DE LA GLORIA A LA NADA

La increíble historia de Jeremy Lin, del 'Linsanity' al tormento

23.08.2013

EE.UU. (Uypress) – En menos de dos años, a Jeremy Lin le pasó de todo: de ser inesperado furor en los New York Knicks y luego ser elegido “personaje más influyente del año” por la revista Time, a un presente lleno de sombras. "Si algo he aprendido es lo vacía que es la fama y el éxito”, dijo el basquetbolista.

A comienzos de 2011, Jeremy Lin era una persona más en Nueva York. Oriundo de Los Angeles (California), de origen taiwanés, por aquel entonces a sus 22 años, de la noche a la mañana pasó a formar parte del equipo principal de los New York Knicks, dirigido por aquel entonces por Mike D'Antoni (actualmente en Los Angeles Lakers), quien lo hizo debutar el 28 de diciembre de 2011.

A fuerza de dobles y definiciones dramáticas de película, el base de origen taiwanés se ganó el corazón de los neoyorquinos y generó una conmoción de consumo típica de la gran orbe capitalista. Leyendas como "Linsanity", "Lincredible", con su número 17, se vendieron en camisetas, llaveros, buzos y más... La prensa de Manhattan le dedicaba notas y más notas a Lin: desde el New Yorker hasta el New York Post.

De la noche a la mañana, el basquetbolista era imagen de la locura que invadió durante semanas a Nueva York. Las redes sociales también explotaron con el fenómeno Lin, pero tras una seguidilla de partidos donde fue la figura de un equipo de temporada mediocre, su nivel cayó y se lesionó el hombro.

El furor no solo se dio en Nueva York, sino que la revista Time lo eligió en 2012 "la personalidad más influyente del año".

Time, en su nota central, destacó del basquetbolista: "Lin es una gran lección para los niños de todo el mundo porque desacredita y deja sin efecto muchos prejuicios y estereotipos que injustamente dañan a los chicos. Disipa la idea de que un asiático estadounidense no podía estar en la NBA y ser un atleta de primera línea mundial".

Noches de la nostalgia

Con el fenómeno viento en popa, Lin y su agente personal vieron lo obvio: ya no era el novato o el último de la fila, sino que de la noche a la mañana se convirtió en una figura más, junto a Carmelo Anthony o Amare Stoudemire. Para miles, el joven aprovechó el paso del tren del éxito: pidió un dineral para renovar con los Knicks. Los neoyorquinos no aceptaron y Houston Rockets pagó una millonada por los servicios del nuevo fenómeno: 25 millones de dólares por tres temporadas (ya pasó una).

Lo que nos lleva al presente, luego de que Lin brindara en las últimas horas una emotiva charla en Taipei, ante cerca de 20.000 personas.

"Me obsesioné con convertirme en un gran jugador, en intentar ser 'Linsanity', en ser el fenómeno que sorprendió a la NBA", manifestó el basquetbolista durante el evento "Sueña en grande. Sé tu mismo".

"Estaba preparado para revolucionar a la ciudad entera de Houston. Se suponía que tenía que salvar el baloncesto en Houston. Por eso me compraron. Se suponía que tenía que ser feliz y sentirme libre, pero experimenté justo lo contrario. Ni era feliz ni me sentía libre".

Luego vino lo peor. "Los entrenadores perdieron fe en mí y los aficionados se burlaban de mí. (...) Si algo he aprendido es lo vacía que es la fama y el éxito. Si la voz que más escuchas no es la de Dios eventualmente sentirás la nada, la confusión y la miseria que experimenté al escuchar la voz de Linsanity", señaló con autocrítica.

La última temporada de Lin no fue la de un fenómeno: un promedio de 13,4 puntos y 6,1 asistencias por partido. Sufrió varias lesiones a lo largo de la temporada regular. En los últimos meses, en los rumores de postemporada, a Lin se lo vinculó con un canje con Joe Smith de Atlanta. Por el momento continúa en los Rockets y se prepara para la próxima temporada de la NBA.

m.d.

Deportes
2013-08-23T14:57:00

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias