarrollo sostenible en la región, es fundamental fomentar un ecosistema colaborativo donde gobiernos, sector privado, universidades y emprendedores trabajen coordinadamente. Su objetivo debe ser garantizar el acceso universal, potenciar el talento local y construir entornos digitales seguros y participativos que favorezcan la innovación.

El desafío va más allá de la infraestructura: requiere invertir en educación digital de calidad, estimular la innovación con arraigo territorial y establecer políticas sólidas que protejan los derechos digitales. En este proceso, la cooperación internacional se vuelve un aliado estratégico, facilitando recursos, intercambios de conocimiento y soluciones adaptadas a contextos locales.

 

Federico Rodríguez Aguiar. Analista en Marketing, egresado de la Universidad ORT-Uruguay, con sólida formación en estrategias comerciales y desarrollo económico. Su trayectoria académica está complementada por diversas certificaciones y cursos internacionales en áreas clave como la gestión pública, cooperación internacional, y liderazgo

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2025-07-24T13:13:00

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