Una mirada sobre el proyecto de la Universidad Nacional de la Educación (UNED). Nelson Simatovich
23.09.2025
La actual administración de gobierno por medio del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) presentó oficialmente semanas atrás el ante proyecto para la creación de la Universidad Nacional de la Educación (UNED).
Es una propuesta que surgió hace unos 20 años atrás aproximadamente, como una justa reivindicación de los colectivos docentes de formación en educación de la ANEP, que han reclamado durante años su derecho de poder acceder al reconocimiento del grado universitario de sus formaciones terciarias y poder seguir profundizando sus estudios con la realización de carreras de posgrados, a pesar que sin tener el reconocimiento universitario no ha sido impedimento para que muchos pudieran acceder a realizar estudios de nivel cuaternarios en diversas instituciones.
En síntesis, ante todo estamos hablando de crear la tercera universidad pública y gratuita del Uruguay, lo cual implica la creación de un nuevo Ente Autónomo de Enseñanza Pública Superior, lo cual está previsto por la Constitución de la República en sus Artículos 202 al 205, lo que implica que para su creación es necesario contar con dos tercios de votos del total de componentes de cada Cámara (Representantes y Senadores).
Esto implica claramente que sin un acuerdo nacional amplio y solido es imposible de lograr, ya que ningún partido político o coalición de partidos en el gobierno ha logrado tener esas mayorías especiales propias, más allá de en algún caso haber tenido mayoría absoluta que no es suficiente para estos fines.
En nuestro país ya existe la Universidad de la República (UdelaR), la más grande e importante del país, la cual se estableció formalmente en 1849 (aunque sus orígenes se remontan a 1833), es pública, gratuita y sobre todo autónoma y co-gobernada, es decir que su conducción está fuera del control del gobierno nacional de turno y recae en manos de representantes de los órdenes universitarios clásicos, es decir docentes, estudiantes y egresados, que son electos libremente por sus pares en elecciones obligatorias y actúen de forma honoraria. Está integrada por Facultades, Escuelas e Institutos Universitarios, y luego del proceso de descentralización impulsado a partir del 2010 en adelante por Centros Universitarios Regionales (Cenures) en el interior del país.
Luego tenemos la Universidad Tecnológica del Uruguay (UTEC), creada a finales del año 2012, pública, gratuita y autónoma, que ha funcionado desde entonces bajo la conducción de un Consejo Directivo Central provisorio (CDCp), compuesto por tres integrantes designados por el Poder Ejecutivo con venia parlamentaria. El acuerdo político de creación implico postergar en el tiempo la idea del co-gobierno con la participación de los tres órdenes universitarios tradicionales, es decir docentes, estudiantes y egresados. Luego en la administración anterior de gobierno se aprobó una ley para que continúe con el actual modelo de conducción gubernamental sin participación de los actores universitarios. Está compuesta por Institutos Técnicos Regionales (ITRs) en diversos puntos del país.
Que implica la vinculación de la UNED y la ANEP, a diferencia de la creación de la UTEC, la cual fue muy sencilla, ya que se partió de cero en todo aspecto, el proyecto de la UNED presenta fortalezas y debilidades en varios aspectos, que quizás justifican la demora en su concreción, desde hace dos décadas pasando por el olvidado Instituto Universitario de Educación (IUDE), previsto en el Articulo N° 84 de la Ley General de Educación del año 2008, el cual no llego a ver la luz, aunque no todo quedo por el camino, si se creó el Consejo de Formación en Educación (CFE), órgano desconcentrado de la ANEP, integrado por 5 miembros designados por el CODICEN de la ANEP, pero con la particularidad de que uno Representa al Orden Docente y otro Representa al Orden Estudiantil, con lo cual se abrió una puerta más amplia que la participación tradicional que existía en el CODICEN y en los desaparecidos CEIP, CES y CETP, que además de la participación del Representante del Orden Docente, se sumó uno por el Orden Estudiantil. Una diferencia no menor, ya que esto significa co-participación, aunque no se agregó un Representante por el Orden Egresado para claramente mantener la mayoría de los representantes de la administración de gobierno nacional de turno.
El proyecto de la UNED, para simplificar a quienes están fuera de la temática, en esencia transforma al CFE de la ANEP y la estructura que de este depende en esa futura universidad. Existen algunos aspectos muy positivos que son claras fortalezas como contar con 33 Institutos y Centros presentes en los 19 Departamentos del país, lo cual asegura una descentralización territorial absoluta del organismo que se proyecta crear, pudiendo ofrecer una oferta académica en grado en forma presencial en cada Departamento del país, esto por lo menos debería motivar el apoyo unánime sin dudas del actual Congreso Nacional de Intendentes, el cual fue creado por el Articulo 262 de la Constitución de la República.
Asimismo otra fortaleza muy destacable es tener Educadores profesionales radicados y trabajando en dichos Institutos y Centros en todo el país, lo cual implica no tener que estar creando centros o institutos para tener presencia en todo el territorio nacional, lo cual sí hubiera que hacerlo sería muy costoso y demoraría mucho su instrumentación, por los múltiples acuerdos que se deberían realizar (conseguir locales, adaptarlos, equiparlos, etc.), esto implica además no tener que incurrir en grandes inversiones para generar estímulos y lograr la radicación de docentes de Montevideo en el interior o que viajen en forma permanente, como si ha sucedido en otros procesos de descentralización educativa universitaria en el Uruguay, basta recordar los docentes de la Regional Norte de la UdelaR que viajaban desde Montevideo durante años a dar clases en el litoral.
Para resumir la futura UNED cuenta con infraestructura propia y recursos humanos docentes calificados con presencia en todo el país. Otra fortaleza es que como institución en funcionamiento tiene su experticia probada, tiene un gran conocimiento acumulado sobre la formación docente y su mayor finalidad es la formación de formadores, por lo tanto tiene grandes potencialidades en el mundo de la educación, en particular en actividades de enseñanza donde concentra su mayor fortaleza, quizás en otras actividades docentes pensando en clave universitaria es más reducido su recorrido, como ser en actividades de Investigación y aún más incipiente su experiencia en actividades de Extensión y Vinculación con el Medio.
Pero tiene otras debilidades más importantes, que se denotan en todo documento técnico elaborado por los colectivos docentes del CFE, en las exposiciones de sus autoridades de las diversas administraciones que han pasado por el mismo y lo más preocupante en el ante proyecto de ley presentado por el MEC en su artículo 2, y es la ausencia del cuarto pilar fundamental de la docencia universitaria que es la Gestión Académica. La cual es absolutamente esencial a la hora de pensar gestionar una institución autónoma de nivel universitario, ya que todos los procedimientos, no son meros trámites administrativos como muchas veces son interpretados por los propios Directores de Institutos y Centros, los docentes en el esquema universitario por ejemplo en la UdelaR, tienen la mayor responsabilidad en los temas de la Gestión Académica, el personal TAS (técnico, administrativo y de servicio) apoya en su ejecución, pero no es quien lo planifica, decide e instrumenta.
El docente universitario debe saber mucho sobre Gestión Académica si aspira dirigir, coordinar o articular cualquier tipo de unidad académica, sin importar su dimensión y jerarquía. La gestión académica es fundamental en una institución universitaria porque se encarga de planificar, organizar y supervisar todos los procesos educativos, desde el diseño curricular hasta la prestación de servicios al estudiante y el egresado, asegurando la calidad y relevancia de los programas académicos para responder a las necesidades sociales y productivas. Funciona como la columna vertebral que articula la enseñanza, la investigación y la extensión, pilares fundamentales de toda institución de educación superior, garantizando la coherencia y la efectividad de su misión institucional.
Entender que la Gestión Académica es un pilar esencial de la actividad docente universitaria, implica asumir que dentro de la misma se encuentran algunas de las siguientes responsabilidades, entre muchas otras:
-Coordinación de los pilares universitarios: La gestión académica integra la enseñanza, la investigación y la extensión, asegurando que funcionen de manera coherente y estratégica.
