Un año raro. Danilo Arbilla
19.12.2025
Un año raro; más no podría decir como balance de este 2025. Que sea raro no significa que sea malo o bueno; yo padezco una neuropatía considerada "una enfermedad rara", esto es, de la que nadie se ocupa ni nadie sabe o entiende mucho, que me confinó a una silla de ruedas, pero que no me mata; no es terminal como se dice.
Ha sido un año raro en lo local, lo regional y a nivel global. Difícil de entender y de explicar.
Hay que ir por temas. Podría ser el acuerdo con los europeos, pero ayer ya se supo que sufrirá una postergación. Parece joda: a los europeos les gustan las colonias, y ellos echados p'atrás. Pero las cosas han cambiado.
El que se perdió de estar en el mismo centro de la estampita fue Lula. Veamos que pasa hoy. Inefable Lula: hasta postergó fecha de reunión y cambió la sede -sin consultar a sus socios- para ganar por lo menos una y acomodar un poco esa imagen de "charla barata" que se ha ganado desde que asumió y se "lanzó" a arreglar el mundo. No le ha ido nada bien. Las pruebas, y los abucheos varios están a la vista; no olvidemos además que Lula en Ucrania apoya a los Rusos. Ya las FFAA e Itamarati sienten que no es el hombre y que para las próximas hay que cambiar: no a las izquierdas y al progresismo charlatán.
Volquemos la mirada a la interna, entonces. No ha empezado el 2026 y todos hablan del 29. ¿Y en el mientras tanto? Los partidos de la CR como que ya han resuelto el tema del candidato lo que no se sabe si es bueno o malo. La izquierda gobernante -cada vez más isla, regionalmente-, además de tener que hacer algo, o disimular, tiene una interna brava y pareja: una lucha por el poder en la que los únicos que pierden son los uruguayos.
Los colorados no saben por dónde agarrar y de ahí cómo les está yendo. Los blancos en cambio sienten como seguro que su candidato será el de la coalición. Además hicieron su autocrítica. ¿La hicieron? Sacaron algunos trapitos al sol. "Los blancos somos así, somos revulsivos" decía Wilson, y "eso nos da fuerzas", explicaba. Y es cierto, como también que tuvo líderes muy fuertes, como Herrera o el mismo Wilson, pero siempre con contrapesos y gente que se animaba a peleárselas. Hoy no es así y con trompadas al aire no sabes a quien le pegas y hasta te podés sacar un brazo.
Y la tal autocrítica no resiste análisis: se habla de "intento de ampliar la base".
¿Ser de centro o centro izquierda? ¿Cuándo el mundo opta por rechazar los gobiernos de izquierdas, los blancos se pasan al centro izquierda? Los uruguayos en el '19 se pusieron a la vanguardia de lo que está ocurriendo hoy y se sacaron la izquierda de encima. No votaban a la Lacalle Pou, se hastiaron de izquierdas y progresismos chupasangre. Lacalle Pou estuvo ahí, en el lugar indicado en el momento justo. Después sí se ganó el liderazgo, puesto a prueba ante situaciones muy difíciles. Demos gracia que estaba él. Pero en la segunda mitad se fue entibiando, lo dijo, se confesó keynesiano además, mientras su BCU aplicaba una ortodoxa, no liberal, política monetaria, que enriquecía bancos y castigaba exportadores (Lo que pasa hoy es muy parecido, o peor). Lo de Álvaro Delgado, no fue una buena opción- por varias razones, mucha internas-, y la de la fórmula menos. La cosa iba por el otro lado, por eso habían llegado. Muchos, muchísimos uruguayos quedaron a la deriva y Mujica se aprovechó. Ya está.
Danilo Arbilla
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias