Una ley para Lord Voldemort. Marcelo Marchese

08.08.2025

Es un ejercicio edificante la lectura de la ley de eutanasia por la que, de aprobarse, se le dará más poder al poder médico mientras se envía un mensaje siniestro a la sociedad.

Para que el lector se haga una idea del delirio que acaso se apruebe con mano de yeso, citaré el artículo 4 inciso 4.1: "(Iniciativa) Quien quiera recibir asistencia para morir deberá solicitarla personalmente a un médico, por escrito que firmará en su presencia. Si no supiere o no pudiere firmar lo hará a su ruego otra persona mayor de edad, en presencia del solicitante y del médico"

Esto significa que no será necesaria la firma del cliente (en el entendido de que un paciente es un cliente) y que los empleados de la empresa (en el entendido de que el médico es un empleado que sigue órdenes) pueden liberar a su antojo una cama para recibir a un nuevo cliente.

Los mortífagos que redactaron este engendro argumentan en la misma ley que lo que ellos hicieron no es algo nuevo, sino que ya se viene haciendo en otras partes del mundo, y aunque éste, como argumento sea bastante flojo, importa analizar por qué en nuestro maravilloso presente, la humanidad está aterrorizada con la muerte.

Ni por un instante crea el lector que en toda su historia la humanidad vivió aterrorizada con la muerte. No, esto es cosa reciente. Jamás la humanidad se hubiera dejado encerrar dos años y de hecho, jamás siquiera se intentó antes encerrar a la humanidad por dos años. Eso se logró, entre otros motivos, por el terror a la muerte, un terror a la muerte que implica un terror a la vida.

El miedo a la muerte es la muerte en vida. Tenemos una palabra que define esa enfermedad paralizante y es la palabra tanatofobia. Quien padece de tanatofobia, no sale a la calle porque teme que lo pise un auto o que lo degüellen, no come tal cosa pues teme ingerir una bacteria asesina y no se pone un zapato pues puede tener dentro esa araña que se esconde en los zapatos y que si te pica, te envía a la ultratumba. El tanatofóbico tiembla, sufre ataques de pánico, padece horribles pesadillas donde invariablemente se lo comen los gusanos, y en suma, padece de la peor de la impotencias, ya que todo lo que quisiera hacer, lo llevaría a la muerte, por lo que no hace nada, lo que significa estar muerto en vida.

Esto mismo puedo explicarlo de otra manera, con una hermosa frase que le atribuyen a Borges: "Si hay algo de lo que no nos arrepentimos, es de haber sido valientes"

Así que este culto moderno a la muerte esconde un moderno desprecio a la vida, lo que esconde un moderno desprecio al sexo, que de eso trata todo este enjuague: el viejo y peludo sexo.

Ilustraré este texto con un hombre del Renacimiento. Vea el lector la bragueta, que es una pieza donde el varón depositaba el pene, un pene que se exponía en sociedad sin armarse el lío que se armaría hoy si hiciéramos tamaña locura. Ahí tiene un ejemplo de cómo el hombre del Renacimiento sufría menos represión sexual que el hombre moderno. Si además uno encara un libro del Renacimiento llamado "Gargantúa y Pantagruel", una manifestación de libertad desbordante, verá que hay quinientas maneras de llamar al pene (hubiera puesto otra palabra pero debo pagar tributo a la estupidez reinante) a la vagina y al acto amoroso, lo que constituye otra prueba de la libertad sexual del pasado.

Se nos ha hecho creer que la generación beat y los hippies nos liberaron de las cadenas que atenazaron a la humanidad desde siempre, pero que Manuela use una minifalda y que Shakira revoleé la cola a toda hora y siempre, no significa que Manuela y Shakira sean más libres, ya que "dime de lo que presumes y te diré de lo que careces", y por lo que se sabe, la mujer discreta resulta ser una fiera en la cama y la indiscreta, una timorata.

El progreso nos regaló en el siglo XIX el "Mal du Siècle", ese hastío que venía aparejado con un porcentaje antes desconocido de impotencia masculina y anorgasmia femenina. Desde aquel siglo XIX a este siglo XXI, la impotencia y la anorgasmia no han hecho otra cosa que aumentar, al tiempo que aumentan los suicidios y la vida es cada vez más lamentable, y el arte, casi inexistente. Jamás de los jamases la realidad había sido para el hombre una cosa tan inmunda, pero atención, pues la cosa puede empeorar y de hecho, va a empeorar.

Sigamos situando históricamente la cosa. Como dice un inteligente flyer, nuestros abuelos tenían ocho hijos, nuestros padres, cuatro, nosotros, uno, y nuestro hijo no tendrá hijos, pero habrá castrado al gato.

-¿Pero Marcelo, qué tienen que ver los gatos?

-¿Los gatos castrados que no pueden corretear por las azoteas ya que sus amorosos dueños los cuidan mediante redes que cubren los balcones? Sí, esos gatos tienen todo que ver con la represión sexual atenazante que sufren nuestros contemporáneos, ya que "si no lo castrás, vuelve todo arañado", y agregan, "si lo castrás, vive más años". Tenemos entonces que el eunuco vive más, según dicen, ahora ¿vale la pena vivir la vida del eunuco?

Si la humanidad no estuviera bajo un océano infinito de represión sexual, no habría nacido el psicoanálisis y las demás escuelas de psicología, y si la vida humana no se encontrara bajo ataque, no tendría lugar La Ley Voldemort ni se le daría a los médicos, en sus templos, el derecho a matar.

Decimos que hay una tendencia histórica de represión sexual, pero al mismo tiempo, hay un ataque deliberado al sexo, aunque ese ataque deliberado esté determinado por la tendencia histórica de la que no se salva nadie.

Te dicen que estamos destruyendo el planeta, que el calentamiento global nos llevará a la ruina y que casi extinguimos al tigre y el jaguar, mas si hay un animal que ha enriquecido el planeta y creado vida a destajo, es el hombre. De hecho, el diámetro de la tierra es mayor desde que está el hombre, una bendición para la tierra. Va una lista de algunas de las cosas que hemos creado, y dejo de lado el arte y la filosofía: las 900 razas de vaca, 300 de caballo, 180 de burro, 108 de cerdo, 450 de oveja, 60 de cabra, 2629 de gallinas, 300 de palomas, 225 de pavo, 30 de conejo, 300 de perro, 71 de gato, 4000 tipos de papa, 10.000 variedades de arroz, 30.000 de trigo, 200 de maíz, 3000 de soja, 100 de lechuga, 300 de naranja, 7500 de manzana, 10.000 de uva, al menos 139 de olivo y 100 de café. 

El hombre es un maravilloso orfebre que transforma la naturaleza, pero te quieren hacer creer que somos demasiados y te lo dicen todo el tiempo.

-Pero Marcelo, eso es porque la élite quiere reducir la población mundial.

-Si la élite quisiera reducir la población mundial, lo habría hecho hace rato, pues nadie se le para firme a "la élite" que hace y deshace a su antojo. Lo que te está diciendo quien arma el discurso y es dueño de los medios masivos tanto como de los legisladores mortífagos, es que sos una porquería dañina, y que sería mejor que no existieras, y de hecho, te están moldeando la mente para que aceptes un día ser intervenido, y me refiero a tu cuerpo, a tu sexo, pues estas gentes tienen planes, y esos planes no implican ganar más dinero, sino extender su poder, ya que fue anunciado que "seréis como dioses". 

Ya lo ves, es el ataque al ego, y si vos quisieras dominar a ocho mil millones, lo mejor que podrías hacer es destruirles el ego ¿no es así? Quien se ama a sí mismo no acepta ser esclavo.

Este es el panorama, pero mientras haya vida, hay esperanza, y la vida, es lucha, así que algunos de nosotros emitiremos este sábado 9 a partir de las 15 horas en el MUS Canal, un programa sobre La Ley Voldemort. En cualquiera de las redes del Movimiento Uruguay Soberano podrás verlo, así que me despido con esa invitación y con esta pregunta ¿Cómo hizo la humanidad para morir durante toda su existencia, millones de años antes de que vinieran estos salvadores que nos evitarían terrores inenarrables?

Marcelo Marchese
2025-08-08T19:51:00

Marcelo Marchese

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