-Alineación con la misión institucional: Sirve para orientar los proyectos educativos hacia las necesidades sociales y productivas, dotando de sentido a la organización universitaria.
- Optimización de procesos: Facilita la gestión y asignación eficiente de recursos y el logro de objetivos, siendo crucial para la mejora continua de la calidad educativa.
-Adaptación a los desafíos: Permite a las universidades responder eficazmente a los desafíos de un entorno en constante cambio, como la educación a distancia o las nuevas formas de creación de conocimiento y la difusión del mismo.
-Enfoque integral: Articula las dimensiones institucional, administrativa, pedagógica y comunitaria para una acción coherente y efectiva.
-Planificación estratégica: La definición de metas claras y desglosadas en pasos alcanzables guía los esfuerzos y los plazos.
-Marco institucional: Se basa en leyes, estatutos, reglamentos, políticas académicas y el plan de desarrollo estratégico para guiar las acciones.
-Responsabilidad social: La gestión debe estar ligada a los intereses de la sociedad, considerando el impacto en la transferencia de conocimiento, cultura y valores.
-Garantizar la vinculación: Uno de los mayores desafíos es mantener el interés de los egresados en la institución luego de su graduación, para esto más allá de la posibilidad de integrar ámbitos de co-participación o co-gobierno, hay que mantenerlos vinculados con una política permanente de oferta de cursos de Educación Permanente, ofertas actualizadas de carreras de posgrado, generación de mecanismos de inserción laboral mediante acuerdos de contratos como becarios o pasantes, entre muchas otras estrategias relacionadas con el vínculo que la académica y el mundo del trabajo deben tener.
-Revalidas y Acreditaciones: Generar mecanismos y procedimientos agiles, transparentes y eficientes, que permitan revalidar unidades curriculares y acreditar cursos y prácticas profesionales que generen créditos de libre disponibilidad, incluso que sustituya la realización de prácticas honorarias de egreso o la propia realización de Tesinas o Tesis finales. El estudiante debe tener la posibilidad de construir su trayectoria educativa, para eso deben servir las herramientas como la movilidad y la transversalidad de los planes y programas educativos.
-Reconocimiento Profesional: Implica trabajar activamente con diversos organismos del Estado en particular con la Oficina Nacional del Servicio Civil (ONSC) en el Sistema Integrado de Retribuciones y Ocupaciones (SIRO). Asimismo con el Congreso Nacional de Intendentes, para lograr que se incorpore los perfiles de los egresados en los escalafones pertinentes y con las remuneraciones adecuadas, para que sean contemplados en los diversos llamados laborales de la administración pública nacional o departamental.
En resumen, la gestión académica es un ciclo directivo que busca la excelencia y la adaptabilidad de la universidad, utilizando herramientas y procesos para asegurar la calidad y el cumplimiento de su misión educativa en beneficio de la sociedad.
También se evidencia como una debilidad de la futura UNED, la ausencia de una política editorial académica, que toda Universidad debe tener para la difusión del conocimiento, esta establece los principios, objetivos y procesos para publicar y distribuir obras académicas y científicas con el fin de democratizar el acceso al saber, promover la investigación, preservar el conocimiento y aumentar la visibilidad y el prestigio de la universidad en la sociedad. Estas políticas a menudo buscan fomentar el acceso abierto, asegurar la calidad y rigor de las publicaciones, así como atender las necesidades de la comunidad académica y la sociedad en general.
En resumen, siempre es más difícil refundar una institución sobre otra, más una universidad sobre la base de otro organismo preexistente, con sus prácticas y problemas, que generar algo de cero sin prácticas prestablecidas, con funcionarios a contratar de cero con diversas capacidades que se quiere cubrir específicamente y no con otros que ya se poseen y tendrá que reconvertirse necesariamente, con las tensiones que esto claramente genera y la fuerza que cobran los sindicatos ya existentes y consolidados, las relaciones laborales se basan en un paradigma del conflicto, representado gráficamente por el triángulo del conflicto: negociación colectiva y libertad sindical describe una relación inseparable dentro del derecho laboral: el sindicato (la forma de organización de trabajadores para defender sus intereses), la negociación colectiva (el proceso de acuerdo entre sindicatos y empleadores sobre condiciones laborales) y la libertad sindical (el derecho fundamental de trabajadores y empleadores a crear y asociarse libremente en organizaciones sin interferencia estatal), son pilares que se refuerzan mutuamente. La libertad sindical permite la formación de sindicatos, los cuales a su vez negocian colectivamente, y el conflicto (o la posibilidad de la huelga, como manifestación del conflicto) es un derecho intrínseco a la libertad sindical que impulsa y da fuerza a la negociación colectiva
No obstante ello, parece merecida la oportunidad de que dicho ente autónomo se constituya y el país tenga su tercera universidad pública y gratuita llamada UNED. Esto implica que el proyecto que se presento es simplemente un ¨non paper¨ (borrador), ni un mínimo, ni un máximo, ya que por la mayoría especial que se requiere en el Parlamento Nacional, todos los actores políticos podrán poner sus líneas rojas, tanto para aceptar demandas de la otra parte, como para imponer sus propias posiciones, esto necesitara mucha negociación para lograr un acuerdo en el mediano plazo y capacidad de adaptación por parte de los colectivos involucrados, es imposible esperar que esto se apruebe, bajo la consigna que debe ser lo que quieren algunos o nada, hay que tener apertura y reconocer que los grandes logros en la historia, son aquellos que se van obteniendo de apoco y con el tiempo se van consolidando y que las miradas externas suman y no son ajenas al tema, todos somos educadores y tenemos algo para aportar, ya que nadie sabe todo y todos sabemos algo.
Como insumos entendemos que está claro que para aprobarse el proyecto debería ser por las primeras tres administraciones de gobierno similar al modelo de conducción de la UTEC, es decir con CDC provisorio designado por el Poder Ejecutivo con venia del Parlamento Nacional. Pero con alguna particularidad, por ejemplo siendo cinco representantes del Poder Ejecutivo (representación multipartidaria) designados con venia parlamentaria, cuyo presidente oficie de Rector con capacidad de doble voto en caso de empate y debería haber un Representante por cada Orden, es decir Docente, Estudiantil y Egresado, generando un modelo de directorio similar al del BPS con ocho miembros, de los cuales los tres que son sociales son electos por voto de sus representados, en este caso los órdenes universitarios.
Ahora algunos aspectos externos no menores que deben ser considerados en caso de creación de la UNED, uno es que tanto los egresados pasados cuyos títulos sean convalidados como universitarios y los que egresen en el futuro, deberán incorporarse a la Caja de Jubilaciones y Pensiones de Profesionales Universitarios (CJPPU), aunque sea con Declaración de Inactividad Anual Permanente.
También en caso de crearse la UNED, deberá incorporarse a la Comisión Honoraria Administradora del Fondo de Solidaridad de Uruguay y sus egresados pasados y futuros deberán realizar los aportes respectivos al Fondo de Solidaridad, para que los futuros estudiantes de la UNED puedan beneficiarse de las becas que el mismo brinda, como sucede con la UdelaR, UTEC y UTU.
Nelson Simatovich. Experto en Educación, Trabajo y Reingeniería Institucional; se ha desempeñado como Consultor en varios países para Organismos Internacionales como: EIPA/UE, ICAP/SICA, UNDP, UNIFEM, ILO, PAHO-WHO, UNWomen, CEPAL, GTZ, AECID, BID, ItaliaLavoro, UNIDO, ICML, DECOSUR, WKKF, Caricom, Mercosur. Asimismo ha representado intereses bilaterales ante CELAC, UNASUR, ALADI, ARPEL, UPAEP, OLADE, ASEAN, IIN-OEA, IAI-OEA, entre otros.
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias